Inés Arrimadas ha sido empujada por el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para que intente formar un gobierno en Cataluña. No es el único que le pide a la líder de Ciudadanos que tome la iniciativa y se encargue de buscar quién puede apoyarle, también lo han hecho los empresarios catalanes con la intención de que así conozcamos también su programa electoral. La diferencia estriba seguramente que el PP lo hace desde los celos y la protección de su electorado español y que el empresariado local es menos cainita.

Es una obviedad que en la Cataluña del futuro quien gobierne será un independentista. Igual de indiscutible que las candidaturas de Junts per Catalunya y ERC suman más parlamentarios en la cámara catalana que cualquier otra formación política. Es así, y cuando encuentren un candidato sin cárcel o inhabilitación en su espalda intentarán una investidura. Igual de cierto es que no hay por qué renunciar tantas veces como sea posible a hacer bandera del programa electoral cuando alguien es la fuerza más votada en las elecciones.

Ciudadanos no se puede quedar detrás de la barrera, debe dar respuesta a los 1,1 millones de votantes que estarían encantados de conocer sus propuestas concretas en un debate de investidura

Arrimadas y Ciudadanos deben explicar si quieren gobernar y cómo. Convendría saber cuáles son sus prioridades políticas y cuáles sus principios filosóficos para sacar adelante la comunidad autónoma. Ciudadanos no se puede quedar detrás de la barrera, debe dar respuesta a los 1,1 millones de votantes que estarían encantados de conocer sus propuestas concretas en un debate de investidura. Durante unas semanas, la líder del partido naranja ocuparía todas las portadas de la prensa y obligaría a sus oponentes a responder a su ideario. Si difícil sería para ella, más lo sería para sus adversarios oponerse con argumentos. Renunciar a una investidura fallida sería dejar un campo en barbecho para una cosecha que todavía está por llegar y sobre la que puede caer una granizada mayúscula.

Mientras el independentismo busca las fórmulas nominales para lograr un gobierno que haga posible la conformación de una nueva mayoría parlamentaria, Ciudadanos y sus 36 diputados están obligados a explicar a los catalanes cuál es su propuesta de gobierno. Que resulte imposible su aplicación es diferente, es otra historia. Pero lo que no tiene discusión es que ellos representan como primera fuerza el entusiasmo de una parte importante de la población a la que no le gustará sentirse infrarrepresentada en el nuevo Parlamento catalán.

Queremos saber también cómo se opone el independentismo las medidas que proponga Cs y qué formulaciones presentan en contra

Desde la independencia política, queremos conocer qué medidas tiene Cs para recuperar las empresas que han decidido emigrar de Cataluña. Queremos saber también cómo se opone el independentismo a esas tesis y qué formulaciones presentan en contra. No podemos dejar de conocer cómo piensa Arrimadas invertir en el corto plazo el capital político que le han dado 1,1 millones de votos.

En ese contexto, la candidata a la presidencia de la Generalitat no puede hacer dejación de responsabilidades porque sepa, a priori, que no logrará formar un gobierno. Antes de todo ello es necesario que disfrute de su mes de gloria, que utilice el marketing político del soberanismo en beneficio propio y que, finalmente, aproveche la cuota de pantalla que el proceso de conformación de gobierno supondrá.

Es el momento de Arrimadas, y queremos verla ejercer y torear como parlamentaria bregada e independiente. Recibirá el mayor ánimo a su causa. Veamos cómo responden los cuatro diputados del PP, los 17 del PSC e, incluso, los podemitas que han accedido a la cámara. Será todo un espectáculo político al que no debemos renunciar en aras a aclarar la situación de la autonomía.