Primeras planas

Hasta la última bala: Stalingrado en el PSOE

Sánchez la lía: puerta grande o enfermería mientras los críticos planean una dimisión en bloque para fulminar al secretario general. Presunto soborno real en el caso Urdangarín

27 septiembre, 2016 08:43

Pedro Sánchez es el empleado de la semana y hasta el New York Times le pide que se lo piense y deje de joder con la pelota tras los catastróficos resultados del domingo. Caso omiso. El secretario general del PSOE es el muñeco diabólico desatado, un killer capaz de llevarse por delante el partido y a quien haga falta en su misión de salvarse de la pira, aferrarse a la poltrona y cepillarse a Rajoy. A la vista de los medios, es harto improbable que consiga todos sus objetivos, pero la batalla que se avecina será una mezcla de Verdún y Stalingrado.

Los barones están aterrados ante el sesgo impreso por el secretario general, quien ya no renuncia a pactar con los secesionistas para cobrarse la cabeza de Mariano. Hasta la última bala, Sánchez no piensa renunciar a nada aun a costa de salir de Ferraz con los pies por delante. Está en plan kamikaze, afirman los críticos. Sus partidarios, Luena, Rafael Hernando y Óscar López son los pretorianos, dispuestos a morir matando y a cerrar la empresa antes que dar un paso atrás.

La resistencia numantina de Pedro Nono da para varias secuencias de la guerra del desfiladero de las Termópilas. No está en juego el futuro del PSOE sino el de España y a pesar de sus escasas posibilidades de salir adelante, cosas más raras se han visto. El Alcázar no se rinde, claman los fieles, dispuestos al sacrificio. Puerta grande o enfermería mientras la gusanera de los barones conspira en las esquinas para decidir quién es el Bruto que apuñala al César del barrio de Tetuán por la espalda.

Toni Bolaño lo explica con más claridad en su crónica en La Razón: "La rueda de prensa de Pedro Sánchez «ha pasado todas las líneas rojas», apuntan desde los sectores críticos. No ocultan su malestar y acusan al todavía secretario general del PSOE de 'mezquindad'. Con este ambiente que adquiere tintes bélicos, los sectores críticos –no son un bloque homogéneo– afrontan el comité federal del próximo sábado, pero también manejan otras hipótesis. Para la mayoría de los sectores que sienten animadversión hacia el líder del PSOE, «la gente debe saber qué hacer cuando pierde. Y Pedro después del rotundo fracaso de Galicia y Euskadi ha hecho una huida hacia adelante sin tener en cuenta el daño que le hace al partido». Es decir, para los críticos Sánchez debe asumir sus responsabilidades por los fracasos electorales. Así lo ha dicho públicamente Juan Cornejo, la mano derecha de Susana Díaz en Andalucía".

Continúa Bolaño: "Los críticos están tomando posiciones con un solo objetivo que resume un barón crítico «hay que parar, como sea, la operación Sánchez», diseñada por el secretario general y su núcleo duro. (...) Como adelantó La Razón hace dos semanas se está valorando la dimisión de la mitad más uno de los miembros de la ejecutiva --18 sobre un total de 35-- para provocar el cese fulminante de la totalidad de la ejecutiva y del propio secretario general. Este movimiento podría realizarse antes o después del comité federal".

Mientras se cuece el harakiri colectivo, El País suelta otra andanada editorial: "El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se ha sacado de la manga una carta tramposa para eludir las responsabilidades que le corresponden por la sucesión de gravísimas derrotas electorales. Consiste en convocar a los militantes a unas primarias, concebidas en realidad como un plebiscito en torno a su persona, en plazo tan perentorio como el 23 de octubre; y a un congreso en los primeros días de diciembre bajo el siguiente chantaje político: o se está contra Rajoy, o se está a su favor. No se trata de discutir a fondo sobre ideología y estrategia, sino de forzar la alineación de los socialistas entre los partidarios de un “proyecto autónomo” respecto del PP y los sospechosos de entregarse a la derecha. Semejante reduccionismo sería meramente absurdo si no fuera porque se produce además en pleno bloqueo político de España y en medio del difícil proceso de formación de Gobierno".

¿Y este Sánchez de dónde ha salido? Emilia Landaluce nos pone en antecedentes con su artículo en El Mundo: "En 2013, Pepiño fue uno de los principales valedores de Pedro Sánchez en su enfrentamiento con Eduardo Madina por la secretaría general del PSOE. Es natural. Al fin y al cabo, era uno de sus chicos, todo un Blanco Boy. Pero había otro motivo para que Pepiño y Susana Díaz brindaran su apoyo a un diputado entonces prácticamente desconocido. "Es manejable", se repetía en los corrillos".

La otra gran noticia del día es el comienzo del juicio por las tarjetas black de los consejeros de Caja Madrid. En El Español, María Peral y Carlota Guindal firman la pieza e incluyen los mails de la gestión de las tarjetas: "Barra libre. Los correos electrónicos aportados por Bankia durante la primera sesión del juicio oral del caso de las tarjetas black ponen de manifiesto una total despreocupación por el constante incremento de los cargos realizados por los usuarios de los plásticos, 65 de los cuales se sientan desde este lunes en el banquillo de los acusados. Son mensajes correspondientes principalmente a 2006 y en todos los casos el ex director financiero de Caja Madrid Ildefonso Sánchez Barcoj aparece como el directivo que daba las instrucciones sobre la gestión de las tarjetas".

Más madera corrupta. Esteban Urreiztieta y Roberto Bécares firman una información en El Mundo que pone al descubierto un presunto soborno en torno al caso Urdangarín: "«El ofrecimiento del Rey emérito son dos millones de euros en cash, para que no haya ningún rastro, y los gastos aparte». El secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernad, trasladó el 10 de diciembre de 2015 a la letrada del sindicato en el caso Nóos, Virginia López-Negrete, la supuesta oferta que acababa de recibir por parte del entorno de la Casa Real para retirar la acusación contra la Infanta Cristina. (...) «Para que no hubiera ningún rastro, todo cach, todo cach (sic)». «Se dice cash», le rectificó López-Negrete al abordar la fórmula de pago en efectivo. Según el relato de Bernad, el intermediario le propuso esta «forma para que se hiciera sin comprometer a nadie, ni a ellos mismos». «Si esto se acepta, hay que hacerlo de la forma más discreta y hay que hacerlo para que no quede rastro»". 

Y de remate: "Antes de discutir la decisión definitiva, Bernad valoró las «pegas», estudiando seriamente la posibilidad de aceptar la propuesta. «La primera, que se nos van a echar encima los medios de comunicación diciendo 'estos tíos han trincado'». Para neutralizar esta cuestión explicó Bernad que su interlocutor le había ofrecido la ayuda del «Grupo Godó»".

Para que luego digan que es fácil ser grande de España.

27 de septiembre, santoral: Vicente Paúl y Cayo de Milán.