Protesta de los trabajadores de Vicrila por la caótica gestión del concurso de acreedores/ CG

Protesta de los trabajadores de Vicrila por la caótica gestión del concurso de acreedores/ CG

Business

Los bancos rechazan el plan de Sainberg para reflotar Vicrila

Los acreedores consideran que el proyecto industrial tiene muchas lagunas y temen que les pidan nuevas aportaciones millonarias.

14 marzo, 2017 00:00

Los bancos acreedores de Vicrila, la centenaria empresa vasca fabricante de vidrio de mesa en concurso de acreedores desde septiembre de 2016, rechazan el plan financiero presentado por el grupo inversor Sainberg para hacerse con el control de la compañía. El juez que lleva la gestión concursal recibe hoy la propuesta formal de Sainberg, que ya ha sido aceptada por el conjunto de los trabajadores de la compañía y avalada por la administración concursal.

Fuentes financieras que siguen la situación de Vicrila señalan que una parte importante de los bancos acreedores, sobre todo Kutxabank, Sabadell y Caixabank, no están de acuerdo con las condiciones financieras contenidas en el plan de Sainberg. Los bancos consideran insuficiente la aportación de cinco millones de euros que hace Sainberg para reflotar Vicrila, cuando se necesitan unos 18 millones de euros en los próximos cinco años. Los bancos consideran que Sainberg sólo dispone de cinco millones de euros de inversión nueva y temen que el resto del dinero necesario para salvar la empresa la tengan que aportar ellos; situación que rechazan cuando se les va a exigir un fuerte sacrificio con la deuda que ya acumula Vicrila, con levantamiento de garantías, quitas y aplazamientos de pagos. El pasivo total del concurso supera los 70 millones de euros, entre bancos, proveedores, Hacienda y Seguridad Social.

Un proyecto irreal

Las estimaciones de los bancos señalan que este año se necesitarán cuatro millones de euros de inversión nueva en Vicrila; en 2018 la inversión acumulada debe ser de casi nueve millones; en 2019, de más de doce millones; en 2020 se deben superar inversiones acumuladas de 16 millones de euros, y en 2012 la inversión acumulada debería estar próxima a los 19 millones de euros. En el plan de Sainberg, según las fuentes consultadas, no hay información sobre esas inversiones necesarias más allá de los cinco millones que ya han anunciado. El resto del dinero se va a solicitar de nuevo a los bancos.

No sólo la indefinición del plan financiero inquieta a los bancos acreedores, el plan industrial tienen muchas lagunas, señalan fuentes financieras. El proyecto de Sainberg prevé incrementos de ventas entorno al 15% anual sin bajar precios, situación que la banca acreedora considera irreal en el actual entorno competitivo del negocio de vidrio de mesa. Sainberg ha hecho una propuesta de compra de Vicrila asumiendo a todo el personal actual, con un plan de reducción de salarios e incremento de jornada laboral. Para los bancos acreedores es casi imposible que los ahorros de costes laborales que propone Sainberg se puedan alcanzar y sus análisis los cifran en la mitad de los señalados.