Josep Oughourlian, máximo responsable de Amber y presidente del grupo Prisa / EP

Josep Oughourlian, máximo responsable de Amber y presidente del grupo Prisa / EP

Business

Amber se apoyará en Vivendi para recortar la deuda de Prisa

El fondo persigue hacer rentable su inversión cuanto antes, para lo que la compañía debe multiplicar por más de dos su actual capitalización

27 octubre, 2021 00:00

El primer accionista de Prisa, Amber Capital, prepara un drástico recorte de costes y deuda en la compañía editora de medios de comunicación con el fin de rentabilizar al fin la inversión que ha hecho en el grupo a lo largo de los últimos años. Una tarea en la que ya está inmersa pero que precisará una nueva vuelta de tuerca y, al mismo tiempo, apoyos para llevarla a cabo. Esos apoyos llevan el nombre de Vivendi y en ese escenario se enmarca la intención del gigante francés que elevar su peso en el capital de Prisa.

El actual presidente de la compañía, Joseph Oughourlian, ha expuesto internamente que la intención de Amber Capital, el fondo al que representa, es empezar a hacer rentable su apuesta de por la editora de El País, cuyos inicios datan de mediados de la pasada década. El inversor ha demostrado vocación de permanencia pero, como es habitual en este tipo de vehículos, no tiene la intención de llevarla hasta la eternidad.

Objetivo número uno

Las opciones de salir de Prisa con tasas de retorno positivas pasan por hacer crecer el valor de la empresa de forma notable. Como recordó el propio Oughourlian en una entrevista concedida al diario señero del grupo al poco de ser nombrado presidente, las inversiones de Amber totalizan unos 300 millones de euros desde 2015. Incluso con los notables avances de la acción de este martes, actualmente el paquete cercano al 30% que tiene el fondo apenas alcanza un precio en el mercado en torno a 140 millones.

Oughourlian tiene claro que la fórmula pasa por el saneamiento financiero de la empresa, que ha situado prácticamente como la prioridad número uno. Ahogada por un muy elevado endeudamiento, Prisa se ha visto obligada a soltar lastre y poner en el mercado prósperos negocios como la división internacional de Santillana, lo que contribuye a mejorar los números de la empresa pero no precisamente a hacerla crecer sino, más bien, todo lo contrario.

La oferta de Herrero, punto de inflexión

Tras el célebre episodio de la oferta por la división de medios por parte de un grupo de inversores liderados por Blas Herrero, a finales de 2020, Amber Capital dio un golpe encima de la mesa. El propio Oughourlian insinuó en la citada entrevista que esa oferta había sido, sino auspiciada, sí alentada y favorecida desde dentro, en especial en referencia al anterior presidente, Javier Monzón, cuyo cese no tardó en promover y forzar apenas un mes después.

No fue casualidad que, casi sin solución de continuidad, aterrizara en el capital de Prisa el gigante francés Vivendi, al que Amber dio una calurosa bienvenida, congratulándose de que la compañía española contara al fin con un partner industrial de indudable relevancia. El primer socio conoce perfectamente al grupo que lidera Vincent Bolloré. Ya hace tiempo eran socios en Francia y peleaban por hacerse con el control de Lagardere, rival de Vivendi.

Evitar la indefensión

“No he invertido 300 millones de euros para favorecer al Gobierno de España. Eso es un sinsentido. Yo he venido aquí para ganar dinero”, señaló Oughourlian por entonces. Con el apoyo de Vivendi y el aviso que había lanzado con la destitución de Monzón sería difícil que se reprodujera un episodio como el intento de Herrero de quedarse con El País y la Cadena Ser a precio de saldo. Pero eso no bastaba para que Prisa dejara de estar en un estado de indefensión.

En los últimos meses, el mensaje Oughourlian de puertas adentro no ha podido ser más claro: el objetivo número uno de Prisa es reducir la deuda y la estructura de costes, que se sigue considerando como netamente mejorable.

Mejora de resultados

En esto trabaja de forma denodada el recién remozado equipo financiero de la empresa, enterrado en números (más de lo habitual) para dar con la tecla. Se desconoce si finalmente serán necesarias medidas traumáticas pero en absoluto se descartan. Amber está dispuesto a seguir adelante con el plan pero precisará de un buen respaldo para evitar sorpresas desagradables.

Los resultados de los nueve primeros meses del año, publicados por Prisa tras el cierre de la sesión del martes, refleja un recorte de deuda de un tercio en relación con el mismo periodo de 2020. La deuda neta del grupo asciende a 734 millones de euros, una cifra aún muy elevada si se tiene en cuenta que el resultado operativo (Ebitda), incluso con la exclusión de indemnizaciones, fue de 42 millones.

Inquietud por la cotización

El pronóstico para el conjunto del ejercicio apunta a una cifra entre 95 y 100 millones de euros; Prisa también ha dado por conseguido el objetivo de reducción de costes, cifrado en 30 millones de euros. Pero aún no es suficiente.

Los principales accionistas han asistido con estupor al prolongado descenso de las acciones a lo largo del año, después de que los acontecimientos narrados de finales de 2020 e inicios de 2021 hicieran los títulos volvieran a recuperar la cota simbólica de un euro y situar así la capitalización por encima de 700 millones de euros.

Modelo francés

Hasta la fecha, Amber y Vivendi reproducen en Prisa el modelo aplicado en Francia y se lanzan a alcanzar de forma conjunta una mayoría en la cotizada que les permita más flexibilidad a la hora de actuar. Eso sí, sin actuaciones que pudieran llevar a una acusación de concierto.

La hoja de ruta en Francia se encuentra en un punto en el que Amber ya tiene fecha de salida del capital de Lagardere: diciembre de 2022. Será Vivendi la que asuma su participación, un desenlace que bien podría reproducirse en Prisa aunque, desde luego, ni mucho menos a corto plazo. Según apuntan las fuentes consultadas, el camino es proceloso y conviene empezar a poner las primeras piedras.