El presidente italiano, Sergio Mattarella (izquierda), y el primer ministro, Mario Draghi, en la ceremonia del juramento de Draghi en Roma / EFE

El presidente italiano, Sergio Mattarella (izquierda), y el primer ministro, Mario Draghi, en la ceremonia del juramento de Draghi en Roma / EFE

Business

Los Benetton cuentan con el Gobierno italiano para que vete a ACS en Atlantia

El primer accionista de la concesionaria transalpina mueve ficha para evitar perder el control de la compañía y tiene en Roma un aliado de excepción

8 abril, 2022 00:00

La tentativa de ACS, aliado con los fondos GIP y Brookfield, para hacerse con el control de Atlantia se antoja tremendamente complicada. El principal escollo es la negativa de la familia Benetton, primer accionista de la empresa, a vender su participación del 33%. Pero además, en el caso de que el grupo español se decantara por una operación hostil, los empresarios italianos cuentan con la baza del Gobierno del país, dispuesto a vetar la compra para evitar que una gran corporación abandone el territorio transalpino.

La situación de debilidad de un buen número de compañías italianas por sus bajos precios en bolsa ha desembocado en una auténtica desbandada de grandes fondos en busca de oportunidades para llevar a cabo adquisiciones a costes atractivos. Tras las ofertas por activos como Telecom Italia y su filial de móviles, TIM, Roma no está dispuesta a que el italiano se convierta en un mercado persa y que el país se vacíe de grandes referentes corporativos.

La baza de los aeropuertos 

En el caso de Atlantia, llegada la situación de una oferta formal por parte de inversores internacionales, el Gobierno que lidera el expresidente del Banco Central Europeo (BCE) Mario Draghi está dispuesto a jugar la baza de un veto con la base de uno de los activos más preciados del grupo. 

Se trata de Aeroporti di Roma (ADR), que incluye las infraestructuras de Fiumicino y Ciampino, consideradas por el Ejecutivo como estratégicas por ser una de las principales vías de entrada al país.

A por las autopistas

Bien es cierto que el interés de ACS en esta operación no está precisamente en esta parte de la cartera sino en las concesiones de autopistas, que sería lo que finalmente compraría en el caso de que se formalizara la transacción. En este paquete de activos se incluiría el 50% más una acción de Abertis que no controla.

Pero en cualquier caso, ADR formaría parte de la operación, aunque se lo quedaran los fondos, y sería suficiente para el Gobierno exigiera un visto bueno que no daría.

Los fondos contactan con Benetton

Hace ya unas semanas que los Benetton diseñan una estrategia defensiva porque el desvelado en la tarde del miércoles por la información de la agencia Bloomberg no es precisamente el primer acercamiento que reciben de grandes fondos para interesarse por una eventual compra de Atlantia.

En el caso de la operación en la que está involucrada la compañía que preside Florentino Pérez, fueron los fondos GIP y Brookfield los que se pusieron en contacto con el primer socio de Atlantia para trasladarle su interés por hacerse con la compañía. 

ACS se une a la operación

Tras sendas reuniones, mantenidas a lo largo del mes de marzo, hace poco más de una semana los inversores hicieron llegar a los Benetton una oferta no vinculante, cuya cuantía no ha trascendido.

Fue entonces cuando ACS decidió unirse a la operación y acordó negociaciones en exclusiva con ambos vehículos de inversión. Desde que pactó la venta de su división industrial a la francesa Vinci, por la que ha ingresado más de 5.000 millones de euros (con cerca de 3.000 millones de plusvalía), la estrategia de Pérez ha pasado por la creación de un gran grupo internacional de concesiones de autopistas.

El presidente de ACS, Florentino Pérez, en la junta de accionistas de la compañía / EP

El presidente de ACS, Florentino Pérez, en la junta de accionistas de la compañía / EP

Tentativa frustrada

De ahí que ya intentara hacerse con un gran bloque cuando la propia Atlantia puso a la venta su participación mayoritaria (88%) en Autostrade per l’Italia (Aspi), que incluye todas las concesiones de autopistas en el país, del que el Gobierno, entonces comandado por Giuseppe Conte, le obligó da deshacerse como castigo por la tragedia del puente Morandi.

Por entonces, ACS, que ya tanteó el apoyo financiero de los fondos, llegó a presentar una oferta valorada en unos 10.000 millones de euros, aunque Roma ya había articulado la suya a través de la entidad pública Cassa Depositi e Prestiti, con el apoyo de Blackstone.

Cambio de escenario 

Precisamente, esta operación, que reportará a Atlantia ingresos en torno a 8.000 millones de euros, aun no se ha cerrado de forma definitiva y permitirá al grupo reducir su elevado endeudamiento al entorno de los 30.000 millones de euros. 

El escenario ha cambiado desde entonces, tanto el Palazzo Chigi, sede del Ejecutivo italiano, como en el seno de la familia Benetton. En el primero, los mandos están bajo la mano firme de Draghi, que ya fue el encargado de tutelar la operación de Aspi. En cuanto a la saga de poderosos empresarios, la crisis abierta tras el fallecimiento de Luciano Benetton, principal artífice del holding Edizione, parece haber pasado a la historia con las riendas en manos de su hijo Alessandro, que ha logrado pacificar las luchas intestinas entre las cuatro ramas que componen actualmente la familia.

Sintonía con Roma

Y además, los Benetton han logrado también recomponer las relaciones con Roma que quedaron prácticamente rotas aquel trágico verano de 2018, cuando el hundimiento del puente Morandi, situado en una de las concesiones de Atlantia en Italia, próximo a Génova, causó la muerte de 43 personas. Tanto es así que Edizione incorporó como alto ejecutivo a Enrico Laghi, que se encargó de tutelar precisamente el proceso de venta de Aspi como comisario, y al que se le reconocen grandes conexiones con el Palazzo Chigi. 

También resulta llamativo que Edizione haya propuesto como uno de sus representantes en el consejo de Atlantia para su renovación en la próxima junta de accionistas al diplomático Giampiero Massolo, actual presidente de Fincatieri, compañía naval controlada por el Estado italiano, y que ha ejercido en diversos cargos públicos, como la dirección de Información para la Seguridad y la secretario de Estado de Asuntos Exteriores, así como de asesor para primeros ministros en acontecimientos como reuniones del G7 y el G20.