Por primera vez en la historia, el pasado martes, Jean-Luc Godard se prestó a una entrevista en directo en el Instagram de ECAL, la universidad de diseño de Lausanne en que demostró una vez más que es inasequible al desaliento, que detesta a las mujeres, que las catástrofes son buenas porque de ellas salen avances para la humanidad y que piensa que las películas que no sean las suyas, no merecen la pena. El público de todas partes del mundo le preguntaba cosas que él ignoraba olímpicamente. Le pregunté por qué no le abrió la puerta a Agnès Varda, como puede verse en Faces, places. No me contestó, claro.