La presidentea del Govern de les Illes Balears, Francina Armengol (i), el vicepresidente del Govern y conseller de Innovación, Investigación y Turismo, Biel Barceló (c), y la portavoz del Govern, Pilar Costa / EFE

La presidentea del Govern de les Illes Balears, Francina Armengol (i), el vicepresidente del Govern y conseller de Innovación, Investigación y Turismo, Biel Barceló (c), y la portavoz del Govern, Pilar Costa / EFE

Vida

Mallorca limitará las plazas turísticas en las zonas saturadas para frenar su masificación

La medida se aplicará tanto en hoteles como en viviendas de alquiler turístico en un negocio donde el 54% de la oferta es ilegal

25 julio, 2017 23:00

No hay sitio para más turismo. Es la conclusión que se extrae del plan de medidas que impulsará el Consell de Mallorca con el objetivo de frenar la masificación que sufre la isla, mejorar la competitividad del sector y reducir su elevada estacionalidad. Para ello, la institución insular impedirá el aumento de plazas turísticas en las denominadas zonas maduras y saturadas, lo que se aplicará tanto en hoteles como en viviendas de alquiler turístico.

Según la Administración, toda la isla está afectada por la actividad turística y numerosos lugares sufren una presión excesiva. De hecho, la cifra real de alojamientos en Mallorca es superior a la oficialmente reconocida, considerando especialmente la creciente incorporación de nuevas viviendas que acogen estancias turísticas en el mercado y cuya existencia se encuentra en la mayoría de ocasiones fuera de la oferta reglada.

Tercer 'boom' turístico

Se trata de una situación que, según el documento presentado este martes para la puesta en marcha del Plan de Intervención en Ámbitos Turísticos (PIAT) de Mallorca, explica en buena medida el llamado tercer 'boom' turístico: en la isla, la oferta de plazas turísticas en viviendas representa alrededor del 30% del total de la oferta de alojamiento turístico, lo que se traduce en más de 20.000 viviendas, 123.700 plazas y el 4,4% del parque total de viviendas.

En cuanto a la oferta no reglada, ésta supone el 54% del mercado. El informe destaca, además, cómo la capacidad teórica de la isla ha sido superada desde hace varios años en diversas ocasiones, como sucedió el 4 de agosto de 2015, cuando el índice de presión humana se situó en 1.425.063 personas mientras la capacidad construida –plazas turísticas y viviendas— era de 1.419.970.

“Numerosos ámbitos, a veces muy frágiles, y a la vez muchas infraestructuras, servicios y recursos, están sometidos a una presión insostenible”, recalca el documento, consultado por Crónica Global.

Zonas saturadas 

En concreto, las zonas especialmente saturadas sobre las que el Consell pretende actuar son Playa de Palma-El Arenal, Peguera, Santa Ponça y Palmanova-Magaluf, además de Cales de Mallorca, Cala Millor, Cala Bona y Son Moro-S’Illot. En ellas, la Administración propondrá, con el objetivo de corregir su obsolescencia, medidas concretas para su mejora, valorización, rehabilitación o reconversión.

De igual forma, el PIAT impulsará alternativas para incentivar el proceso de reconversión hotelera con la mejora de las instalaciones y su especialización, sin incurrir en un incremento de la edificabilidad y del número de plazas. También promoverá la diversificación de los ámbitos basándose fundamentalmente en los recursos patrimoniales, su identidad y su paisaje, potenciando el equilibrio socioeconómico-territorial con el turismo.

Poner en valor los recursos naturales

El documento hace hincapié en la necesidad de poner fin a la actual presión indiscriminada del turismo masivo y estandarizado, impulsando para ello productos turísticos que “pongan en valor los recursos naturales y culturales”, potenciando la autenticidad de las experiencias turísticas y su singularidad.

Mallorca presenta hoy desajustes considerables en más de un tercio de las reservas de agua sobrexplotadas, salinización de los acuíferos, dificultades puntuales en el tratamiento de las aguas residuales, incremento constante del tráfico hasta el riesgo puntual de colapso y una presión excesiva sobre los ecosistemas frágiles”, recalca el informe, de 32 páginas.

En lo que a la estacionalidad se refiere, señala que el nivel de ésta, en muchos ámbitos, es “demasiado elevada”: la actividad turística se concentra en pocos meses, con el cierre de numerosos establecimientos en temporada baja y los desajustes y discontinuidades que ello supone en el mercado laboral. Se trata de una estacionalidad que varía según las zonas, siendo menos acusada en Palma, Playa de Palma, Poniente y en el interior de la isla.

Mallorca, atractiva más allá del verano

El plan impulsado por el Consell prevé así contribuir a repartir mejor los visitantes a lo largo del año, sin incrementar su número, estableciendo incentivos y dotaciones para potenciar nuevos productos turísticos relacionados con el deporte, la cultura, los congresos y la salud, y particularmente aquellos que ayuden a promover la imagen de la isla como destino atractivo fuera de la temporada estival.

Durante la presentación del PIAT, la consellera responsable del área de Territorio e Infraestructuras, Mercedes Garrido, ha subrayado que la iniciativa va “en la línea estratégica de avanzar hacia un modelo turístico equilibrado y sostenible”, además de plantear mecanismos de decrecimiento en las zonas turísticas más saturadas.

En concreto, el documento, elaborado junto al Govern balear, será aprobado en el próximo Pleno de la institución insular y, tras publicarse en el Boletín Oficial de Baleares (BOIB), se abrirá un periodo de exposición pública de treinta días.