Antonia Gil, exsecretaria general de USOC en una imagen de archivo del sindicato / CG

Antonia Gil, exsecretaria general de USOC en una imagen de archivo del sindicato / CG

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Antonia Gil, la exlíder de la USOC en el foco del ‘caso Astrea’

La exsecretaria general del tercer sindicato catalán y su marido, Paco Giménez, centran una investigación sobre varios delitos en la organización que salpican a la actual cúpula

19 septiembre, 2016 00:00

Aplicación fraudulenta de expedientes de regulación de empleo (ERE), reparto de mordidas arbitrarias entre los cuadros directivos, falsedad contable, fraude de subvenciones y fraude fiscal. Estos son algunos de los presuntos delitos que han tenido lugar en la cúpula del tercer sindicato catalán, Unión Sindical Obrera de Cataluña (USOC), y que investiga el Juzgado de Instrucción 2 de Barcelona desde hace más de un año.

El caso Astrea ha puesto en cuestión y ha sacado a la luz la forma en la que dirigió la organización durante casi 15 años Antonia Gil, la exsecretaria general, y salpica al actual equipo directivo, encabezado por María Recuero.

Inicio en el mundo textil

Gil fue una de las líderes sindicales destacadas en Cataluña durante años, a pesar de la distancia de USOC con las dos grandes centrales del país, CCOO y UGT. Nacida en Herrera del Duque (Badajoz) en 1954, se unió a una organización que tradicionalmente ha sido cercana a Unió Democràtica de Catalunya (Unió) en 1973. Era delegada de la empresa de Sabadell (Barcelona) Artextil, uno de los tótems en las hilaturas de la ciudad que no resistió el cambio de signo del sector tras la irrupción de la producción asiática, aunque decidió dejar los telares en 1988 tras aprobar las oposiciones para ser funcionaria del INEM en Barcelona.

Formó parte de ese cuerpo de trabajadores públicos hasta 1998, cuando fue transferida al la consejería de Trabajo de la Generalitat de Cataluña en el penúltimo Gobierno de Jordi Pujol, cuando Ignasi Farreres, de UDC, encabezaba el departamento. Ese mismo año accedió a la secretaría general de la organización y en los tres congresos siguientes consiguió reeditar el cargo.

Crisis en USOC

Con todo, las sombras de su liderazgo la hicieron caer antes de que pudiera completar su último mandato, cuando se nombró a una gestora liderada por Recuero, una persona que conocía bien tanto a Gil como la operativa interna de la organización, que finalmente fue ratificada como secretaria general en un congreso que tuvo lugar en febrero de 2015.

La crisis en el seno de USOC que aún colea se empezó a gestar hace años, indican miembros del sindicato. Señalan que se trató de una progresión paralela al asentamiento en el poder tanto de Gil como de su marido, Paco Giménez (Barcelona, 1949), delegado proveniente del sector de la banca que fue su mano derecha a pesar de no estar siempre presente en los cuadros orgánicos, indican los mismos interlocutores. De hecho, su principal cometido fue llevar las riendas de la cooperativa de vivienda vinculada al sindicato cuya operativa también está en el punto de mira judicial ante las sospechas de desvíos de fondos.

Amenazas a los miembros del sindicato

Las voces que se oponían al matrimonio que lideró USOC eran pocas y eran calladas sin demasiados miramientos, según fuentes vinculadas al sindicato. El caso Astrea ha sacado a la luz algunas amenazas que recibieron los asalariados de la organización. Entre otros, las vertidas en el anuncio de que se iba a aplicar un ERE de suspensión para algunos empleados ante los problemas económicos del organismo en 2012, a los que se pidió que realizaran su jornada normal de trabajo, según consta en la investigación realizada por los Mossos d’Esquadra.

Ante las dudas sobre la legalidad de esta medida, Gil soltó una grosería que ha sido documentada: “Nadie tiene que denunciar nada. Si yo me entero de que alguien va a asesorarse fuera del sindicato, en cuanto acabe el ERE va a la calle de forma fulminante. ¡Y a quien denuncie lo cuelgo de los huevos si es hombre y de las tetas si es mujer!”.

Proximidad con el poder

En el mismo encuentro relató a los trabajadores como tenía “contactos en la Administración” que le iban a pasar información si alguien decidía acudir a Inspección de Trabajo a denunciar o consultar alguna cosa relacionada con el ERE. “Y si la hubiera, sabe cómo pararla”, indica la instrucción.

Al finalizar la reunión, dejó claro que se iba a enterar de si alguien daba el paso porque le iban a dar “el papel" y vería "el nombre”. No era la primera vez que dejaba clara su proximidad con la Generalitat y la manga ancha que presuntamente tenía en el Gobierno catalán para proceder sin problemas, señalan otras fuentes del sector crítico.

Denuncia y despido

La aplicación de ese expediente fue el principio de su fin. Un pequeño grupo de trabajadores le plantaron cara y denunciaron, con lo que fueron despedidos de la organización y relevados de sus cargos orgánicos. Ese fue el inicio de la investigación que aún está abierta en los juzgados de Barcelona y que se espera que avance a lo largo de los próximos meses.

Los portavoces actuales de USOC aseguran que la actual ejecutiva del sindicato ha mostrado su total colaboración con la justicia para esclarecer lo ocurrido.