La carta del empresario y la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones

La carta del empresario y la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones FOTOMONTAJE CG

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Un empresario avisa al Gobierno de que se suicidará por perseguirle por una deuda que él no provocó

El directivo avanza al Ministerio de Trabajo que "no le dejan otra solución" tras años de recursos

La carga viene de una antigua empresa familiar que quebró sin que él participara

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La última solución, el último recurso. Un empresario catalán ha informado al Ministerio de Trabajo y Economía Social de que se suicidará porque no paran de perseguirle por una deuda que él no provocó.

R.C., directivo afincado en Barcelona, avanza de que "no le dejan otra opción" tras años de recursos contra un adeudo empresarial que no fue su culpa, pues se desvinculó de la mercantil desde 2008. 

Lo pone negro sobre blanco la misiva enviada por R. al departamento de Yolanda Díaz. La comunicación, a la que ha accedido Crónica Global, fue emitida el 2 de enero, a la Tesorería de la Seguridad Social. En ella, el ejecutivo avisa de que se quitará la vida cuando haya firmado una póliza de vida que compense a sus hijos cuando él no esté. 

El final del camino para R. llega por la "indefensión" a la que está sometido desde hace un lustro, cuando le embargaron nómina y bienes por una deuda empresarial de los años 2010. 

Deuda antigua

La voraz Administración que le cerca es la Unidad de Recaudación Ejecutiva de la Seguridad Social de Burgos, capital provincial de la que procede el empresario. La dirige la funcionaria Rosa Casado

Esta instancia persigue una deuda de 296.564,98 euros contra R. desde hace años. La obligación viene de una antigua empresa familiar que quebró y se liquidó en mayo de 2019. 

"No participé desde 2008"

Ó.C.B. operó desde 1974 en la ciudad castellana, llegando a tener cinco establecimientos abiertos al público: era la referencia del gigante Multiópticas en la urbe. 

Creada por la familia C., atravesó dificultades desde los años 2010. Pero antes, R. fue apartado de la gerencia por sus cuatro hermanos, pese a que bajo su tutela, la sociedad alcanzó los dos millones de facturación. 

La empresa familiar gestionó ópticas en Burgos, pero quebró

La empresa familiar gestionó ópticas en Burgos, pero quebró Cedida

Desde 2008 y después, pues, R. quedó fuera de la dirección de la empresa por una disputa familiar. Fue relegado. Desplazado de la firma, el empresario se reinventó y se mudó a Cataluña, donde se enroló en el sector inmobiliario. Sigue vinculado a este campo económico, aunque ahora está en el paro. 

Silla en el consejo

En el pasado, pese a que sus hermanos le desplazaron de la gestión de la firma familiar, le mantuvieron una silla simbólica en el consejo de administración. Eso sí, el directivo no recibió ni dividendos ni pagos. Cero euros. En 2014 y consciente de su inútil silla en el consejo, la víctima renunció a la misma vía notarial. 

En paralelo, la mercantil estaba descarrilando. Comenzó a impagar desde 2010 y en 2015, finalmente, fue a concurso de acreedores. Se liquidó ese mismo año. 

"Me persiguen a mí"

El triste final llegó sin su participación. Apartado desde 2008, R. se había reinventado en Cataluña, y sus hermanos rigieron la empresa hasta el final. Pero es que la liquidación de O.C.B. dejó varias deudas

Uno de los acreedores fue la Seguridad Social: los hermanos de R. habían impagado cuotas desde los primeros problemas en 2010. La caja común busca ahora a un culpable para cobrarle, y han hallado al empresario inmobiliario. "Me persiguen a mí pese a que estoy fuera de la empresa desde 2008", lamenta en conversación con Crónica Global

Sus hermanos están huidos

Implacable, la Seguridad Social le cerca. Le reclama los 300.000 euros de cuotas impagadas por sus cuatro hermanos, que viven en otros países. A estar ilocalizables, R. es el único embargable por cometer la osadía de seguir en España. 

Dicho y hecho. La Tesorería de Burgos le ha perseguido hasta Barcelona, donde le ha llegado a quitar parte de la nómina, el coche, el dinero en la cuenta bancaria, una indemnización por despido y le han pedido el patrimonio para arrebatárselo. 

"Pobreza y riesgo de exclusión"

El hombre, inmobiliario ahora desempleado, ha comunicado que busca trabajo y que está en riesgo de exclusión con una prestación asignada de 480 euros. No tiene coche, y se ha separado con hijos a cargo. Todo ello ha caído en oídos sordos. 

Recientemente, se le operó de una cardiopatía. Pese a todo ello, la Seguridad Social no abandona, y le persigue para cobrar la antigua deuda. 

"Recursos"

¿Qué dice el Ministerio de Trabajo? A preguntas de este medio, un portavoz de la Secretaría de Estado de la Seguridad Social ha indicado que "no podemos proporcionar información a alguien que no se identifique como interesado o, en su defecto, como apoderado de este". 

Eso sí, el órgano que dirige Borja Suárez ha recordado que "la persona afectada puede reclamar por vía ordinaria --a través de los mecanismos que hay disponibles-- o interponer recursos". 

Ya ha recurrido

Pero es que el directivo ya ha recurrido. En la documentación consultada por este medio, la Seguridad Social ve "improcedente" la petición de perdón de la deuda, pues R. pidió la condonación. 

Borja Suárez, secretario de Estado de Seguridad Social

Borja Suárez, secretario de Estado de Seguridad Social EFE

"No procede", le contesta la funcionaria Casado, dirigiéndole al juzgado Mercantil que tuteló el concurso de Óptica Científica Burgalesa. 

"No tengo nada que perder"

Hastiado, R. recuerda que la justicia vio fortuito el concurso de acreedores de la empresa familiar. No tuvo culpable. Y que él no participó en la gestión en los últimos años, cuando se produjeron los hechos. 

Admite que el grupo familiar de los C. se gestionó "mal", pero que él "estaba fuera desde 2008". Pide a quien le quiera escuchar que "merece la exoneración de la deuda", pues "jamás la podrá pagar".

De lo contrario se suicidará, pues "ya no tiene nada que perder". "La funcionaria me dijo que ella misma se encargaría de que la deuda no prescribiera. Pues bien, ha ganado, he llegado al fin. Que la cobre a un difunto", apostilla desazonado.