La bolsa ha premiado a BBVA y Banco Sabadell por su decisión de abortar la fusión que negociaron / EP

La bolsa ha premiado a BBVA y Banco Sabadell por su decisión de abortar la fusión que negociaron / EP

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Banco Sabadell y BBVA, los mejores títulos de 2021 tras romper la fusión

El mercado da la razón a ambas entidades, que acabaron con las negociaciones para unirse, y se lo demuestra con una apuesta conjunta de 14.000 millones de euros

4 octubre, 2021 00:00

Pocos hubieran imaginado a finales de noviembre de 2020 que Banco Sabadell sería el valor más destacado del Ibex 35 al año siguiente y con mucha diferencia. Por entonces, su cotización volvía a desplomarse tras la confirmación de que el proyecto de fusión con BBVA había encallado definitivamente. Contra el pronóstico de la mayoría, el mercado ha terminado por dar la razón a los actores de la frustrada operación. A los dos. No en vano, la capitalización conjunta de ambos se ha elevado más de 14.000 millones de euros desde enero.

Al inicio del último trimestre del año, Banco Sabadell acumula una espectacular revalorización del 105% en lo que va de 2021. No sólo es el valor más destacado del Ibex 35 sino el de todo el Mercado Continuo. Para hacerse una idea de la magnitud del salto, los avances del segundo título más destacado del selectivo este año, Fluidra, se quedan en el 65%. Y en el caso del Continuo, el segundo cajón del podio corresponde a Tubos Reunidos, con algo más de un 86%.

Distancia con el resto de la banca

Mientras, BBVA ocupa la tercera plaza en el caso de Ibex, con una subida próxima al 42% en 2021. Tanto esta entidad como Banco Sabadell se destacan con claridad del resto del sector. A continuación aparecen Caixabank (+27%) y Santander (+23%), mientras que la apreciación de Bankinter desde enero se queda en el entorno del 15%.

“Hubiera sido muy difícil que la capitalización de la entidad que hubiera surgido de la fusión entre BBVA y Banco Sabadell hubiera registrado tales avances. Al menos desde el punto de vista bursátil, el tiempo ha dado la razón a los consejos de los bancos cuando decidieron no seguir adelante con la operación”, señalan desde un banco de negocios internacional.

La sede de Caixabank en Barcelona / EP

La sede de Caixabank en Barcelona / EP

Muchas dudas

Tras la confirmación de la ruptura, el futuro de Banco Sabadell se adivinaba más de que incierto. Muchos habían señalado a la fusión como una última oportunidad para la entidad que preside Josep Oliu de sobrevivir en un entorno tan complejo, con la tormenta perfecta sobre el sector financiero que supone la crisis del coronavirus y el escenario continuado de tipos de interés negativos.

Para colmo, el Sabadell tenía por delante abrir una nueva etapa en cuanto a la gobernanza por la anunciada marcha de Jaume Guardiola como consejero delegado, tras 14 años en la entidad y un ejercicio de prórroga concedido por el ejecutivo como gesto pero que tocaba a su fin.

Poner en valor TSB

En el mercado apuntan precisamente a este proceso de relevo como una de las claves para explicar el comportamiento del valor en los últimos meses. La llegada de César González-Bueno para tomar el testigo de Guardiola ha llevado al banco a cambiar parte de su estrategia inicial tras el fracaso de la fusión que pasaba, sin ir más lejos, por deshacerse de su filial británica TSB, que tantos dolores de cabeza ha dado al consejo desde su adquisición en 2015.

Pero en la nueva hoja de ruta que comenzó a diseñar González-Bueno, plasmada en el plan estratégico que presentó Banco Sabadell en mayo, no se contemplaba una venta que hubiera resultado de lo más complicada por la falta de interés en el mercado y los precios de derribo que se hubiera ofrecido. Como alternativa, el ex de ING observó que la entidad con sede en Alicante ya había hecho, en realidad, lo más difícil con la entidad británica y que estaba más cerca de lo que parecía de empezar a recoger los resultados del trabajo de los últimos años.

Más ajustes

Dicho y hecho, tras dos años de duro ajuste, TSB ha empezado a aportar beneficios al grupo y ya no se ve como aquel lastre que complica cualquier operación corporativa que el Sabadell quiera afrontar en el futuro, bien como comprador, bien como comprado.

Aunque, sin duda, uno de los elementos que el mercado ha valorado más a la hora de apostar más de 2.000 millones de euros por el Banco Sabadell ha sido el proceso de ajuste. Antes incluso de presentar el plan, González-Bueno ya anticipó públicamente que el margen de mejora en la eficiencia de la entidad, especialmente en banca minorista, era considerable.

Sede del BBVA, uno de los actores del sector de la banca en España / EP

Sede del BBVA, uno de los actores del sector de la banca en España / EP

El ERE del BBVA

Dicho y hecho, el plan estratégico a tres años contempla ahorros de 100 millones anuales y antes del verano la entidad ya había planteado una nueva reducción de plantilla tras la salida de 1.800 empleados a comienzos del ejercicio.

Un adelgazamiento que también ha llevado a cabo BBVA, del que el mercado no esperaba un ajuste tan radical. El ERE de la entidad que preside Carlos Torres se fue por encima de las 3.200 personas pero apenas ha tenido un coste de imagen para el banco. La posición desahogada de solvencia que le proporcionan los ingresos provenientes de la venta del negocio en EEUU le sitúa en una posición cómoda para afrontar los próximos trimestres.

Creación de valor

“Una fusión en aquellos momentos hubiera comportado un ajuste de plantilla muy costoso para la entidad resultante, tanto en términos económicos como de imagen. Cada uno lo ha hecho por su cuenta y, con vistas al futuro, las entidades estarán más saneadas con vistas a una eventual operación”, apunta la citada fuente.

Porque en el mercado no ha desaparecido la idea de una fusión entre el BBVA y Banco Sabadell, aunque no en el corto plazo. En el primero insisten en la idea de afrontar una operación de este tipo sólo en el caso de que “cree valor para el accionista”, como ha reiterado su consejero delegado, Onur Genç, casi de forma recurrente en cada presentación de resultados trimestrales; en el segundo, en la estrategia de seguir el camino en solitario y sin desprenderse de activos importantes como el mencionado TSB y el negocio en México. “Lo que está claro que ha creado valor para el accionista ha sido el no hacer la fusión a finales del pasado año; el mercado ha hablado de forma contundente”.