Ada Colau, alcaldesa de Barcelona / EFE

Ada Colau, alcaldesa de Barcelona / EFE

Vida

Los premios de doña Letizia e Inmaculada Colau, embarazada

La alcaldesa anuncia su nuevo estado y zanja la polémica de Franco en el Born. Los Princesa de Asturias, un éxito. El de letras es para un escritor y el de deportes, para un atleta

22 octubre, 2016 20:59

Modelón de negro y transparencias de la reina doña Letizia en la entrega de los premios Princesa de Asturias en el teatro Campoamor de Oviedo. El vestuario de "Leti" se comenta como si fuera el de la princesa Grace Kelly. Fina, sencilla y estilizada, doña Letizia es una belleza de antes de las curvis, tendencia que arrasa pero que no va ni con la armadura osea ni con el régimen de la reina, que es vegana obsesiva y sólo toma borraja, coliflor, coles de Bruselas, zanahorias y apio. Es más de espárragos que de cachopos, qué se le va a hacer. Ha vuelto a lucir un traje de Varela, el modisto, en la entrega de los premios de Leonor, algo más atinados que los de la Academia Sueca.

Nadie tiene ni puñetera idea de quién ha ganado los premios nacionales este año. Que conste: Nuria Espert, de las artes; James Nachtwey, el fotoperiodista, de comunicación y humanidades; Javier Gómez Noya, deportes; Richard Ford, de las letras; Hugh Herr, investigación científica; Aldeas infantiles SOS, de la concordia; Mary Beard, ciencias sociales y la Convención de Naciones Unidas sobre el cambio climático, el de cooperación internacional.

Pues ni fu ni fa, pero mucho mejor que los Nobel de la Paz y de Literatura. El Princesa de Asturias de las letras es un escritor, el de deportes, hace deportes, etcétera, etcétera. El corte de mangas de Bob Dylan es antológico. Ni coge el teléfono ni se sabe si ha aceptado la cagarruta sueca. Se lo tienen merecido los de la Academia. Por listos. Mario Vargas Llosa se preguntaba el otro día si no acabarán por darle un nobel de lo de escribir a un futbolista. Tiempo al tiempo y a las memorias de Guardiola.

El nobel hispano-peruano, por otra parte, no está en su mejor momento, según La Otra Crónica de El Mundo. Se avizora un enfriamiento en la relación con Isabel Preysler un año y medio después de la campanada. Ella, que se había leído todo Vargas Llosa para comenzar la relación con buen pie, ya no le acompaña a ningún acto. Son todos culturales, llenos de vejetes de la RAE, filántropos aburridísimos y cátedros de casino. Glamour cero para la princesa filipina de los recubrimientos de mármol. El apunte malicioso es que él no ha acabado de tramitar su divorcio. ¿Y si no fuera más que una aventura?

A la espera de más novedades sentimentales y literarias, la alcaldesa de Barcelona ha anunciado urbi et orbe que está embarazada. Ella y su pareja, Adrià Alemany, han decidido darle un hermanito o hermanita a su hijo Luca. Felicidades, doña Ada Colau, Inmaculada en el DNI. La buena nueva de la visita de la cigüeña es la conclusión y el colofón de la semana dedicada a Francisco Franco en el Born. Se acabó la polémica. Los pedazos de la estatua ecuestre no serán subastados en e-bay. Una pena porque se cotizarían más que las piedras del Muro de Berlín.

En el Ayuntamiento de Barcelona, el amor está en el aire. En la vida real, el Hola sigue en su descenso a los infiernos con las portadas dedicadas a la familia Rivera Pantoja. Se ha casado el pequeño, Paquirrín Dj, Kiko Rivera en la actualidad. La novedad es que estaban sus hermanos Fran y Cayetano con las respectivas parejas. Las fotos de la fiesta se acompañan con un amplio despliegue de la luna de miel de Kiko e Irene Rosales en Dubai. Sencillamente prescindible.