Un repartidor pasa por delante de una oficina del Banco Popular en Barcelona / CG

Un repartidor pasa por delante de una oficina del Banco Popular en Barcelona / CG

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El BCE culpa a la cúpula directiva del Popular de la liquidación del banco

El informe redactado por el supervisor pone el foco en la mala gestión y en el ruido mediático que generaron los problemas de la entidad

16 agosto, 2017 08:53

El Banco Central Europeo (BCE) ha realizado un ejericio de transparencia y ha publicado una parte del informe que sirvió para liquidar la entidad que presidía Emilio Saracho y que fue vendida al Santander por un euro.

El eurobanco indica en una nota, la publicación de este documento, que borra las partes más confidenciales, es “una excepción a la política general de comunicaciones del BCE, que de acuerdo con la ley, no prevé la publicación de decisiones individuales de supervisión que están protegidas por las reglas del secreto profesional”.

El BCE ha recibido diversas peticiones de información sobre la decisión de cerrar el Popular, sin embargo ha roto la tradición de no desvelar este tipo de papeles.

La publicación de este informe parece ir más allá. Ofrece una relación de hitos que, uno tras otro, propició una escalada de despropósitos hasta el punto de acabar con una fuga de depósitos que volvió inviable al banco. Todos estos hechos señalan a la gestión que hizo el Popular y el ruido mediático que se genero entorno a la entidad.

Cronología de la muerte del banco

El BCE detalla fecha por fecha la crónica de cómo se mató al banco. En febrero, la entidad realizó unas provisiones extraordinarias de 5.700 millones, declaró unas pérdidas de 3.485 millones y sustituyó al presidente Ángel Ron por Saracho. Estos anuncios provocaron que la agencia DRBS rebajase el rating el 10 de febrero y causaron “una preocupación significativa” entre los clientes, que se plasmó en “una inesperada retirada de depósitos” y “una alta frecuencia de visitas a las sucursales”, dice el documento que sirvió para evaluar la liquidación.

El 3 de abril, la entidad informó de dos cosas. Unas auditorías internas que modificaron los resultados, y el reemplazo del consejero delegado, Pedro Larena, después de haber estado menos de un año en el cargo. Eso disparó una oleada de salidas de depósitos más potente que las anteriores. A partir ahí todo recrudeció las fugas de dinero. El 10 de abril, Saracho anunció que el banco necesitaba una ampliación de capital o una operación corporativa. 

"Negativa" cobertura médiatica

Para colmo de males, el BCE identifica en su relato “la continua cobertura negativa de la prensa”. Y pone como ejemplos concretos dos artículos del diario digital El Confidencial publicados el 11 y el 15 de mayo. En ellos se contaba que Saracho había encargado la venta de la entidad y que una inspección del BCE había exigido más provisiones.

Como recoge El País, el informe no menciona explícitamente a la presidenta del Mecanismo Europeo de Restauración Bancaria, Elke König, cuyo entorno supuestamente declaró a la agencia Reuters que se había puesto bajo “alerta temprana” al Popular.

Ante estas afirmaciones el 31 de mayo, las acciones de la entidad se desplomaron un 6% en un solo día. Una semana más tarde, el banco tuvo que ser liquidado.

El BCE se lava las manos

No obstante, el BCE reconoce que “los depósitos perdidos desde el 31 de mayo son particularmente relevantes, una vez se reveló en los medios que el banco podría enfrentarse a un cierre si el proceso en marcha de venta no fructificaba en el corto plazo”. Es decir, admite el fiasco que supusieron esas declaraciones.

El análisis explica, además, que el Popular estaba intentado culminar una venta del banco. Sin embargo, se considera que “la transacción no ocurrirá en un plazo previsible que permita a la entidad pagar sus deudas”. Dadas “las excesivas salidas de depósitos, la rapidez con la que se está perdiendo liquidez y la incapacidad de la entidad de generar más liquidez, existen elementos objetivos que indican que la entidad supervisada será probablemente en el futuro próximo incapaz de pagar sus deudas u otras cargas. Por ello, se estima que la entidad caerá o es probable que lo haga en el futuro próximo de acuerdo con la legislación”, sentencia.

Mejor que otras entidades

Es más, se dice abiertamente que la entidad ha comunicado al BCE que el propio consejo del Popular ha concluido que el banco es “probable que quebrase”. E incluso cita que se tiene el comunicado que la entidad remitió con esa información al supervisor. O sea, que el BCE con ello se cubre perfectamente las espaldas de cualquier responsabilidad aneja.

Por último, el documento pone una foto con datos de cómo estaba el Popular el 6 de julio. Y no aparece mucho peor que otras instituciones financieras que no han sido liquidadas. De la lectura del texto se desprende que una mala gestión alimentó el pánico que hizo insostenible la entidad. En definitiva, el Popular fue víctima de un pánico bancario, algo que según los expertos puede tumbar hasta al banco más solvente.