Joan Canadell, presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona en una imagen de archivo / EFE

Joan Canadell, presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona en una imagen de archivo / EFE

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Canadell ‘resucita’ un estudio para demostrar que la independencia es viable

El presidente de la Cámara de Comercio usa un documento inédito de 2012 para incrementar la presión sobre el Govern a favor de la república catalana

2 julio, 2019 00:00

El nuevo presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell, le ha quitado el polvo a un documento de trabajo que realizó el gabinete de estudios de la organización de dinamización empresarial en 2012. Con él quiere argumentar que la independencia de Cataluña es una opción viable desde el punto de vista económico.

Lo usa como arma arrojadiza contra el Gobierno de Quim Torra para que mueva ficha hacia la constitución de un Estado propio, en consonancia con las reclamaciones que hace en este sentido la ANC, la organización de donde nace el equipo de Eines de País. La organización dirigida por Elisenda Paluzie, y de la que era miembro activo Canadell hasta llegar al nuevo cargo institucional, se ha lanzado de nuevo hacia la reclamación de la unilateralidad como la única vía posible para conseguir la implementación inmediata de la república catalana. JxCat y ERC se resisten, por ahora, a esta alternativa unilateral.

Premisas de la independencia

El líder independentista ha asegurado desde la Casa Llotja de Mar que las valoraciones que se incluyen en el documento siguen vigentes siete años después de su elaboración. “Ayuda a reflexionar sobre unos temas de vital importancia que se deberían tener en cuenta en la Generalitat para saber cómo se avanza hacia el futuro Estado catalán”, ha declarado. “Con argumentos a favor y en contra”.

La conclusión final a la que llegaban entonces los analistas era que el “proyecto de una Cataluña con Estado propio dentro de la Unión Europea implica riesgos económicos significativos […] pero a más largo plazo representa una oportunidad para llevar a cabo unas políticas públicas mejor financiadas y más ajustadas” a los intereses específicos del territorio.

Calidad del “marco institucional”

Con todo, se advierte de que este análisis se vería lastrado por un “posible aumento de la percepción de inseguridad jurídica durante el periodo transitorio” y de que la ventaja competitiva que se aprecia “dependerá en gran parte de la calidad del marco institucional que emerja del nuevo Estado”.

Joan Canadell (4to derecha) encabeza la primera reunión del comité ejecutivo de la Cámara de Comercio de Barcelona / CG

Joan Canadell (4to derecha) encabeza la primera reunión del comité ejecutivo de la Cámara de Comercio de Barcelona / CG

Deja claro que se “debería evitar caer en la autocomplacencia” y señala que la constitución de un Estado propio ofrece la “responsabilidad como país de hacer frente a los riesgos y aprovechar las oportunidades en un entorno incierto”. Reconoce que esto tiene un “valor subjetivo” vinculado a la “consciencia de formar parte de un mismo pueblo, no de un análisis coste-beneficio”.

Un juicio de “valor político”

Asimismo, mantiene que “ni la única solución imaginable al déficit fiscal es la independencia, ni los costes hacia la transición hacia el Estado propio, por elevados que sean, superarían los beneficios potenciales para futuras generaciones”. Reitera que todas estas cuestiones, que resultan capitales por el objeto del análisis en cuestión, dependen en el fondo de un “juicio de valor político”. Eso sí, rompe una lanza a favor del derecho a decidir.

La conclusión termina al calificar de “inapelable” la “voluntad de un país, libremente expresada en las urnas, para decidir colectivamente su propio destino”. Asegura que el resto de cuestiones son “intereses particulares, legítimos y defendibles”, pero que en una “última instancia deben de ser subordinados al interés general, encarnado por la voluntad mayoritaria del pueblo de Cataluña”.

Proyecciones superadas

Se debe tener en cuenta que todas estas proyecciones del departamento de estudios económicos de la Cámara de Comercio de Barcelona se realizaron bajo el precepto de que Cataluña se mantendría dentro de la UE y de que el “valor total de la deuda de un futuro Estado propio quedaría reducido al 60,5%”. La deuda rel Reino de España se sitúa en torno al 100% de su PIB en estos momentos. Reconoce que no existe ninguna fórmula para repartir el déficit público y aplica “pautas basadas en principios de equidad” sobre la deuda pública que el Estado tenía en 2011.

De hecho, incluso advierte de los efectos nocivos que podrían tener las tensiones en la creación del Estado catalán sobre los principales bancos con sede en el territorio. Esta cuestión ya no debería aparecer en el estado actual del análisis, ya que las entidades trasladaron la sede fuera de Cataluña en los momentos de máxima tensión del procés.

Documento de trabajo

Más allá de estos conceptos superados, desde la Cámara de Comercio de Barcelona puntualizan que el informe publicado no se trata de un documento que se había olvidado de forma oportuna dentro de un cajón tal y como ha apuntado el presidente de la organización. “No se aprobó en el comité ejecutivo y no sabemos si la anterior comisión de estudios lo quiso elevar al comité”, ha señalado Canadell en una rueda de prensa donde ha anunciado que esquivará las preguntas en castellano: “No sabemos los motivos y no nos importa demasiado, lo que nos importa es hacer reflexionar muy bien a la sociedad”.

El documento de 2012 fue la base para la redacción de dos estudios posteriores que se publicaron a lo largo de 2014 y ofrecían análisis con mayor profundidad sobre el impacto de la creación de un Estado propio en el sector público y el privado. La conclusión era parecida, ya que se partía de las mismas premisas.

Compromiso de la ANC

Muchos de los elementos se han superado en el momento actual, aunque el debate de fondo es el mismo. Sirve para que Canadell cumpla con una de las máximas de la ANC en la institución e impulse dese el primer comité ejecutivo de la organización de dinamización empresarial a favor de la creación de un estado propio. En este caso, con presión incluso para el Govern.