José Manuel Baltar, presidente de la Diputación de Orense, durante la entrevista con 'Crónica Global' / CG

José Manuel Baltar, presidente de la Diputación de Orense, durante la entrevista con 'Crónica Global' / CG

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Baltar: "La periferia en España debe liderar una economía especializada y competitiva"

El presidente de Partenalia llega a un acuerdo con el MWC para establecer el Mobile Week Orense y pide que las administraciones sean "esponjas" de proyectos, sin "argumentarios" prefijados

17 mayo, 2021 00:00

José Manuel Baltar (Orense, 1967) es el presidente de la Diputación de Orense y presidente de Partenalia, la asociación europea de gobiernos provinciales, integrada por autoridades locales intermedias de los países europeos. Baltar, dirigente del PP más galleguista, que no duda en defender Galicia como “una nación cultural”, acaba de firmar con Carlos Grau el CEO de la Mobile World Capital, un acuerdo para establecer en Orense el Mobile Week Orense, que se había celebrado previamente en La Coruña. El acuerdo forma parte de un plan ambicioso de Baltar para dinamizar Orense, con el sector tecnológico como bandera, con una visión “periférica” de España, con la idea de que España debe distribuir el poder económico, siempre que esas zonas más dinámicas se lo trabajen y lo merezcan.

Baltar, en esta entrevista con Crónica Global, tras ese acuerdo con la MWC, es concluyente: “La periferia en España debe liderar una economía especializada y competitiva”, con la premisa de que desde comunidades como Galicia "hay que trabajar y no aburguesarse, para que Madrid no lo centrifugue todo". Hijo del que fuera también presidente de la Diputación de Orense, José Luis Baltar, José Manuel muestra todo su entusiasmo por un territorio que se ha incorporado a la primera división del disputado sector digital.

--Pregunta: ¿Cómo ha impulsado como presidente de la Diputación de Orense el acuerdo con la Mobile World Capital?

--Respuesta: Parte de una idea, desde un gobierno de una diputación, que arranca de la elección de un plan de actuación, que ya se había dibujado antes de las elecciones. Nosotros fuimos el único partido que dejó claro quién iba a ser el candidato para la diputación, durante las elecciones municipales. Y en nuestro programa figuraba un plan, con 146 medidas y un calendario de actuaciones. La apuesta es por una provincia inteligente, ligada a la tecnología, a la conectividad, que hoy en día es algo absolutamente imprescindible. Formamos parte de una eurregión, con el norte de Portugal, que concentra el empleo tecnológico. Y teníamos a disposición un edificio de la fundación Abanca que estaba en desuso. El parque tecnológico también está en Orense y con la Xunta de Galicia tenemos un centro de innovación en formación profesional. Bajo ese paraguas, se quería potenciar todo aquello que significa digitalización, con iniciativas como la semana de industrias creativas. Llevábamos mucho tiempo fijándonos en Barcelona, como marca mundial, y ese acuerdo con el MWC nos va muy bien, enlaza a la perfección con lo que queremos impulsar. La Mobile Week Orense es un proceso que no tiene marcha atrás, en el sentido de que vincula el territorio a la digitalización. Es un salto de calidad importante, tras la experiencia previa en La Coruña. Y muestra un equilibrio territorial con el interior de Galicia. Yo estoy al frente de distintos organismos e iniciativas, potenciando Orense, por ejemplo a través de la asociación de ciudades históricas termales de Europa. Pero el acuerdo suscrito con la MWC es importante, por una duración de tres años, con un compromiso alcanzado con Carles Grau (CEO de la MWC), que nos prestigia, y que también otorgará un prestigio a la MWC, porque tendrá un socio muy estable.

--Habla de Barcelona como referencia del sector digital y como marca mundial. ¿De lo que se trata es de apostar por un reequilibrio territorial, que no deje a Madrid en el centro de todo y como gran centro de todas las iniciativas económicas?

