En el mercado de trabajo español existen tres principales discriminaciones:

1. Trabajadores temporales versus fijos. En 2014, último año disponible, los primeros obtuvieron un salario medio anual de 15.680,55 euros; los segundos de 24.746,47 euros. Dicha diferencia puede ser interpretada de dos maneras: los temporales percibieron un 36,6% menos que los fijos (9.065,92 respecto a 24.746,67), o estos ganaron un 57,8% más que aquellos (9.065,92 respecto a 15.680,55). Aunque las matemáticas siempre dicen lo mismo, su interpretación puede dar lugar a resultados muy diferentes. Como muestra, un botón.

Los trabajadores temporales percibieron en 2014 un salario medio anual un 36,6% inferior que los fijos 

En relación a 2007, los trabajadores con contratos de duración indefinida incrementaron su salario medio un 12,7% (percibían 21.949,66 euros). En cambio, los que poseían uno de duración determinada sólo obtuvieron un 4,2% más (cobraban 15.053,67 euros). Por tanto, durante el período de crisis, la brecha entre unos y otros se amplió notoriamente. En concreto, desde un 45,8% en 2007 hasta un 57,8% en 2014.

Si contabilizamos la inflación del período (un 10,2%), el poder adquisitivo ganado por los primeros fue del 2,3%, siendo el perdido por los segundos del 4,4%. Estoy convencido de que dichos datos sorprenderán a muchos lectores. Un gran número no se creerá que los trabajadores fijos hayan ganado salario real durante la crisis ni que los temporales hayan perdido tan poco.

Las cifras no me las he inventado, provienen de una fuente oficial, la Encuesta de Estructura Salarial del INE. Las explicaciones posibles son dos: una es técnica, la otra propia del sentido común. La primera nos indica que ambos salarios están distorsionados al alza por la mayor pérdida porcentual de empleo sufrida por parte de los trabajadores con salarios más bajos. La segunda nos recuerda que oficial no siempre es sinónimo de veraz.

Los empleados a tiempo completo tuvieron una remuneración media por hora de 12,01 euros, frente a los 8,53 euros de los trabajadores a tiempo parcial

2. Trabajadores a tiempo completo respecto a los trabajadores a jornada parcial. En 2014 los primeros consiguieron una remuneración media por hora trabajada de 12,01 euros, quedándose la de los segundos en 8,53 euros. Es decir, los trabajadores a tiempo completo percibieron un 40,8% más por hora que los empleados a tiempo parcial. Un aspecto que ayuda a comprender por qué cada vez más empresas prefieren contratar dos empleados a jornada parcial que uno a tiempo completo. Dada una jornada de 8 horas, el ahorro diario en salarios sería del 27,8% (68,24 euros versus 96,08 euros).

No obstante, la primera diferencia puede estar sobreestimada por la mayor capacitación y experiencia de los trabajadores a tiempo completo, y subestimada porque los segundos realicen un mayor porcentaje de horas extras sin recibir retribución alguna por ellas.

Las mujeres ganaron una media 19.744,82 euros anuales, mientras que los hombres cobraron 25.727,24 euros

3. Mujeres respecto a hombres. En 2014 la retribución media de las primeras fue de 19.744,82 euros; la de los segundos de 25.727,24. Es decir, los hombres --en promedio-- cobraron un 30,3% más que las mujeres. No obstante, la comparación más adecuada es por hora dedicada, pues ellas trabajan en las empresas menos tiempo que ellos. En base a esta nueva medida, la diferencia se queda en un 14,9%. En ninguno de los casos, dichas diferencias pueden principalmente atribuirse a disparidades en el grado de formación de ambos sexos. Así, para cada nivel de estudios, las mujeres en promedio no llegan a cobrar ni el 80% de lo que perciben los hombres con igual titulación.

Las tres discriminaciones no han surgido con la crisis, sino que existen desde hace tiempo. En las dos elecciones generales recientes, prácticamente ningún partido político ha propuesto nada viable para reducirlas, un aspecto que yo haré en mi próximo artículo. Aunque les parezca increíble, es bastante fácil conseguirlo. Unas pocas ideas y mucha voluntad es la receta. Hasta ahora lo segundo es lo que ha faltado.