El subgobernador del Banco de España, Javier Alonso, en una imagen de archivo / CG

El subgobernador del Banco de España, Javier Alonso, en una imagen de archivo / CG

Business

El Banco de España alerta de las trampas de la digitalización

El regulador pide que se desconfíe de los productos difíciles de entender que están presentados en “envoltorios amables y accesibles”

13 diciembre, 2017 13:48

El subgobernador del Banco de España, Javier Alonso, ha alertado este miércoles de las trampas que han surgido con el proceso de transformación del sector financiero. Advierte a los consumidores de las ofertas que son difíciles de entender pero que pueden ser presentadas en “envoltorios amables y accesibles” a través de aplicaciones.

El banquero indica que estos “productos complejos y opacos” deberían llevar a que se enciendan las alarmas y se fiscalicen con especial atención antes de contratarlos.

Consecuencias de divulgar información

Asimismo, avisa de las posibles consecuencias de divulgar información “relevante” a través de dispositivos móviles. Ha señalado que el "tamaño de la pantalla y la inmediatez de la aceptación limitan la capacidad del cliente para saber qué es lo que realmente consiente”. El subgobernador explica que existen “autorizaciones involuntarias” por parte de los consumidores en la cesión de datos.

En el plano social, indica que se puede generar una exclusión financiera con las nuevas tecnologías. Los que no tienen capacidad económica de acceder a ellas se pueden ver apartados del nuevo ecosistema.

Mejorar la educación financiera

Alonso ve “clara” la “necesidad de mejorar la educación financiera” ante los nuevos retos que supone unir digitalización y servicios bancarios. Un sector con una “limitación” del acceso a asesoramiento cualificado.

Apuesta por “impulsar el desarrollo de las competencias digitales de la generalidad de los ciudadanos” y avanzar hacia un modelo en el que la “transparencia, la conducta en el mercado y la educación financiera” fueran prioritarios. Apunta a que deben ganar peso tanto en la “agenda europea como en el seno de las respectivas autoridades nacionales y, lo que es más importante y efectivo, en la propia organización de las entidades bancarias”.