Madeline Stuart, la primera modelo profesional con síndrome de Down, durante su peinado / CG

Madeline Stuart, la primera modelo profesional con síndrome de Down, durante su peinado / CG

Vida

Síndrome de Down, ¿la segregación oculta?

Dos presuntos casos de discriminación en Lleida y Castellón revelan las barreras que encuentran los afectados para viajar o salir

23 abril, 2017 23:53

¿Es el síndrome de Down la segregación oculta? Dos casos de presunta discriminación a grupos de personas con este trastorno genético en un pub de Lleida y un hotel de Vinaroz (Castellón) en apenas unos días han reabierto el debate sobre la inclusión de este colectivo en la comunidad. En ambos casos, las asociaciones y oenegés han denunciado a la justicia, pero han exigido más: mayor conscienciación.

"Pedimos a la Fiscalía que la condena al bar fuera educativa, no punitiva". Esta es la admisión que hace Pilar Sanjuán, presidenta de Down Lleida. Su entidad denunció que el pub Fissure negó la entrada a un puñado de chavales con Down. El caso reverberó por las redacciones y platós de toda España. Movilizó al Gremio de Hostelería, a Fecasarm, la patronal de ocio nocturno, y al ayuntamiento.

"Quizá porque soy maestra, pero los castigos no educan. Educa trabajar la consciencia. Así que invitamos al dueño del club nocturno a un encuentro con los jóvenes. Vino, y se disculpó", explica.

Exclusión oculta

La actitud constructiva de todas las partes tras el incidente de Lleida no frenó otro caso de exclusión en Vinaroz dos días después. El grupo, en el que viajaban jóvenes con Down y otras discapacidades psicológicas, tuvo que ser recolocado en otros hoteles.

El rechazo abierto, ¿es tan común? "No es muy habitual. Son casos que afloran de vez en cuando. Más que juzgar los sucesos, lo que deberíamos hacer es ver que hay un gap, una diferencia, entre la imagen ligeramente positiva del Down y la inclusión real de quien lo sufre", manifiesta Agustín Matía, gerente de Down España.

Las estadísticas dan la razón a Matía. La memoria de la Fiscalía de Cataluña para 2015, la última disponible, revela que los Mossos d'Esquadra sólo procesaron ocho denuncias por discriminación por discapacidad aquel ejercicio. La diferencia es abismal con los procedimientos que investigaron casos de racismo (76).

Policía: pocas denuncias

Preguntado por la cuestión, un portavoz de los Mossos d'Esquadra ha confirmado que de las casi 370 denuncias por supuestos delitos de odio anotadas en 2016, menos de una decena tenían que ver con personas que sufren Down.

La cifra, de hecho, se mantuvo casi inalterada respecto al ejercicio anterior, siendo una cantidad muy minoritaria respecto a otras acciones legales relacionadas con la raza o las creencias religiosas, por ejemplo.

Barreras, también mentales

Así pues, ¿hay exclusión oculta de los grupos de viajeros --o fiesteros-- con Down o discapacidad psicológica? "Existe, y esto lo digo a nivel personal pero con mi experiencia de 14 años en el sector de los viajes inclusivos, cierto rechazo".

Quien habla es Ismael Maganto, gerente de Travelfast, la agencia de viajes especializada en vacaciones adaptadas que organizó el viaje de Castellón.

"Lo que ocurrió en el hotel de Vinaroz [foto inferior] no es usual. Pero sí que topamos con la sensación que hoteles y restaurantes, a veces, dejan entrever la sensación de que el grupo sobra", valora.

Hotel La Roca en Vinaroz

Hotel La Roca en Vinaroz

Hotel La Roca en Vinaroz

Este análisis lo comparte Pilar Sanjuán. La presidenta de Down Lleida ha participado en múltiples vacaciones de este tipo. "Se infantiliza a los chavales. Les quieren regalar descuentos o poner entretenimiento en los hoteles. Y no, no es así. Deben poder vivir unas vacaciones plenas, con sus pros y sus contras", manifiesta.

"En hoteles, restaurantes, transportes o discotecas no se les acepta al 100%, se les ve extraños --continúa--. Un día nos llamaron de una central de transporte porque un miembro de Down Lleida viajaba solo en autobús. Nos preguntaron 'si lo habíamos perdido'".

Penas duras

Quien está convencido de que la discriminación és mínima es Joaquim Boadas. El secretario general de Fecasarm, la patronal de ocio nocturno, recuerda que el artículo 10 de la Ley autonómica de Espectáculos, su reglamento, el artículo 510 del Código Penal y la Constitución prohíben hacer un uso arbitrario del derecho de admisión en discotecas.

"El caso del pub de Lleida es puntual. Todo el mundo tiene el derecho a acceder a un local de ocio nocturno salvo por razones de seguridad --embriaguez o intoxicación-- o motivos previamente autorizados por la administración, como la edad", manifiesta.

Boadas avanza que la entidad que comanda participará en la campaña de concienciación contra la segregación de los clientes con discapacidad psicológica de la provincia de Lleida. "E intentaremos extenderla por toda Cataluña", avisa.

De hecho, Fecasarm ya lanzó otra campaña similar, en este caso de prevención de la discriminación por motivo de raza, cuando se detectó un episodio en 2008.

Queda camino

En el caso de los viajes y transportes, se aplica un armazón punitivo igual de duro. Pero insuficiente. "Las personas con discapacidad, en este caso física, se encuentran con dificultades para viajar en tren o avión", recuerda Ismael Maganto.

Un chico con discapacidad psíquica, en una imagen de archivo / EFE

Un chico con discapacidad psíquica, en una imagen de archivo / EFE

Un chico con síndrome de Down

"En el caso de los hoteles y alojamientos, deben tener habitaciones adaptadas por ley. Pero hacen lo mínimo. ¿Y qué les cuesta? Es simplemente ensanchar los marcos de las puertas y sustituir una bañera por una ducha", agrega el intermediario turístico.

Los deberes que enumera Maganto los valora Down España. "Persiste la segregación disfrazada de buenas intenciones. Pero España ha avanzado. Más que países de nuestro entorno", insiste Matía.

¿Cuál debería ser pues el horizonte? "Las personas con Down y otras discapacidades tienen derecho a vivir, luego a yerrar. A coger el autobús, tren, viajar, trabajar o estudiar y equivocarse exactamente igual que lo hace el resto de la comunidad. Segregar voluntaria o involuntariamente no les ayuda. Y hace perder caja a los negocios", remacha Sanjuán.