Un autobús de Rosanbus, uno de los operadores de transporte del Baix Llobregat / Cedida

Un autobús de Rosanbus, uno de los operadores de transporte del Baix Llobregat / Cedida

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Patronal y sindicatos impugnan el bus del Baix Llobregat

Fecav, CCOO, UGT y Tusgsal cuestionan el macroconcurso de 263 millones del AMB del servicio de autobuses entre Barcelona y la comarca industrial

19 enero, 2022 00:00

Un hecho prácticamente inédito. Así se lee desde el sector del transporte la impugnación de la nueva macrolicitación de 263 millones del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) relativa al servicio de bus entre la Ciudad Condal, L'Hospitalet de Llobregat y diversas ciudades del Baix Llobregat. Han recurrido los pliegos de contratación los sindicatos CCOO y UGT, la patronal Fecav y la empresa de economía social Tusgsal

Lo han explicado fuentes del sector, precisando que los recursos se centran en el elevado peso de la oferta económica. Algo que, a su juicio, podría poner en riesgo la calidad del servicio. Es, alertan, un posible nuevo capítulo de las dificultades en las que se han sumido otros servicios como el del Aerobús, que lidió con un conato de huelga el pasado año, o el de Avanza, que se enfrenta al malestar ciudadano por lagunas en la prestación. 

Contra las ofertas a la baja

Sea como fuere, la impugnación del nuevo concurso del bus del Baix Llobregat tiene diversas lecturas. La primera es que el proceso del AMB para encontrar un operador sufre un revés después de que la anterior macrolicitación, de unos 600 millones de euros, fuera censurada por la Autoridad Catalana de Competencia (Acco). 

Finalmente, la Administración supralocal las troceó. Este segundo intento trata de encontrar operador para las ciudades en las que opera la empresa local Rosanbus. Un primer movimiento del AMB terminó encumbrando al grupo gallego Monbus, pero el concurso se ha repetido. Es ahora en esta repetición cuando los dosieres de contratación han recibido impugnaciones. 

Clave: ofertas económicas

En puridad, las incidencias en los concursos públicos para el transporte colectivo del Baix Llobregat se explican por la fuerte rivalidad en las ofertas económicas. Los distintos operadores tratan de superar a su competidor. Los márgenes ajustados del servicio provocan que las compañías tengan que ofertar con bajas económicas respecto al precio de salida. 

No lo pueden hacer con mejoras porque la oferta económica tiene mucho peso. Y por los costes. El personal se come cerca del 65% al 70% del coste de la contrata. El resto son costes fijos que son análogos para todos los aspirantes. Por ello, las empresas se desafían unas a otras con bajas económicas que, a la postre, provocan tensiones con el personal y roces por la calidad del servicio. 

La batalla por el transporte

Sea cual fuere el motivo concreto, lo que subyace es mucho más importante para la economía catalana. El transporte de pasajeros se ha convertido en terreno de batalla de las grandes compañías, que han entrado a disputar los jugosos contratos públicos con los operadores locales, más arraigados al territorio. Ocurrió con el NitBus, donde Alsa trató de apear a Tusgsal en el último concurso en 2016. Finalmente, el AMB desistió tras recursos y protestas. 

Un esquema similar se repitió con el Aerobús, donde Monbus sí ha conseguido desplazar a la UTE SGMT, con presencia de TMB, Moventia y Tusgsal, en un bronco concurso. Ahora, la liza tiene lugar de nuevo por el macrocontrato del NitBus, cuyo valor es casi de 1.000 millones de euros. Antes del gran enfrentamiento por esta contrata, hay una previa en forma de trifulca entre firmas por el bus del Baix Llobregat. 

Dos concepciones: abierto o local

La gresca entre empresas esconde un debate más profundo: los servicios públicos operados desde un punto de vista abierto frente a uno que opta por enraizarlos en las compañías locales. En el primer campo, la Acco ha abogado por dividir los grandes contratos de transporte del AMB, cuestionando con frecuencia lo que ve como restricciones a la competencia en los grandes contratos. Pide Competencia más rivalidad para, asegura, rebajar precios y beneficiar finalmente al consumidor. 

Esta postura entronca con lo deseado por grandes grupos como Monbus, de capital nacional, Alsa, británico, o Avanza, de origen mexicano. En el otro lado del debate se sitúan operadores locales como Baixbus o Tusgsal, que piden ayudas para retener contratos que, sostienen, dejan riqueza directa en el territorio. Asimismo, alegan que las licitaciones más cuantiosas --y no fragmentadas como pide la Acco-- les ayudan a buscar sinergias y reducir costes para la Administración.