--Es que se parte de una gran mentira. Cuando se hace referencia a la necesidad de conseguir un reequilibro territorial se parte de la falacia de que antes había existido ese equilibrio, cosa que no ha sucedido nunca. Lo que hacemos en nuestro caso es dar pasos firmes hacia un posible equilibrio, con acuerdos como el suscrito con la MWC. Y no rehuimos lograr un mayor apoyo en otros sectores con los fondos europeos, como el agroalimentario, a partir de la Cooperativa Coren. Y tampoco renunciamos a mantener nuestra influencia en la industria textil, porque aquí se dan cita Adolfo Domínguez, Roberto Verino, Bimbo y Lola, Purificación García y Carolina Herrera, que elabora sus creaciones para Europa. Sin olvidar la industria de la pizarra, que constituye un clúster importante. Todo eso con una conexión a través del AVE con Madrid, que nos acercará a dos horas y 11 minutos. Sin dejar de lado, al contrario, nuestra apuesta por el termalismo, como ciudad termal. No tenemos un gran hotel termal en la ciudad, y ponemos a disposición nuestra capacidad para un sector que será muy importante, justo en tiempos de pandemia, cuando la atención a la salud será determinante. De lo que se trata, por tanto, es de apostar por ser una administración esponja, sin dejarse llevar por argumentarios, y sin aburguesarse.

José Manuel Baltar, junto a Carles Grau, CEO del MWC, tras el acuerdo alcanzado en Barcelona. 

José Manuel Baltar, junto a Carles Grau, CEO del MWC, tras el acuerdo alcanzado en Barcelona. 

--¿Ha ignorado Madrid, y el Gobierno del Estado la realidad económica de la llamada periferia? ¿Hay un dinamismo en esas periferias que reclama ser atendido?

--Yo creo que esa periferia debe demostrar que puede ser el centro de algo. La periferia en España debe liderar una economía especializada y competitiva. No debe ser pasiva, porque si te dejas llevar, el centro lo centrífuga todo. Y hay que saber generar cosas nuevas. Es un discurso que hay que asumir, pujar por el potencial que se tiene. En Orense no dudamos en fijar el interés por lo termal, porque somos, después de Budapest, la ciudad con un mayor caudal de agua termal en Europa. La dinámica centro-periferia se vence si se ve como algo circunstancial. Lo más fácil, de hecho, no es el centro. Ahora se puede competir desde el lugar más recóndito del mundo, con la misma eficiencia que desde un despacho del centro de una gran ciudad. Y con la ventaja, además, de no tener tantos competidores a tu lado. Por ello, abogamos por los yacimientos de empleo, por los nichos económicos, por los parques tecnológicos, con iniciativas económicas que vayan en la buena dirección.

--Como dirigente del PP, ¿Cómo ha visto la victoria de Díaz Ayuso en Madrid? ¿Debe suponer un cambio para el partido a nivel nacional?

--Desde Galicia se ha visto con normalidad, porque el resultado del PP gallego en la comunidad es parecido, con una apuesta por el consenso y la estabilidad. Son ejemplos, en todo caso, diferentes. Lo que hemos visto en Madrid es que, después de la multiplicación de fuerzas políticas, la llamada nueva política se ha quedado sin sus creadores. Esa nueva política ha reeditado lo peor de la vieja política y sus dirigentes han desaparecido. Creo que a partir de ahora se va a premiar la concentración, los proyectos que unen. Eso sin dejar de lado que las divergencias existen, también en los partidos más monolíticos. Pero lo de Madrid, efectivamente, puede marcar un cambio de tendencia en la política nacional. Nadie pensaba en Díaz Ayuso, alguien muy poco conocida y que ha resultado arrolladora. Creo que se vuelve a considerar que el factor de crecimiento más importante es la estabilidad institucional. Eso lo sabemos bien en Galicia, con Nuñez Feijóo.

--¿El error del PP sería renunciar a su pluralidad interna, adoptar una línea muy concreta, como la de Díaz Ayuso?

