Mujer con preservativo / CG

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Vida

¿Qué es el ‘stealthing’?

Una investigación explora cómo se sienten las víctimas de esta nueva y peligrosa agresión sexual y de qué manera pueden buscar justicia

7 junio, 2017 00:00

“No estoy segura de si es una violación pero…”. Así empiezan la mayoría de historias descritas por estudiantes universitarias en una red telefónica local de víctimas de violación. Sus parejas se han quitado el preservativo durante el acto sexual sin su consentimiento. Es el stealthing. Y existe un vacío legal.

El fenómeno lo ha explorado la profesora Alexandra Brodsky en el Columbia Journal of Gender and Law, que ha podido hablar con varias víctimas de esta nueva y peligrosa forma de agresión sexual.

“El chico con el que salía desde hacía unas semanas me comentó que quería practicar sexo sin preservativo y que podía irme si eso era un problema y añadí que esto no era negociable”, explica Sara, un testimonio del estudio. “Mientras lo hacíamos se sacó el condón. Me enfadé mucho, habíamos peleado por ese motivo”, y añade: “Fue una clara violación de lo que habíamos acordado”.

¿Es una violación?

Brodsky afirma que hay dos posibles argumentos para considerar inválido el consentimiento a mantener relaciones sexuales cuando el hombre se quita el preservativo sin el permiso de su pareja.

“Primero, que el contacto con la piel del pene es distinto del contacto con un preservativo, así requiere una autorización distinta”. “Y segundo, que el riesgo asociado al sexo sin preservativo es distinto y por tanto supone una opción distinta a la consentida inicialmente”.

Práctica entre jóvenes

Según la autora del estudio, se trata de una práctica común entre jóvenes sexualmente activos. “Ambos, hombres y mujeres, describen tener sexo con sus parejas quienes, durante el sexo, se quitan el preservativo sin permiso”, recalca. “Algunos se dan cuenta en el momento en que son penetrados de nuevo; otros, no lo saben hasta que su pareja ha eyaculado o al día siguiente”, subraya.

“Las víctimas sienten miedo, riesgo de embarazo y contagio de enfermedades de transmisión sexual” y añade que “lo experimentan como una violación de su cuerpo y de confianza con su pareja sexual”.

“Un minuto. Eso es todo el tiempo necesario. Un cambio de posición y se lo quitan. Uno no se da ni cuenta”, detalla Louise en una entrevista en la BBC. “Ponen su salud sexual y la de su pareja en peligro: hay riesgo de embarazo… todo por unos pocos momentos de un placer un ápice más intenso, supongo”.

¿Por qué lo hacen?

“Se siente mejor sin condón”, declara Brendan, practicante, en una entrevista en el periódico australiano Abc. Preguntado por el hecho de negociar la opción, él mismo detalla: “Si no tengo motivos para usar condón, no veo el problema en no usarlo”. El entrevistado no está asustado por las enfermedades de transmisión sexual porque afirma hacerse chequeos regularmente aunque acepta que "puede haber cierto riesgo" de contagio.

“Normalmente me exigen que me ponga uno”, detalla. “Pero me lo saco en algún momento del acto” y recalca: “La mayoría de las veces no se dan cuenta”.

Además, hay foros online que promueven esta práctica y dan consejos como, por ejemplo, decir: "Pensé que estabas de acuerdo". O bien cuál es la mejor postura para deshacerse del preservativo. 

¿Soluciones?

“La gente joven se encuentra muy desinformada y hay una violencia sexual subyacente”, comenta la vocal de género y derechos humanos de la junta directiva de Médicos del Mundo, Beatriz Sagrado. “En 2012, hubo un recorte presupuestario en los Presupuestos Generales en el ámbito de salud”.

“Existe mucha desinformación acerca de las enfermedades de transmisión sexual entre los jóvenes”, asegura a Crónica Global. “Debemos invertir más en formación y en concienciar a los jóvenes de que estas prácticas no son para nada correctas ni normales”.

El estudio concluye que un nuevo estatus legal podría ser el mejor camino a seguir a la hora de denunciar estos casos de violación: no sólo porque las víctimas podrían presentar cargos contra la persona, sino para tener también los medios suficientes para poder luchar y prevenir las agresiones sexuales, así como recuperarse de ellas.