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Cinco factores que condicionarán la bolsa en el último trimestre

Estados Unidos, el precio del petróleo y la inestabilidad política deciden en el parqué

19 septiembre, 2016 00:00

Mucho tendrá que mejorar la renta variable para que cierre el ejercicio en terreno positivo como en anteriores años. Después de casi diez meses de cotización, los principales índices europeos pierden posiciones con respecto a la clausura de 2015. El Ibex 35 se está dejado en este periodo en torno al 8%, en línea con otras bolsas de su entorno. El Dax germano pierde un 5%, el CAC 40 el 7%, mientras que curiosamente el único que se aprecia (6%) es el FTSE 100, ajeno a los efectos del Brexit.

Esta evolución de los mercados bursátiles está incidiendo en que buena parte de los inversores esté perdiendo parte de sus ahorros. Al menos si han tomado posiciones a primeros de año. Las incertidumbres que envuelven la economía más los factores de carácter político y social están propiciando que este año no sea tan favorable para la bolsa en general. Después de varios ejercicios con sustanciales ganancias en sus principales índices, incluso con dos dígitos en algunos de ellos.

No obstante, todavía queda tiempo para que los mercados se den la vuelta y cierren de forma favorable para los intereses de los pequeños inversores. No cabe duda de que serán varios los factores que determinarán estos movimientos. Algunos, de gran relevancia que ayuden a inclinar finalmente la balanza hacia posiciones compradoras. Sin descartar que pueda aparecer, como todos los años, el tradicional rally de Navidad. Donde se impulsan las cotizaciones de las compañías de cara al último tramo del año.

Subida de tipos en EEUU y tendencia del petróleo

La política monetaria en Estados Unidos será uno de los principales catalizadores de la bolsa para el último trimestre. Todos los pronósticos apuntan a que la Reserva Federal emprenderá una nueva subida en los tipos de interés antes de que termine el 2016. Especialmente si los datos macroeconómicos acompañan para tomar esta decisión. De todas formas, es una resolución que en cierta forma está descontada por parte de los mercados. Más importante será lo que puedan decir sus responsables, y en especial su estrategia para el medio plazo. Tendrá una incidencia en la bolsa norteamericana, pero sus efectos también alcanzarán los mercados europeos. Cualquier desviación en los objetivos tendrá contestación en las plazas bursátiles, en uno y otro sentido.

Si durante este año, los mercados financieros han evolucionado en función de los precios que marcaba el oro negro, no hay motivo para que no siga así durante el último trimestre. Con un posicionamiento cada vez más errático a partir de la segunda mitad del año, después de haberse acercado a niveles de 55 dólares el barril. De cualquier forma, las previsiones no son muy favorables para las posiciones alcistas debido a que la Organización de Países Exportadores de Petróleo ha revisado al alza la reducción en cuanto a los países no miembros de la OPEP para 2017. Hasta una media de 56,52 millones de barriles al día, que está llevando de nuevo los precios hacia la franja más baja del ejercicio.  

Nueva ronda de resultados empresariales

Ante las incertidumbres que presenta la economía de cara al futuro, otro factor determinante para canalizar su evolución serán los resultados que muestren las empresas que cotizan en bolsa durante el tercer trimestre. A partir de noviembre, empezará la campaña de presentación de resultados correspondientes a este periodo, a un lado y a otro del Atlántico. Será la primera pista que tengan los inversores sobre cómo ha influido la salida de Gran Bretaña de las instituciones comunitarias en algunas empresas. En especial las más directamente vinculadas a este país (IAG, Ferrovial, Santander, etc.). En este sentido, está el precedente del profit warning (rebaja de las previsiones de crecimiento) impulsado por la aerolínea europea nada más conocerse el resultado del referéndum. De todas formas, y de no constatarse excesivas sorpresas negativas, el consenso del mercado indica que pueda ser positivo para la bolsa.

Otro elemento de análisis que habrá que tener en cuenta para comprobar los próximos movimientos de la renta variable serán las nuevas revisiones que los principales organismos internacionales hagan sobre el crecimiento de las principales economías del mundo. Desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) apuntan a una mayor debilidad de la economía mundial a medio plazo. Ya en su informe de julio anunciaba una rebaja en sus previsiones de unas cuantas décimas, para dejarlo en el 3,1% y 3,4% para este año y 2017, respectivamente. Cualquier nueva desviación durante los próximos meses se interpretaría por parte de los mercados como un signo de debilidad que podría impulsar a la bolsa hacia nuevos recortes en sus precios.

Incertidumbre política en España

No de menor importancia, en este caso para la bolsa española, serán los problemas para formar gobierno. O incluso la posibilidad que se celebren nuevas elecciones previsiblemente en el mes de diciembre. Prácticamente todos los agentes sociales advierten sobre la repercusión negativa que tendría sobre la economía nacional. Hasta el punto que un informe de BBVA pone de manifiesto que restaría ocho décimas al Producto Interior Bruto hasta 2017. El PIB de España en el segundo trimestre de este año ha crecido un 0,8% respecto al periodo anterior. Mientras que su variación interanual ha sido del 3,2%, dos décimas por debajo que en el primer trimestre, con el 3,4%. De seguir la ingobernabilidad, no solamente podría caer más este índice macroeconómico, sino que se trasladaría a los resultados de las empresas. Como consecuencia de ello, el recorte en el precio de sus cotizaciones se instalaría en los parqués, incluso con mayor virulencia que hasta ahora.