El tacto es de todos los sentidos humanos, probablemente, al que menos valor se le da. La vista juega un papel importante, ya que nos ayuda a predecir cómo es un objeto antes de tocarlo; rugoso, liso, fino, grueso, duro, suave… Aun así, el tacto nos permite conocer otras características de los materiales que nos rodean, como la temperatura, la presión o la profundidad, que a simple vista, son imperceptibles. Los adjetivos que podemos atribuir a un objeto cambian completamente cuando no sabemos qué tocamos y tampoco lo vemos.