La concejal de Feminismos y LGTBI de Barcelona, Laura Pérez / EUROPA PRESS

La concejal de Feminismos y LGTBI de Barcelona, Laura Pérez / EUROPA PRESS

Vida

"Hay que garantizar los derechos de la prostituta, haya una denuncia interpuesta o no"

Laura Pérez, concejal de Feminismos y LGTBI de Barcelona, impulsa la nueva Unidad de Tráfico de Seres Humanos de Barcelona, que verá la luz en enero

11 octubre, 2016 00:00

Lleva poco más de un año como concejal de Feminismos y LGTBI (lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales) y desde el primer momento lo tuvo claro: Barcelona necesitaba reforzar su lucha contra el tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual. Laura Pérez, concejal del gobierno de Colau, lleva trabajando desde sus inicios en el cargo para crear la Unidad de Tráfico de Seres Humanos, que verá la luz en enero de 2017.

--Explíquenos los antecedentes de esta unidad, ¿de dónde viene Barcelona en este aspecto?

--Esta unidad suponía un cambio de orientación de las políticas de prostitución de Barcelona que, hasta ahora, se encontraban orgánicamente dentro del Plan ABITS (Abordaje Integral del Trabajo Sexual). Ahora, lo que propone es hacer una diferenciación entre las políticas orientadas a la lucha contra el tráfico de seres humanos y aquellas que se refieren a la prostitución voluntaria. Por eso se crea la nueva unidad, que tendrá una atención especializada y desde donde se hará el estudio y el tratamiento de casos de seguimiento.

--¿Dónde está el inicio?

--En noviembre de 2015 establecimos una mesa, la primera de todo el Estado, de coordinación interinstitucional de la que nace la idea. No es algo unidireccional de Barcelona, sino que surge en el marco de esta mesa en la que había 32 actores: fiscalía, judicatura, el Institut Català de la Dona (ICD) de la Generalitat, la Delegación del Gobierno, la Guardia Civil, la DGAIA… Todos los actores que tienen un papel importante en el tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual hemos estado sentados durante casi un año.

--¿Quién formará esta unidad?

--Tendremos un grupo especializado, un asesoramiento específico psicológico, un asesoramiento jurídico y un equipo técnico que dará seguimiento a los casos de tráfico de seres humanos.

--Entiendo que el Grupo de Tráfico de Seres Humanos de la Guardia Urbana de Barcelona jugará un papel importante…

--De la mesa surgió la idea de que Barcelona debía tener, al margen de la Guardia Urbana, una unidad de violencia machista específica que se coordinará con la policía local pero también con los Mossos d’Esquadra, la Policía Nacional y, por lo tanto, con las entidades sociales que trabajan con el ámbito de la trata. Cada uno con sus competencias, pero el seguimiento técnico más allá de las fuerzas policiales lo haremos nosotros.

--¿Hay un circuito de actuación definido?

--Es un proceso casi finalizado, en la última reunión de la mesa perfilamos los últimos detalles. El objetivo de este circuito es garantizar los derechos de la víctima: más allá de que haya o no una denuncia, tienen que establecerse unos mecanismos de colaboración sobre cómo complementarnos en la detección, etc. Hemos de estar muy coordinados con fiscalía y judicatura porque nos hemos dado cuenta de que, de las pocas veces que llegamos a juicios, las sentencias no son favorables, muchas veces queda impune el delito y es uno de los efectos más graves que tenemos en la ciudad. El circuito todavía no está presentado, pero lo primero que haremos después será crear un sistema de indicadores.

--¿En qué consiste?

--En cómo demostrar que esta mujer se encuentra en situación de tráfico de seres humanos, cómo demostrarlo en un juicio, cómo no poner todo el peso en la declaración de la víctima.

--¿Se formará a personal específico?

--Formaremos a todas aquellas personas de las instituciones que sean susceptibles de poder detectar un caso de tráfico de seres humanos. En el ámbito sanitario, por ejemplo, un médico que está recibiendo a una paciente puede tener indicios. También nos planteamos hacer campañas para ayudar a la ciudadanía y proporcionarle herramientas para que, si se encuentran ante un caso, puedan denunciarlo y que esta unidad sea reconocida por todo el mundo.

--La unidad nace con una reivindicación: que a nivel local también se puede luchar contra las mafias. ¿Qué objetivo se plantea Barcelona?

--La verdad es que, cuando nos animamos a arrancar este tema, teníamos dudas de si como Barcelona realmente podíamos acabar teniendo un circuito a nivel competencial. Y es sorprendente ver cómo han reaccionado todos los actores, con muchísimas ganas, porque hay un margen de mejora muy grande. Por tanto, como objetivo creo que la colaboración interinstitucional es básica para detectar, dar mejor seguimiento y acompañar a las víctimas desde una perspectiva de derechos. Hasta ahora era una carencia.