Escribano muestra su vocación de largo plazo en Indra al cubrir su 14,3% hasta 2029
- La empresa familiar, uno de los más pujantes contratistas públicos en Defensa, aspira a consolidarse como el socio industrial de referencia de la compañía participada por el propio Estado
- Más información: Escribano alcanza el 14,3% de Indra y gana opciones para un segundo consejero
El aumento de la participación de Escribano Mechanical & Engineering (EM&E) en Indra hasta más allá del 14%, anunciado la pasada semana, viene acompañado de una manifiesta vocación de permanencia en el capital de la compañía cotizada. Así lo demuestra la ampliación de la cobertura que ya empleaba el grupo familiar para su inversión, contratada con el banco de inversión JP Morgan.
A finales del pasado año, cuando elevó su peso en el capital de Indra hasta el 8%, Escribano contrató un instrumento financiero consistente en una opción de compra (call option) por parte de JP Morgan, con el fin de cubrir los riesgos de la inversión.
Por entonces, este producto estaba diseñado bajo la denominada opción europea, que consiste en que la ejecución del colateral, en este caso los títulos de Indra, se llevaría a cabo al vencimiento del contrato.
En aquel caso, este límite estaba fijado para finales de 2026, lo que dejaba a Escribano un margen de tres años de cobertura.
Con la ampliación de la inversión, al adquirir un 6,3% adicional de Indra, el contratista de Defensa también ha modificado los términos del derivado que emplea como cobertura. De entrada, ahora la opción de compra está bajo el formato de opción americana, que permite ejercerla desde el momento de su entrada en vigor hasta el vencimiento.
Pero además, esta última fecha límite se ha trasladado al mes de febrero de 2029, lo que también deja al inversor un mayor margen para evaluar el futuro de su apuesta por un emisor cotizado como Indra.
Tras el plan estratégico
Con el incremento de la participación en el capital de la empresa que preside Marc Murtra, EM&E reafirma su posición como segundo accionista de Indra, por detrás de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que aglutina el 28% con el que cuenta el Estado.
La apuesta de Escribano, que ha elevado de forma progresiva su inversión en Indra desde el 3% que declaró en 2022, ha tenido como telón de fondo el plan estratégico a tres años que la compañía presentó a los mercados a comienzos del pasado marzo.
Pujante contratista
Poco después, el socio industrial logró un puesto en el consejo de administración, una vez que aumentó su participación al 8%. La nueva vuelta de tuerca maniobrada por Escribano podría darle un segundo asiento. No obstante, Escribano aún no se ha planteado si formalizar dicha solicitud.
Lo que sí parece asegurado es que EM&E cuenta con su presencia en el capital de Indra como un eje estratégico para su crecimiento. Una evolución que está siendo meteórica, como prueban sus cifras durante el último año, con más de 300 millones de euros de facturación y una cartera de pedidos por encima de los 1.000 millones de euros.
La compañía participa además en varios proyectos y desarrollos junto a Indra, lo que se sitúa en línea con una de las estrategias principales de la cotizada, que consiste en actuar como elemento agregador de la industria española de tecnología de Defensa.
A precios actuales de mercado, la participación de Escribano en Indra supera los 430 millones de euros. La inversión para llevar su peso en el capital por encima del 14% se ha aproximado a los 190 millones de euros.
De esta forma, Indra ha consolidado el núcleo duro que constituyen el Estado y los dos socios industriales (además de EM&E, la vasca SAPA Placencia, con un 8% y también representada en el consejo de administración).
Crecimiento inorgánico
La participación de estos tres accionistas supera ya el 50%, lo que otorga a la empresa un gran margen para desplegar el plan a tres años que ya implementa a velocidad de crucero desde el pasado verano. Una hoja de ruta que incluye desafíos como crecer hasta alcanzar el primer puesto mundial en el negocio de la gestión del tráfico aéreo, que posee la francesa Thales; y el impulso de su nueva división espacial, para la que el mercado espera en los próximos meses la adquisición del operador de satélites Hispasat, que Indra baraja junto a otras opciones para su crecimiento inorgánico.
En cualquier caso, planes que se extenderán durante los próximos ejercicios y en los que Escribano tiene la vocación de ser un elemento activo. A tal fin, su apuesta por Indra goza de cobertura durante los próximos cuatro años y medio.