Asistentes al MWC de Barcelona ante el stand de ZTE, la compañía que ha presentado un móvil que asegura que está preparado para el 5G / EFE

Asistentes al MWC de Barcelona ante el stand de ZTE, la compañía que ha presentado un móvil que asegura que está preparado para el 5G / EFE

Business

El 5G, la gran burbuja del Mobile World Congress

Las innovaciones del sector están vinculadas al desarrollo de la nueva red de datos de la que aún no hay acuerdo sobre la estandarización

1 marzo, 2017 00:00

El futuro es en 5G. Los grandes retos que se plantean en industrias como el entretenimiento o la automoción van unidos a la necesidad de desarrollar esta red de telecomunicaciones más potente y que alcanzará velocidades de descarga de hasta 10 gigabytes por segundo.

Sin estos dos elementos, despídase de la conducción autónoma o de tener disponible una película en alta definición en el móvil en cuestión de segundos. Se avanza hacia este camino, pero la falta de acuerdo en determinar un estándar mundial complica la meta.

Roberto Viola, director general de Redes de Comunicación, Contenidos y Tecnología de la Comisión Europea, reconoció que este martes mantuvo una reunión en Barcelona con el nuevo presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones de EEUU, Ajut Pai, con este fin. Se celebró en el marco del Mobile World Congress (MWC).

Encuentro entre la Comisión Europea y la Administración Trump

Era el primer encuentro entre ambos y, según su relato, fue “positivo”. Aseguró que Europa y la Administración Trump están “de acuerdo” en los objetivos que se deben alcanzar. Pero no será ninguno de ellos los que baje a la arena del pacto para definir las características técnicas de esta tecnología revolucionaria.

“Esta responsabilidad es compartida entre el sector público y privado”, indicó Viola. El directivo considera que las administraciones ya han realizado mucho trabajo en este sentido y pasa la pelota a los privados.

Roberto Viola, director general de Redes de Comunicación, Contenidos y Tecnología de la Comisión Europea, en el MWC de Barcelona / EP

Roberto Viola, director general de Redes de Comunicación, Contenidos y Tecnología de la Comisión Europea, en el MWC de Barcelona / EP

Roberto Viola, director general de Redes de Comunicación, Contenidos y Tecnología de la Comisión Europea, en el MWC de Barcelona / EP

No hizo ningún comentario sobre las dificultades que existen en la propia Comisión para unificar el uso del espacio radioeléctrico en todo el continente. Por el momento ha avanzado en liberalizarlo. El primer paso.

Liderazgo de los privados

Pero el papel de la industria es complejo. Piden presencia en la definición de la ansiada estandarización, pero también son los que deben movilizar las grandes inversiones para hacerla posible. 

No se quieren tirar a la piscina sin este estándar. Piden al sector público que apremie y tenga en cuenta sus consideraciones y que alguien lidere para establecerlo. GSMA, esta especie de patronal del sector que las representa y organiza el MWC, está llamada a desarrollar este cometido.

Coste en desarrollo de infraestructuras

Las operadoras de redes no quieren ni oír hablar de la construcción de la infraestructura necesaria para facilitar el 5G. La consultora Oliver Wyman calcula que el salto del 4G al 5G implicará la inversión de unos 15.000 millones de euros en unas 200.000 nuevas antenas.

Por ahora, se centran en mejorar la red 4G actual, que aún no ha llegado en todo el territorio. Aseguran que las mejoras que se realicen ya serán claves en sectores como el consumo de entretenimiento.

Primeros experimentos

A pesar de los estos retos, Viola mantiene el calendario del despliegue de esta innovación. Anuncia para finales de año un “gran avance que hará posible iniciar las primeras pruebas de 5G en 2018”.

Las ciudades elegidas para acoger los primeros pilotos, entre las que se postula Barcelona, comenzarán este programa en 2019 y el despliegue final se prevé en 2020.

Europa apuesta por compartir infraestructuras para superar el reto económico de la innovación tecnológica. No tiene la última palabra y las operadoras miran esta alternativa con cierta reticencia. Implica de nuevo una voluntad de acuerdo que, por ahora, no se ha concretado.