Pensamiento

PSC: ser o no ser, esa es la cuestión

5 agosto, 2015 02:57

Se acaban de celebrar unas interesantes jornadas en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander bajo el título 'Dilemas de la cohesión territorial en España', organizadas por la Fundació Joan Boscà. Se han desarrollado con un alto rigor intelectual general, con un elenco excelente de académicos, periodistas y políticos de diferentes partidos, con una presencia notable de ponentes en la órbita del PSC.

A lo largo de este encuentro pudimos escuchar las opiniones de Marina Subirats, Daniel Fernández, Carme Chacón, Josep Borrell o Jordi Hereu entre otros, y con matices, pese a ser evidente el cambio de tendencia en el posicionamiento respecto a la cuestión secesionista, el mensaje que subyace es en parte preocupante.

En el ámbito de los que se posicionan a favor de la unidad en el entorno socialista, todavía no existe la claridad de ideas necesaria para hacer frente a una de las afrentas más importantes de las últimas décadas

Mientras la abrumadora realidad se manifiesta en los términos previstos en los planes nacionalistas que vienen de muy lejos, en el ámbito de los que se posicionan a favor de la unidad en el entorno socialista, todavía no existe la claridad de ideas necesaria para hacer frente a una de las afrentas más importantes a las que se enfrenta la ciudadanía española en las últimas décadas. Para saber afrontar un problema es importante reflexionar sobre las causas que lo han provocado. Pero, cuando en ese análisis se pasa por alto la más necesaria autocrítica y se cae en una cierta autocomplacencia y/o determinismo, la nueva mesa que se pretende vender, se queda con tres patas.

Sinceramente, la confianza se tarda mucho en ganar, muy poco en perder y es casi imposible de recuperar una vez perdida. Pero el nivel de desesperación política es tan alto en Cataluña entre los que nos movemos en las coordenadas de la izquierda no nacionalista (maldito pleonasmo), que muchos estaríamos dispuestos a alquilar (no comprar) una catarsis sincera del PSC. En los últimos tiempos han hecho modificaciones en su discurso hacia la coherencia con sus principios fundamentales (y así se ha demostrado en Santander estos días), pero deben ser conscientes de que el proceso de recuperación de la confianza va a ser difícil, y que utilizar el federalismo como el mantra que todo lo arregla, la ley de lenguas como la panacea que no dé solución a la imposición lingüística, o la construcción de una identidad europea como antídoto contra las tensiones centrífugas, no servirán para nada sin un auténtico propósito de enmienda que evite, por ejemplo, cosas como la inclusión de Castelldefels o Terrassa en la AMI gracias a los votos del PSC, como hemos visto estos días.

Seamos claros, los grandes artífices de la situación que tenemos actualmente en Cataluña han sido, por acción u omisión, los líderes del PSC. Por haber renunciado a los principios matriz del socialismo, incompatibles con el nacionalismo; por haber bailado el agua y haber jugado a la connivencia con los supremacistas; por haber engañado una y otra vez a sus propios militantes y votantes desde unas cúpulas aburguesadas y completamente cercanas a las tesis de las élites extractivas nacionalistas.

Por todo esto, porque tenemos memoria, porque no aceptaremos un trágala, porque ya tenemos la piel muy fina de fraudes, porque estamos hartos del complejo histórico con la interiorización de la identidad española compartida, no daremos un cheque en blanco a este viraje congruente que se intuye. En definitiva, que la necesidad de votos y la pérdida de poder no sea la que esté provocando estos cambios, que sea la interiorización sincera del error cometido y de la enmienda que lo debe intentar superar. Recojo el guante de Carme Chacón cuando en una magnífica intervención explicó que había cosas de la inmersión lingüística que no funcionaban y que había que arreglar. Es un paso en la dirección correcta, pero todavía quedan muchos.