Xavier Melero, abogado de Daniel Osácar, en una imagen de archivo / CG

Xavier Melero, abogado de Daniel Osácar, en una imagen de archivo / CG

Política

“El señor Osácar no es Bárcenas, no se ha quedado un duro”

El abogado del extesorero de CDC afirma que “aquí nadie ha querido tapar nada con la bandera”

7 junio, 2017 11:20

“Osácar fue tesorero de Convergència y eso parece que se ha vendido como si se tratase de una figura criminógena en sí misma”. El abogado de Daniel Osácar, Xavier Melero, ha exhibido este miércoles la defensa de la honradez de su cliente, a quien ha presentado ante el tribunal que investiga el caso Palau como una víctima. “El sistema de financiación es tan perverso y las modificaciones para sanearlo son tan lentas, que consiguen que incluso las donaciones legales que ellos prevén sean sospechosas de corrupción”, ha dicho el letrado.

Pacto denunciable

Melero considera que el pacto entre la Fiscalía y Fèlix Millet, Jordi Montull y su hija Gemma es denunciable porque ha vulnerado el derecho de defensa de su cliente. Los antiguos dirigentes del Palau de la Música reconocieron haber canalizado mordidas de Ferrovial a CDC a través de la institución y con Osácar como parte activa y definitoria de la trama. El fiscal pide nueve años de cárcel para el extesorero de la antigua Convergència.

El abogado de Osácar se queja de no haber podido interrogar a los principales acusados del caso Palau y critica, en ese sentido, la indicaciones efectuadas por la Fiscalía en el controvertido pacto. Melero habla, con ironía, de “tesis convenida”.

Ni bandera ni cartera

La defensa de Osácar se ha preguntado frente a los magistrados del tribunal: "¿Hay algo catalán en el caso Palau?". "No", ha respondido de forma retórica, "como no hay nada específicamente madrileño en la operación Lezo". El letrado ha pronunciado un discurso firme: "Si una bandera hay que invocar, no es la de Cataluña, sino la calavera negra, la de la piratería, pero no creo que sea un caso específicamente catalán". 

Sí puede ser un caso de clase social, según Melero, "aquella a la que Millet se refería, con 200 o 300 que cortan el bacalao y que no se caracterizan por su fidelidad a ninguna ideología ni bandera”.