La zona de exportaciones del puerto de Barcelona / PORT DE BARCELONA

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La Cámara de Comercio prevé que la economía catalana crezca menos que la española

El cambio de tendencia en la evolución del PIB que se dio a finales de 2018 se mantendrá por el impacto de la desaceleración mundial

11 abril, 2019 12:11

La economía catalana crecerá una décima por debajo del conjunto de España en 2019, con un avance del PIB autonómico del 2,1% frente al 2,2% que se registrará en el resto del país. Así lo ha indicado este jueves el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls, en la presentación del último informe de coyuntura de la organización de dinamización empresarial.

Confirma de este modo que se mantendrá a lo largo del ejercicio en curso y en el año próximo una tendencia de crecimiento que se invirtió en el último trimestre de 2018. Hasta ahora, el dinamismo de la economía catalana había superado a la del conjunto de España. Valls lo explica por el mayor peso de la industria y de las exportaciones de las compañías locales, hecho que permite “crecer más en periodos de expansión pero menos que el resto cuando hay una desaceleración”. Y este es el escenario macroeconómico actual en todo el mundo.

Desaceleración, no recesión

La economía internacional ha frenado los avances del PIB, especialmente por la caída en la industria. “Confirmamos que la desaceleración se prolongará a lo largo de 2019 y 2020, ha quedado atrás la fase más alcista del ciclo”, ha certificado el presidente de la Cámara de Barcelona. Con todo, él mismo remarca que “no se ven señales de que la economía catalana entre en una nueva fase de recesión”.

Previsiones macroeconómicas de la Cámara de Comercio
  2018 2019 2020
PIB 2,6% 2,1% 2%
Consumo privado 2% 1,7% 1,6%
Consumo público 1,9% 1,6% 1,3%
Formación bruta de capital 4,6% 3,8% 3,5%
Exportaciones 2% 2,7% 2,8%
Importaciones 3,6% 3% 3%
Índice precios de consumo (base 2011) 1,8% 1,5% 1,5%
Ocupados 2,8% 2,3% 2,1%

Pide dejar clara la diferencia entre una desaceleración generalizada y lo que implica entrar de nuevo en un periodo de decrecimiento. “Hemos salido de una crisis sistémica que se dio entre 2008 y 2013-2014 y a partir de este momento hay crecimiento, otra cosa es si será más o menos fuerte”, ha remarcado.

Debilidad de los principales clientes exteriores

La Cámara de Comercio de Barcelona sí que enciende las alarmas ante un dato del informe de coyuntura, el de la caída de exportaciones. En el primer mes del año, el único del que se disponen de datos consolidados, muestra que en segmentos tan importantes como la automoción --representa el 14% de la balanza exterior-- presenta “caídas al ritmo del 16% desde el segundo trimestre de 2018”.

La mayor desaceleración del resto de economías europeas respecto al país es la que justifica estas cifras. “El consumo exterior ha bajado el 2% en Cataluña y el 1,1% en el resto de España en enero”, ha señalado Valls, “es un indicativo que nos preocupa”. Cuestiones como el frenazo de la economía alemana han tenido consecuencias negativas para el PIB local, ya que es el primer país destinatario de la exportación de la química catalana o de la fabricación de vehículos.

Principales mercados y ‘Brexit’

Lo mismo ocurre en Italia, otra de las plazas más importantes en las ventas exteriores, el impacto de la guerra comercial de EEUU y China o el de las protestas de los gilettes jaunes en Francia. No sólo han propiciado caídas del 30% en la facturación de los comercio de lujo de París, también han propiciado un impacto negativo en la venta de productos y servicios desde Cataluña.

Todo ello, con un Brexit cuyo desenlace aún está en el aire. La Cámara de Comercio de Barcelona explica que todas las proyecciones del informe se han hecho en el escenario de una salida de Reino Unido de la Unión Europea mediante un acuerdo. La cúpula de se muestra optimista en conseguirlo tras el acuerdo alcanzado de madrugada que prolonga hasta octubre el plazo para llegar a este ansiado pacto.

Efectos sobre el empleo

La organización de dinamización empresarial señala que la desaceleración económica “no tienen ningún impacto en el paro”, ha explicado el responsable de estudios económicos de la institución, Joan Ramón Rovira. Reconoce que ha habido un repunte en los expedientes de regulación de empleo (ERE), especialmente de algunas actividades industriales, pero lo une más a la transformación necesaria de las compañías que al inicio de un nuevo periodo de destrucción de empleo.

El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls (d), y el responsable de estudios económicos, Joan Ramón Rovira (i) / CG

El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls (d), y el responsable de estudios económicos, Joan Ramón Rovira (i) / CG

El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls (d), y el responsable de estudios económicos, Joan Ramón Rovira (i) / CG

Recuerda que la afiliación a la Seguridad Social presenta un “crecimiento robusto del 2,7%” en el primer trimestre del año, sólo una décima por debajo del periodo anterior, y que todos los sectores de actividad presentan porcentajes netos de creación de empleo aunque sean más bajos que el periodo precedente.

Subida de salarios

Es más, la organización empresarial manifiesta que ha habido un crecimiento de los salarios reales en el sector público y en el privado. Estima que en el ejercicio en curso repuntarán el 2,5% frente a una inflación del 1,6%, por lo que se recuperará parte del poder adquisitivo que se perdió durante la crisis. Algo básico si se tiene en cuenta que el dinamismo económico catalán se apoya en el consumo interno.

“La renta disponible ha disminuido mucho en España durante la crisis, es un efecto que se debe compensar de forma evidente”, ha sentenciado Valls, “más, con un ciclo en crecimiento”. Indica que las medidas que se han tomado hasta la fecha en este sentido han sido “adecuadas” y que se debe evitar a toda costa “convertirnos en una economía low cost.

La competitividad de las empresas catalanas “tiene mucho que ver con la innovación y la tecnología”, según su presidente, no con la baja masa salarial de los trabajadores. La organización empresarial advierte de que esto sería aún más nocivo para una economía en desaceleración.