Uno de los atunes rojos 'perdidos' por Grup Balfegó durante el temporal Gloria que fueron rapiñados por vecinos / CG

Uno de los atunes rojos 'perdidos' por Grup Balfegó durante el temporal Gloria que fueron rapiñados por vecinos / CG

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Los atunes 'perdidos' de Balfegó amargan a los pescadores

La Generalitat revela que las jaulas de engorde de la atunera en Tarragona "volcaron" y giraron 180 grados durante la borrasca

3 febrero, 2020 00:00

El pescado perdido por Grup Balfegó amarga a los pescadores. Las piezas que salieron de las jaulas de engorde de la atunera catalana durante la borrasca Gloria, y murieron, son un quebradero de cabeza para los barcos de arrastre. En paralelo, y mientras la compañía hace recuento de daños, se va conociendo el alcance del fallo de seguridad: los recintos de atunes rojos volcaron y giraron 180 grados durante la tormenta.

Según ha explicado esta semana el presidente de la Cofradía de Pescadores de L'Ampolla, Josep Molina, la llegada del buen tiempo tras la tormenta invernal está revelando el verdadero impacto en las instalaciones de la compañía en L'Ametlla de Mar (Tarragona). "Es ahora, con la mar más calmada, que los barcos empiezan a salir a faenar. Y están volviendo a puerto con atunes rojos, muertos y descompuestos, capturados por accidente en en sus redes", ha alertado.

Una circunstancia que genera dos problemas. "Por un lado, las tripulaciones de los buques deben encargarse de llevar los ejemplares a la incineradora para cremarlos. Por el otro, se enfrentan a multas de los inspectores. Estamos en veda y no se pueden capturar", ha señalado Molina, quien añade que ahora es cuando más atunes aparecen, también en las playas.

Saqueo de los atunes de Grupo Balfegó tras el temporal Gloria / CG

Generalitat: "Las jaulas volcaron 180 grados"

Preguntado sobre si multará a los barcos que capturen por error los atunes rojos medio descompuestos, una portavoz del Departamento catalán de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación ha subrayado que están haciendo todas las gestiones para que ello no ocurra. "Se está trabajando para evitar las sanciones. El resto corresponde a la empresa y a Puertos de la Generalitat, que ha puesto contenedores a disposición de Balfegó para que depositen allí las piezas que se encuentren repartidas por playas y en la mar. Nos consta que la firma también los va a buscar en persona y se los lleva si se les avisa", ha respondido.

¿Constituye la situación una alerta sanitaria? "De ningún modo. Se trata de unos hechos provocados por una tormenta de una virulencia inusitada. Y, además, no son únicos: han ocurrido en otros lugares, como en la Comunidad Valenciana, donde las piscifactorías de dorada también sufrieron la embestida de la borrasca", ha explicado. Por lo que respecta a los daños que puede haber encajado Balfegó, la firma líder del sector, Agricultura remite a la empresa. "Es la compañía la que debe evaluar cuando se calmen las aguas. Por lo que se sabe hasta ahora, alguna de las jaulas volcó 180 grados y liberó a algunas piezas, que se desorientaron y murieron".

Fallo de seguridad

Los nuevos datos sobre los daños en las instalaciones de Grup Balfegó en L'Ametlla de Mar (Tarragona) se conocen después de que el grupo titubeara y diera informaciones contradictorias sobre su alcance. En un primer momento dijo que de una inspección ocular se desprendía que sus granjas "se encontraban operativas" a la espera de que se diluyera el barro que cubría el agua de mar y limitaba la visibilidad. Solo días después y ante la aparición de más atunes muertos en la zona del Ebro admitió la firma que se arriesgaba a "pérdidas importantes".

El fallo de seguridad en la operativa de Balfegó en Tarragona --pues la llegada de Gloria estaba prevista y anunciada-- es especialmente lesivo porque es el segundo gran incidente que sufre la empresa en apenas año y medio. En junio de 2018, un gran incendio devastó una nave de la atunera y parte de sus oficinas. Cuando se apagaron las llamas, la empresa informó que provisionaba 16 millones de euros para reconstruir sus instalaciones y construir un nuevo complejo en L'Ametlla. No obstante, las obras se demoraron por las complejas negociaciones de la cuota pesquera para España del atún rojo, una especie que está en peligro de extinción y, por lo tanto, protegida.