Primeras planas

Independencia 'plis-plas' y turno para Millet y los Montull

El nacionalismo se da ánimos con un apaño reglamentario para aprobar las leyes de desconexión en dos horas y media como mucho. Millet y el riesgo de que se haya levantado de mala leche

8 marzo, 2017 09:14

La única explicación plausible del esperpento parlamentario en Cataluña es que Convergència intenta denodadamente que el Gobierno aplique el artículo 155 de la Constitución, que en sustancia sugiere la intervención estatal en caso de administración autonómica desleal. De cómo se habla de este punto cabría inferir que más que una sucesión no aleatoria de letras y espacios estamos ante la fórmula de la bomba nuclear cuyo uso sería perfectamente comparable a la última carga borbónica del 11 de septiembre de 1714.

Con esas expectativas, Mariano Rajoy se hace el sueco y deja hacer en el convencimiento de que la agitación nacionalista retrata a los promotores de la independencia como moscas empanadas ante un cristal contra el que topan porque desconocen la compatibilidad entre lo sólido y lo transparente. Así, la independencia siempre está a la vista y nunca al alcance.

Sea como fuere, el proceso non stop alumbra cogitaciones legislativas a las que la prensa afecta otorga poderes cuasi sobrenaturales. La república catalana no sólo es factible, sino que estaría a punto en un par de horas, dos y media como mucho. ¡Ep! Y todo legal, una operación magistral de los asesores jurídicos de la Generalitat que dejaría a los abogados del Estado boquiabiertos y desbordados.

En esencia, el truco consiste en convertir el Parlament en un casal de la CUP que proclame la república mientras la brigada togada Aranzadi se queda paralizada del susto.

Con más detalle lo cuenta David González en su texto de El Nacional: "Un fantasma recorría ayer los despachos del Madrid político y económico (y no es el del comunismo): ¿es posible algo parecido a la independencia exprés de Catalunya, y, además, por la vía reglamentaria? Preguntas, preguntas y más preguntas después de que la Mesa del Parlament diera luz verde a la tramitación de la reforma del reglamento a propuesta de JxSí, ahora sí, por la vía de una ponencia conjunta, una vía directa para acelerar la desconexión, la ruptura Catalunya-Espanya. Las peticiones de reconsideración del trámite cursadas por la oposición fueron rechazadas por 4 votos en 3 en la reunión del órgano de gobierno de la Cámara".

Continúa González: "Reforma del reglamento que, de salir adelante facilitaría la aprobación en un abrir y cerrar de ojos, por el trámite de urgencia, la ley de transitoriedad jurídica. El texto que permitiría amparar el referéndum en el paso 'de la ley a la ley', en expresión del presidente Puigdemont. El símil está claro. Así como de la legalidad franquista se pasó a la legalidad democrática con el haraquiri de las Cortes del régimen, en Catalunya se podría transitar de la post-autonomía a la "preindependencia" por un camino no tan desconocido".

Está chupao. Uno espera fuera con el coche en marcha y dos entremos en la sucursal. Un poco de suerte, algo de maña y semos ricos, nens. Lo dicho, sólo se entiende si el objetivo es desencadenar el protocolo 155.

El nacionalismo es inasequible al desaliento. Tanto le da que el Consell de Garanties le afee la partida para el referéndum como que la operación plis-plas no se aguante por ningún lado. Por las mismas vías, pueden declarar la guerra a Malta e invadir Andorra.

Día grande en la Ciutat de la Justícia. La familia Montull y Millet y toros de la casta Sánchez-Ulled para empitonar a Convergència, representada en el banquillo de los acusados por el extesorero Daniel Osàcar. Riesgo de que tras la euforia provocada por el tejemaneje de la Mesa del Parlament, el soberanismo caiga de nuevo en el pesimismo. Y es que la autopsia en vivo del sistema 3% duele. Hasta Millet parece que se apunta al confesionario. El fiscal, como cuenta aquí, en Crónica Global Carlos Quílez, es de piedra.

portada vanguardia

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En La Vanguardia, Santiago Tarín firma la previa del que podría ser el día day. O no, porque es dicho que vísperas de mucho, días de nada. Escribe Tarín: "Este pacto (Montull con la Fiscalía), conocido la semana pasada, cogió a contrapié a CDC, que renunció a sus testigos de defensa, pero también a Fèlix Millet, que no se esperaba que se produjera este hecho, según comentaron fuentes próximas a la familia y a su defensa. Al conocerlo, su abogado, Abraham Cano, intentó una aproximación al fiscal Emilio Sánchez-Ulled, pero infructuosa: no ha sido posible llegar a un entendimiento con el que fuera presidente del Palau y, salvo novedad de última hora, Fèlix Millet iniciará la sesión sin ninguna posibilidad de ver reducida la petición de la Fiscalía a cambio de su confesión. Félix Millet será el primero en subir al estrado, lo que le privará de poder conocer el alcance de la confesión de los Montull. Aun así, según medios próximos a su defensa, confirmará el hilo argumental de ambos en el sentido del desvío de fondos hacia CDC desde el Palau, aunque también querrá minimizar su beneficio en el saqueo. A priori no revelará más nombres de personas que pudieran tener relación con los hechos pero que no están acusadas en el sumario".

Como ya advirtió en su día el exjuez Santiago Vidal, estamos todos fichados. Así lo pone de manifiesto el regreso de Wikileaks con el expediente de los códigos de la CIA para leernos los guasaps y pincharnos la tele. La novedad reside, según la crónica en El País de Amanda Mars en que Langley han perdido el control del material: "La plataforma asegura que se trata de la mayor filtración de documentos de la historia de la CIA, la cual, según Wikileaks, 'recientemente perdió el control de la mayoría de su arsenal de hacking, incluyendo software, virus maliciosos, troyanos, sistemas de control remoto y documentación asociada'. 'El archivo parece haber estado circulando de forma no autorizada entre antiguos hackers y proveedores del Gobierno, uno de los cuales le ha proporcionado fragmentos a Wikileaks', añade en un comunicado".

8 de marzo, santoral: Juan de Dios, patrón de los bomberos.