Un técnico ortoprostético examina la prótesis de Jackson Follmann el exportero del Chapecoense, el equipo de fútbol brasileño cuyo avión se accidentó / EFE

Un técnico ortoprostético examina la prótesis de Jackson Follmann el exportero del Chapecoense, el equipo de fútbol brasileño cuyo avión se accidentó / EFE

Vida

¿Por qué es más fácil conseguir una prótesis en Barcelona que en La Coruña?

El sector negocia con Sanidad homogeneizar las prestaciones entre comunidades autónomas, que cuentan con distintos catálogos y modelos de copago

9 junio, 2017 00:00

El sector de las prótesis y ortopedia es heterogéneo en España. No es lo mismo comprar un artículo en Barcelona que hacerlo en La Coruña o en Valencia. Las prestaciones sanitarias cambian según la comunidad autónoma, una situación que desde el sector hace años se intenta revertir mediante una negociación con el Ministerio de Sanidad que está estancada.

Los precios son distintos, el catálogo de productos cambia y la forma de copago entre el paciente y el sistema público, tampoco coincide. Las competencias en este campo las tienen las comunidades autónomas, si bien el Gobierno cuenta con un catálogo mínimo que debe cumplir.

La situación cambió con la llegada del nuevo catálogo de prestaciones ortoprotésicas de la mano del ministro Alfonso Alonso en 2015. La máxima de gastar lo menos posible en productos básicos para mejorar la calidad de vida de los pacientes, más de cuatro millones, se imponía.

Método de pago y oferta

Según el Instituto Nacional de Estadística, las ventas del sector alcanzan los 258 millones de euros. La sanidad pública solo cubre una parte de las prótesis. El resto corre a cargo del paciente. La principal diferencia entre comunidades, que la Federación Española de Ortesistas Protesistas (Fedop) denuncia, se encuentra en el método en que la Administración abona el importe al paciente.

“En Andalucía y Cataluña, por ejemplo, Sanidad paga directamente a los establecimientos, mientras que en Galicia, entre otras, el paciente tiene que adelantar la cantidad, que después le es devuelta”, explica Jorge Ruibal, miembro del comité ejecutivo de la Fedop. En algunas comunidades, como Valencia, el sistema es mixto.

Otro de los factores que hace que la compra de una prótesis sea distinta entre comunidades es el catálogo con el que cuenta cada una. Los productos que ofrece la sanidad pública son diferentes, aunque el mínimo que establece el ministerio es básico, sin incluir materiales como la fibra de carbono y el titanio, “algo impensable actualmente”, dice Ruibal.

¿Formación oficial?

El sector se enfrenta a otros retos. Uno de ellos es la formación. Actualmente, para ser técnico ortoprotésico se necesita estudiar un grado superior de Formación Profesional. “Estamos rodeados de profesionales con titulaciones universitarias; fisioterapeutas, enfermeros…”, indica el miembro de la Fedop. Es por esta razón que reclaman un grado específico y abogan por la especialización.

La Universitat Internacional de Catalunya (UIC) será de las primeras en el país en tener unos estudios concretos para la demanda del mercado laboral. “En otros países existe este tipo de grados; aquí, faltaba”, asegura Mariano Fernández-Fairen, director del grado en Bioingeniería con menciones en prótesis y ortesis dental y del aparato locomotor.

El problema radica en las exigencias de la ley: “Podremos usar el título fuera, pero aquí no está reconocido de forma oficial”, insiste Ruibal en las carencias formativas del sector.

Más importaciones que exportaciones

El tejido empresarial de fabricantes y distribuidores del sector es débil en España. Está controlado por grandes empresas extranjeras, con las que es complicado competir en cuanto a precios. “Desde un punto de vista tecnológico, estamos perfectamente capacitados”, considera Fernández-Fairen.

Es por esta falta de oferta de proveedores que la balanza comercial es siempre negativa. La diferencia entre exportaciones e importaciones fue de -376,8 millones de euros en 2007, el último dato disponible en el libro blanco de la prestación ortoprotésica. “El sector se ha globalizado; en España, antes había fabricantes de sillas de ruedas competitivos; ahora, cada vez hay menos”, asegura Ruibal.