Cajas de fruta y verduras vacías en un supermercado por el desabastecimiento de algunos productos en la cadena de suministro / JOAQUÍN CORCHERO - EP

Cajas de fruta y verduras vacías en un supermercado por el desabastecimiento de algunos productos en la cadena de suministro / JOAQUÍN CORCHERO - EP

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Las cadenas de suministro seguirán bloqueadas hasta 2023

El desabastecimiento provocado por la recuperación, la guerra, las huelgas y las compras de pánico se extiende a las frutas, verduras, lácteos y conservas

5 abril, 2022 00:00

El bloqueo logístico agravado por la guerra de Ucrania se alargará, como mínimo, hasta 2023. A pesar del mensaje de calma lanzado ayer por la industria alimentaria, los expertos y asesores de compañías de los sectores afectados reconocen a este medio que no prevén una resolución rápida de los detonantes de la ruptura de las cadenas de suministro internacionales en la alimentación, automoción, o electrónica, que van más allá de la invasión.

Estos problemas logísticos han sido provocados por la rápida reactivación económica tras el parón del Covid, la escasez de productos procedentes de Ucrania y Rusia, la huelga de transportistas y las compras de pánico, es decir, la adquisición por parte de los consumidores de cantidades superiores a las que habitualmente necesitan. Ello provoca que el desajuste temporal de oferta se vea agravado por un pico de demanda.

Se podría arrastrar hasta 2024

¿Hasta cuándo durará la falta de productos? "Antes de que llegase la guerra de Ucrania, las previsiones nos llevaban hasta 2023 a nivel logístico general", asegura Cristian Castillo, profesor de Logística de la UOC. "Ahora, con esta situación de invasión que no sabemos si derivará en algo más, esperamos que no genere una Tercera Guerra Mundial, las previsiones de un 2023 largo y quizá hasta 2024 no son lejanas, sino acertadas, porque aún no habíamos dejado la pandemia y ahora nos ha llegado esta situación. Recuperarse no es inmediato", advierte.

Fernando Vázquez, socio consultor de ERA (Expense Reduction Analysts), firma que asesora, entre otras compañías, a supermercados para sortear el desafío actual, coincide en que "tenemos un año 2022 muy complejo por delante y un 2023 también regular, si no malo". "Es muy preocupante, no sé si estamos teniendo el suficiente foco y atención con la importancia de todo esto", subraya.

Faltan frutas, verduras y conservas

El directivo alerta de que "hay un riesgo cierto de disrupciones grandes en la cadena de suministro", más allá del desabastecimiento puntual vivido hasta ahora. A corto plazo, las fuentes consultadas apuntan a la posible escasez de alimentos perecederos como frutas, verduras y lácteos --en este caso, su falta ya es perceptible en las neveras de los supermercados-- o de conservas.

"Van a ser meses muy complejos, no se va a solucionar de la noche a la mañana", indica Vázquez, que argumenta que el escenario actual "no es solo por la guerra, se venía cociendo de antes". "La subida de precios se empezó a gestar en 2021, también motivado por un acelerón en el cambio de política energética europea y los planes de Rusia para generar una situación de tensión en Europa", detalla.

Compras de pánico

"En un contexto de incertidumbre, hay una necesidad psicológica de controlar algo", señala Pedro Rey, profesor de Economía del Comportamiento de Esade, que explica así el fenómeno de la subida del consumo. Normalmente, son bienes de primera necesidad, como la leche, la harina, el papel higiénico o el aceite. "Cuanto más ocupa una decisión que has tomado, más sensación de tranquilidad o de control tienes", añade el economista.

Factores como la escalada de precios o la profecía autocumplida --el consumo excesivo hace que realmente los productos se agoten antes-- significan que, a nivel individual, "no es mala decisión acaparar", pero Rey llama a que "contribuyamos todos a no agravar el problema", así como a comunicar correctamente las medidas adoptadas por el Gobierno, como la de permitir a los supermercados limitar las cantidades que se pueden comprar de un determinado producto. Una decisión "sensata, pero que provoca pánico" dependiendo de como se anuncie.