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Fachada de la Cámara de Comercio de Barcelona / CG

Las elecciones en las cámaras de comercio catalanas se podrían convocar en febrero

El proceso, que es paralelo a la nueva ley del sector, ya ha empezado con el periodo de exposición pública del censo

5 min

Las 13 cámaras de comercio catalanas prevén que la convocatoria de elecciones para renovar su cúpula llegue como muy tarde a finales de febrero. Está supeditado al resultado de los comicios del próximo 21 de diciembre y a la conformación de un nuevo gobierno en la Generalitat. Pero si este proceso no se enroca, se espera que el anuncio sea una de las primeras medidas que se emprenda en la nueva legislatura y así se lo han trasladado a los partidos, señalan fuentes cercanas al consejo general de las organizaciones de dinamización empresarial.

Cabe tener en cuenta que la renovación de las cúpulas de las cámaras lleva tres años de retraso. La falta de acuerdo para actualizar la ley del sector que impulsó Felip Puig primero y que luego intentó sacar adelante Jordi Baiget, los consellers de Empresa en las dos últimas legislaturas, congeló las ejecutivas y los plenos de las organizaciones. Los cambios que han existido en los últimos años se han limitado a las sillas que están reservadas para las patronales más representativas.

Parche de Baiget

Fue Baiget quien finalmente puso un parche a esta situación antes del verano. Tiró la toalla al intento del Ejecutivo catalán de convertir las organizaciones en otra de las llamadas estructuras de estado, un propósito que ya había intentado su predecesor en el cargo. Se pretendía crear una Cámara de Comercio catalana que ejerciera de contrapoder a la española, presidida por José Luís Bonet. Hecho que enfadó a las entidades territoriales por la centralización que suponía el nuevo esquema cameral. Defendieron su importancia en la dinamización de la actividad económica local, especialmente durante la crisis, y mostraron públicamente sus discrepancias con el Govern.

Como la negociación de la ley tenía que reiniciarse, complicaba cumplir con el calendario electoral estatal que marca que los comicios se deberán celebrar entre el 2 de octubre de 2017 y el 30 de septiembre de 2018. Por ese motivo se publicó el decreto ley para permitir los comicios en las 13 cámaras catalanas.

Proceso independentista

Entonces, el proceso independentista arrolló a Baiget y situó a Santi Vila en la consejería. Prometió sacar adelante la norma después del verano. Como mínimo, publicar el calendario electoral en el último trimestre del ejercicio, aunque la convocatoria del referéndum del 1 de octubre propició la paralización de la actividad en la Generalitat. Además, el nuevo conseller renunció a su cargo antes de la proclamación simbólica de la república.

En este periodo políticamente convulso, las cámaras catalanas han iniciado sus procesos electorales. Los plenos aprobaron cuál debería ser su futura composición en base al decreto ley de Baiget, que dice que dos terceras partes de los miembros serán de elección directa, el 10% elegidos por las patronales más representativas (Foment del Treball, Pimec y Fepime) y el resto los de las empresas con contribuciones más importantes. Con esta fotografía definida, se publicaron los censos electorales y se abrió el periodo de exposición pública para que las compañías de las respectivas demarcaciones pudieran subsanar errores.

Introducción del voto telemático

El nueve Govern deberá resolver otro problema en estos comicios que tanto Baiget como Vila dejaron sobre la mesa. Tendrá que decidir si finalmente se introduce el sistema de votación telemática.

En la legislatura pasada se apostó por ello, igual que en la Comunidad Valenciana, pero existen dudas de que técnicamente se esté preparado para implementarlo con la seguridad jurídica que se requiere. Errores en este sentido podrían derivar en una impugnación del resultado, la guinda del pastel de un proceso lleno de obstáculos agenos a la actividad cameral.

Con todo, el esquema con el que se trabaja en el consejo superior es provisional. Son conscientes de que un retraso en la envestidura de un nuevo presidente de la Generalitat imposibilitaría que se cumpliera con el calendario estatal. Se espera que la extraordinariedad del momento político en Cataluña se tenga en cuenta para dejar más margen para renovar los liderazgos que se demandan desde las 13 cámaras catalanas.