--No hay duda de eso. Esa pluralidad la vemos en Galicia, en la misma provincia de Orense, con cuatro partidos. El PP gallego camina hacia una quinta mayoría absoluta, con Nuñez Feijóo, y es un ejemplo de tolerancia interna. Lo fue con el anterior presidente nacional y lo es ahora. Ese es el secreto, el de dejar, además, de que los liderazgos consoliden una gestión. Sin partido no hay gobierno, y montar un partido desde un gobierno es una equivocación. Lo que ha trascendido, creo, es que hay un PP con varias personalidades. No sólo Ayuso, hay que mencionar también a Almeida en Madrid. Mientras, el PSOE es unipersonal, con un líder y un jefe de gabinete. García Page o Fernández Vara dicen algo de vez en cuando, pero poca cosa. Eso puede resultar un parche a corto plazo, pero a medio o largo plazo conduce al fracaso.

José Manuel Baltar, durante la entrevista con 'Crónica Global' 

José Manuel Baltar, durante la entrevista con 'Crónica Global' 

--El PP gallego potencia la personalidad de Galicia, ¿ha recogido de alguna forma el legado de formaciones como CiU, que ha desaparecido en Cataluña?

--Creo que sí, desde la defensa de que los territorios históricos deben proyectar su personalidad. Yo no tengo ningún problema en hablar de nación cultural en el caso de Galicia. Son los territorios que elaboraron estatutos de autonomía antes de la Guerra Civil. En nuestro caso, estábamos a punto de alcanzarlo. En Galicia estaba Coalición Galega, que nació en Orense, en el entorno de la cooperativa Coren, cuyos herederos se coaligaron con el PP. Con ellos Manuel Fraga logró su primera mayoría absoluta. Más tarde se fusionaría en el PP. Esa ‘G’ de Galicia se fue haciendo más grande. Se trata de un galleguismo moderado, conciliador, modelo CiU o PNV. Ese PP gallego, con esa G mayúscula, es nuestra gran diferencia respecto al resto de partidos, a mucha distancia, por ejemplo, del PSOE en Galicia.

--¿Qué camino cree que debería seguir el PP catalán?

--Lo que no debe hacer el PP catalán es actuar con prisas. Lo que pasó en las últimas elecciones es extraordinario, porque desapareció, prácticamente, Ciudadanos pero no repercutió en el PP, a pesar de tener un excelente candidato en la figura de Alejandro Fernández. La situación, creo, es perfectamente recuperable. Precisa de dosis de serenidad, sin entrar en la confrontación, y pensando en que la serenidad que se necesita todavía no se ha producido en Cataluña, con Pere Aragonès y su pretensión de gobernar en solitario. El PP catalán debe esperar una mejor oportunidad, con la idea de hacerse con muchos de los votantes de Ciudadanos.

--¿Debe el PP catalán insistir en ese PP orientado al catalanismo, como hicieron dirigentes como Josep Piqué?

--Sí, claramente, en Cataluña y en el País Vasco. Aunque ese espacio esté ocupado, pero el éxito es representar ese factor diferencial, marcado por la lengua propia.

--¿Qué papel debe cumplir Nuñez Feijóo? ¿Ya se queda en Galicia camino de esa quinta mayoría absoluta que usted pronostica?

--Con Feijóo se decía que se iba a Madrid casi desde que volvió a Galicia. Pero ganó una primera mayoría absoluta en 2009 y camina ahora, efectivamente, hacia una quinta. No tiene rival en Galicia, pero no la tiene por su capacidad de gestión, que ha demostrado con la pandemia. Su experiencia como gestor del Insalud, como número dos del Ministerio de Sanidad, le ha llevado a conducir la pandemia como si fuera el consejero de Sanidad. Esa gestión se comparaba con la del presidente Sánchez y se ganó, de nuevo, la confianza de los gallegos con la nueva mayoría absoluta. Eso sin contar que si hubiera dado el salto a la política nacional lo hubiera podido dar, porque no hubiera tenido rival en el partido. Pero eligió Galicia y Galicia lo eligió a él, de nuevo. Por eso digo que camina hacia una quinta mayoría absoluta, que sería algo asombroso en el actual contexto internacional.