Popular, Santander y BBVA utilizan sistemas para dar respuesta a los clientes catalanes temerosos con una eventual separación de España

Popular, Santander y BBVA utilizan sistemas para dar respuesta a los clientes catalanes temerosos con una eventual separación de España

Business

‘Cuenta espejo’ para sacar dinero de Cataluña de los clientes que temen la independencia

El sistema permite a los usuarios de banca operar desde la comunidad pero tener sus fondos en otros puntos de España para evitar un hipotético corralito

22 noviembre, 2015 21:15

De forma discreta, sin publicidad y sin tomar la iniciativa, la banca española ha empezado a ayudar a aquellos de sus clientes catalanes que están preocupados por las consecuencias que tendría para sus ahorros la eventual separación no pactada de Cataluña del resto de España.

La fórmula más sencilla y directa es la cuenta espejo –o reflejo– que consiste en la apertura de un cuenta paralela a la ya existente, pero radicada en una oficina bancaria dependiente de la sede central del banco, fuera del territorio catalán. Para suscribirla basta con la simple firma de un nuevo contrato.

Evitar la dependencia de un banco central catalán

De esta forma, el titular puede mantenerla operativa en todo momento. Si un día un gobierno autonómico –en este caso, el catalán– decidiera crear instrumentos de Estado, uno de los primeros pasos que tendría que dar es la constitución de una autoridad financiera propia, un Banco de Cataluña. Sustituiría al Banco de España y tendría competencias sobre las entidades con la sede corporativa en el territorio y sobre las oficinas del resto de la banca que operasen en las cuatro provincias.

Como en su día reconoció tan desafortunadamente el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, una decisión de esas características podría incentivar la retirada de efectivo, una hemorragia que la nueva autoridad se vería obligada a taponar limitando los reintegros, o sea creando lo que se denomina un corralito. No obstante, si el dinero de un ahorrador está “radicado” en una cuenta madrileña, santanderina o bilbaína, podría eludir semejante situación, tan desagradable como improbable.

Un servicio antiguo, pero adaptado a las peticiones

Por esa razón, y ante el goteo constante de clientes que manifiestan su inquietud ante esa remota posibilidad –goteo que nunca ha sido avalancha–, algunos bancos les ofrecen la cuenta espejo, que no es un producto nuevo, sino un servicio que siempre se había utilizado en casos de cambio de domicilio dentro del territorio o de expatriaciones temporales, según informan las fuentes consultadas del Banco Popular.

Algunos clientes del Banco Santander también lo están utilizando, tal y como ha comprobado Crónica Global. Sin embargo, las fuentes oficiales del banco a las que ha acudido este medio lo han negado tajantemente. “Es ciencia ficción. Para una organización bancaria territorial, favorecer una operativa de esas características sería como echarse piedras sobre su tejado”, dicen. Otra cosa, añaden, es que haya un cliente de Barcelona que abra otra cuenta en Zaragoza, por ejemplo.

La ‘reubicación’, un sucedáneo

En el BBVA aseguran que no cuentan con ese servicio para particulares. Lo que han hecho algunos de sus clientes es acogerse a la figura de la “reubicación”. Quien puede facilitar una dirección más allá del Ebro –aunque la correspondencia postal se mantenga donde siempre– tiene la posibilidad de colocar fuera del territorio catalán la radicación de cualquiera de los productos que tenga contratados con el banco: cuentas, depósitos, fondos, seguros, etcétera.

Preguntadas por esta cuestión, las fuentes oficiales del banco no lo niegan, si bien subrayan que el número de reubicaciones que se hace cada año es mínimo, casi residual. Lo cierto es que el banco organiza ese tipo de traslados por cupos trimestrales. De forma que no son inmediatos. De hecho, si un cliente quisiera hacerlo ahora mismo, probablemente no sería efectivo hasta marzo o abril.

Por su parte, tanto Caixabank como Banco Sabadell, con sede corporativa en Cataluña, han negado disponer de servicios o fórmulas semejantes.