Imagen de archivo de Andorra la Vella, la capital del país en que se celebrarán elecciones el 7 de abril / CG

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Business

El año en el que la banca andorrana se juega el todo o nada

La adaptación a los estándares europeos de capitalización pone en un brete al principal negocio del Principado, abocado a un proceso de fusiones

28 abril, 2018 00:00

Andorra, el pequeño país situado en el Pirineo catalán, está inmerso desde hace más de 10 años en un proceso para que su sistema financiero gane transparencia, a cambio de no ser considerado un paraíso fiscal, y otros beneficios como, por ejemplo, poder imprimir euros. Tras dar pasos que han sido dolorosos para su cuenta de resultados, como activar el intercambio de información automática --con la consiguiente pérdida de clientes--, ahora, las entidades inician ocho meses clave que definirán el futuro del mapa bancario del Principado.

El culpable, la directiva de capital CRD IV. Una norma europea que se implementará el próximo año en el país y de la que se espera que dé un revolcón al sistema, que no pasa su mejor momento.

Hachazo en la solvencia

La Asociación de Bancos Andorranos (ABA) anunció a principios de mes que la ratio de solvencia agregada de Crèdit Andorrà, Andbank, Mora Banc, Banc Sabadell d’Andorra y Vall Banc (la entidad a la que traspasaron los activos de BPA) había bajado al 21,5% en 2017. Una cifra que estaba a mucha distancia del 25,10% obtenido en el ejercicio anterior e incluso por debajo del 22,78% de finales de 2015.

Todo ello, en un año en que el beneficio neto de todos estos bancos bajó en 24 millones hasta llegar a unas ganancias de 155. La directora de la organización, Esther Puigcercós, explicó en un comunicado que el hachazo a la solvencia se motivaba por el impacto de la aplicación de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF). Otras fuentes cercanas al Institut Nacional Andorrà de Finances (Inaf) señalan que la corrección irá a más cuando se avance hacia el nuevo escenario.

Nuevo ajuste

Apuntan a que, en la normativa de capitalización, las ratios se pueden ajustar entre cinco y siete puntos, dependiendo de la entidad. Segregar los detalles de cada una de ellas es un ejercicio complejo. Tal y como indican desde el propio Principado, el camino hacia la transparencia en las cuentas de los bancos aún no ha concluido. Cuestión que también enciende las alarmas del regulador financiero del país.

Ramón López llegó a la presidencia de la institución en enero de 2017 y se mostró menos permisivo que sus antecesores en prácticas que no tienen lugar en los nuevos estándares de funcionamiento exigidos.

Los problemas de Crèdit Andorrà

Crèdit Andorrà es la entidad que está en una situación más delicada, coinciden las fuentes consultadas. Relatan que, por su tamaño y por el tipo de operaciones que ha protagonizado, se ha visto expuesto a una mayor morosidad y a la necesidad de disparar las provisiones. Como las que ha tenido que realizar con el proyecto de la nueva plataforma de Soldeu, unas obras que se iniciaron el pasado agosto con un presupuesto estimado de 24 millones de euros y que han acabado en los tribunales del país.

Por su trazado --pasa por encima de un río--, el Gobierno de Antoni Martí la ha declarado de interés nacional con una carambola controvertida. Se le otorga por el uso deportivo que tendrá en la Copa del Mundo de 2019, cuestión que ha levantado polvareda en el país. Se duda de que esta justificación encaje en la normativa vigente.

Junta de accionistas

Los portavoces del banco han declinado hacer declaraciones sobre esta cuestión. Otros interlocutores cercanos a la cúpula de Crèdit Andorrà niegan los problemas que se le atribuyen y se remiten a las cifras que se divulgaron en la junta general de accionistas que se celebró el pasado jueves. Anunciaron un beneficio de 50,1 millones y que la ratio de solvencia es del 16,15%, que supera en seis puntos el mínimo legal exigible del 10%.

Con todo, se ponen en tela de juicio unos resultados que se afirma que están muy maquillados y sobre los que existe poco control real por el trabajo que aún está pendiente en cuestión de transparencia.

Resto de entidades

Andbank tiene pendiente dar a conocer los detalles de las cuentas del ejercicio. Mora Banc, con un tamaño mucho menor, incrementó el 3,6% los beneficios hasta los 23,5 millones y anunció que la solvencia de su balance estaba en una ratio del 18,9% según los estándares europeos, el escenario CET 1 de Basilea III.

Banco Sabadell de Andorra es, en el fondo, una filial del banco español. Por lo que desde el primer día se mueve en los estándares internacionales por las normas a las que se debe circunscribir su socio mayoritario, la entidad presidida por Josep Oliu. Vall Banc ni siquiera se puede medir con la misma vara que el resto de actores de la plaza financiera andorrana. El caso BPA aún está abierto con multitud de derivadas en los juzgados andorranos, españoles y europeos y su futuro está ligado en gran medida a las resoluciones.

Fusiones forzosas

Con estas dos entidades de lado, se ha abierto el baile de las fusiones en el Principado. Se asegura que es la única alternativa para asegurar la viabilidad de Crèdit Andorrà, Andbank y Mora Banc, aunque una operación a tres bandas se antoja imposible.

El más probable es el de los dos primeros y ya ha habido movimientos en este sentido. Por ahora se indica que son incipientes y que si llegaran a alcanzar un pacto no sería inmediato. Aunque la ventana de tiempo del que disponen es limitada. La solución se espera para finales de año, justo antes de la entrada en vigor de la directiva CDR IV.