En la calle Neptú, 18, esquina Luis Antúnez en Barcelona. Este local, hace muchos años, era un rincón oscuro, que pasaba totalmente desapercibido, donde hacían un aceptable steak tartare. Hoy es un restaurante abierto a la calle, luminoso, cálido, acogedor, donde se come muy bien: croquetas de gorgonzola y pera deliciosas (también las hay de chipirones), milhojas de bacalao, alcachofas y crujiente de parmesano, canelón de pato (impresionante), huevo a baja temperatura con crema de foie, arroz con cigalas… Vinos muy bien escogidos.