Nadie sabe nada. Nadie recuerda nada. Bueno, alguien sí. Una persona con demencia sobrevenida, el extesorero Álvaro Lapuerta, con 90 años a sus espaldas. ¡Qué casualidad! Gente tan preparada e inteligente como Javier Arenas, Rodrigo Rato, Acebes o Mayor Oreja. ¡Oiga, todos han sido ministros! Pues no recuerdan nada. Vaya ministros que hemos tenido. Incompetentes y sin preparación. O al revés. Con demasiada preparación. Aznar nunca estuvo por allí y Bárcenas, ¿quién es Bárcenas? Se preguntaban los exministros. No lo conocen. Nunca han tenido trato con él. Bueno, era un chico para todo que, de vez en cuando, iba por la central del Partido Popular, por Génova 13. Si no lo conocen, hay pacto. Sé fuerte y guarda silencio, Bárcenas, y todo quedará resuelto. Esa es la sensación que transmiten tras la declaración de los ex mandatarios del PP por el caso Gürtel.

“Oiga, tenía un desconocimiento absolutísimo”, manifestó Javier Arenas, que fue secretario general del PP, el segundo en mando. Alguien que ha ocupado muchos cargos, que siempre ha estado en las celebraciones y desaparecido en los problemas. Siempre se le iba el AVE. Se marchaba a Sevilla, y, claro, los recados los hacía Bárcenas. Para eso estaba. Él no tenía tiempo ni para las reuniones con Bárcenas y Rajoy. Justo ese día tenía mucha prisa en largarse. Pues Bárcenas dijo que sí estuvo en la misma, pero él no lo recuerda. Frágil memoria. Por el contrario, siempre ha olido dónde está el poder y quién lo ostenta dentro del partido.

Si alguna vez estuvo en reuniones, nunca fueron de carácter económico, eran de cortesía y buena amistad. Incluso en una estuvo la mujer de Bárcenas, Rosalía. Todo armonía. De temas de economía, nada. Incluso se ha cabreado cuando le han preguntado si había recibido algún donativo. “Jamás, jamás he recibido un solo euro ajeno a mi retribución”. Se mosqueó Arenas con tal insinuación. Faltaría más. Algunos tenían un plus de responsabilidad, pero yo “jamás, jamás”. De alguna canción copió Arenas el estribillo. ¡Ah! Y de la caja b... no cabe en su cabeza. No cabe ni en Suiza. Faltaría más.

¡Qué casualidad! Gente tan preparada e inteligente como Javier Arenas, Rodrigo Rato, Acebes o Mayor Oreja. ¡Oiga, todos han sido ministros! Pues no recuerdan nada. Vaya ministros que hemos tenido. Incompetentes y sin preparación

Total, que estamos como al principio. El PP se financiaba “con ayudas públicas, cuotas y pequeñas donaciones”. A cambio de nada, claro. Y se lo dijo Lapuerta. También le dijo que Bárcenas era su criado sin capacidad alguna para decidir, ni hacer, ni deshacer. Ni cajas b, ni actos electorales. Bueno, algo sí se deshizo. Los ordenadores de Bárcenas a martillazos. Pero ya no funcionaban y ocupaban espacio en la oficina. Mejor, al desguace. Pero rotos. Bien rotos.

Quedó todo claro tras las declaraciones de Arenas. No sabe nada. Y los compañeros tampoco. ¡Qué casualidad! Nadie sabe nada. Y todos quieren mucho a Bárcenas. ¿Desde cuándo? Entró Acebes en la sala y tampoco sabe nada. Entró Mayor Oreja y sabe menos. Nada de nada. ¿Y Rato? Menos todavía. No ha leído ni El País, ni sus papeles. No le queda tiempo. Tiene tantos juicios que se pasa la vida en las salas judiciales y no tiene tiempo para leer. Menos los papeles de El País, periódico rojo, al menos antes. Ahora ya ni eso. ¿Sobresueldos? ¿Qué es eso? Lo que se pone en el suelo para que no se raye la madera, debieron pensar. Sobresuelos. Eso. No trabajan en eso.

Así que a esperar. A que vaya Mariano Rajoy a finales de julio. Tranquilidad. Tampoco recuerda nada. Ni su amistad con Bárcenas, misteriosamente recuperada. “Se fuerte... y olvida”. Y serás recompensado yendo a Canadá a esquiar. Gürtel pasa sin pena ni gloria. Los testigos tienen la mente nublada. El cerebro se les ha borrado, como a los ordenadores. A billetazos.