Imagen de archivo del interior de las instalaciones de Celsa en Castellbisbal, la sede central de la siderúrgica / CG

Imagen de archivo del interior de las instalaciones de Celsa en Castellbisbal, la sede central de la siderúrgica / CG

Business

Celsa refinanciará su deuda tras un acuerdo con la banca

La compañía familiar catalana se compromete a devolver el 100% del pasivo en tres tramos

28 julio, 2017 09:15

Celsa y la banca han logrado desencallar una de las mayores refinanciaciones de deuda del año.

El grupo siderúrgico ha alcanzado un acuerdo con sus siete principales entidades acreedoras (G-7) para reestructurar un pasivo financiero de 2.700 millones de euros.

El pacto, a cinco años, no establece ningún tipo de quita. Si se cumple el plan estratégico presentado por la compañía se podrán devolver todos los créditos, que se han segmentado en tres tramos.

Impulsar la actividad

El acuerdo permitirá impulsar la actividad de la compañía, que en 2016 facturó 3.386 millones.

La familia Rubiralta, propietaria de Celsa no estará obligada a incorporar a un nuevo socio ni a inyectar un nuevo capital en el grupo. En este acuerdo tampoco se prevén desinversiones ni el cierre de plantas.

Nueva planta en Francia

Celsa también estudia abrir una nueva planta en Francia por “motivos estratégicos” y que recibirá una financiación paralela de varios bancos franceses.

Además de este plan estratégico, Celsa también se compromete a constituir por primera vez un consejo de administración.

El grupo que preside Francisco Rubiralta ha negociado con el Santander, Popular, BBVA, Sabadell, CaixaBank, Bankia y Abanca. Estos siete bancos absorben el 71% de la deuda de Celsa y el resto se reparte entre una treintena de entidades más, pues el pool lo integran unas 40 firmas.

Segmentación en tres tramos

Según Expansión, la restructuración de la deuda consiste en segmentar los 2.700 millones en tres tramos. Por un lado, hay 5000 millones de circulante, la financiación necesaria para el día a día del grupo.

Otros 900 millones se amortizarán en un plazo de cinco años y de forma ajustada al plan de negocio, que prevé importantes incrementos de ebitda gracias a la recuperación económica y la demanda del acero.

Finalmente, queda un tramos de 1.300 millones que de momento queda aparcado, pero que se prevé amortizar a medida que vaya repagandóse el paquete de 900 millones.

AZ Capital y Cortés Abogados han sido los encargados de asesorar a la compañía, mientras que la banca contrató a Uría y Houlinhan Lonkey.