Carles Puigdemont, que aparece una imagen de archivo, prepara para cuando no se celebre el referéndum  / CG

Carles Puigdemont, que aparece una imagen de archivo, prepara para cuando no se celebre el referéndum / CG

Política

El guion de Puigdemont tras la cumbre: agitación, suspensión del referéndum y elecciones en otoño

La apuesta por la votación unilateral que ayer anunció el Govern preludia el pulso definitivo y ante las urnas entre PDeCAT y ERC

30 mayo, 2017 00:00

Una cumbre improvisada para un referéndum sin plan. Lo dijo el secretario general de Podem, Albano-Dante Fachin, convertido ayer en el único representante de una transversalidad política que el Pacto Nacional por el Referéndum debía ampliar. Pero ni siquiera Fachin quiso “mojarse” en esa votación unilateral que, ahora sí, el presidente, Carles Puigdemont, asegura estar dispuesto a liderar, dejando atrás las promesas de diálogo, ampliación de la base social y complicidad internacional. Se avecinan días de gesticulación, sí, pero ¿aguantará la presión de su propio partido?

Tras la reunión mantenida con los partidos políticos que defienden un referéndum unilateral y el sonoro plante de los comunes y del coordinador del Pacto Nacional por el Referéndum, el guion a seguir por parte del presidente de la Generalitat pasar por anunciar la fecha y la pregunta de la consulta. No se sabe cuándo ni dónde, según confesó la CUP, asistente a esa cumbre de dudosa utilidad.

Pero una cosa es hacer el anuncio y otra, firmar el decreto. Y para ello es necesario que esté aprobada la ley de transitoriedad, conocida como ley de desconexión, que el Govern ha mantenido oculta para evitar el debate parlamentario y esquivar el marcaje de la fiscalía. Esa ley, que irremisiblemente será recurrida, incluye el referéndum, de ahí que, tal como pide la CUP, Junts pel Sí podría finalmente regularla en un texto aparte.

Anuncio de fecha y pregunta, pero ¿y el decreto?

Tampoco se sabe si ese decreto de convocatoria será firmado por todos los consellers de la Generalitat, ya que solo tienen competencias para ello el presidente y el consejero de Gobernación. Lo dice la norma que regula las atribuciones de los  consejeros. La rúbrica colegiada, por tanto, solo tendría un valor simbólico y el vicepresidente, Oriol Junqueras, llamado por las encuestas de intención de voto a ser el futuro president, quedaría exento de una posible responsabilidad penal.

La fiscalía está dispuesta a intervenir en todos esos pasos a seguir para llegar a un referéndum que quedará suspendido en cuanto sea publicado en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña. Es ahí donde el Govern tendrá que tomar la decisión más importante: seguir adelante y celebrar oficialmente esa votación, organizar un sucedáneo similar a la consulta del 9N o convocar elecciones. Esta es la opción más posible, pues tanto PDeCAT como ERC quieren mantener la agitación independentista hasta el final y llegar a unos nuevos comicios con los ánimos encendidos. Algo que con un 9N no se lograría.

Y aunque los nuevos convergentes preferirían ganar tiempo para rearmarse, lo cierto es que en Esquerra se da por hecho que esas elecciones podrían celebrarse este otoño.