Nadie dijo que iba a ser fácil hincarle el diente a la crítica situación por la que el Banco Popular está atravesando desde hace años. Pero lo que muy pocos habían imaginado es que, a la dificultad inherente a un duro proceso de saneamiento o reestructuración, aprobado por el consejo de administración de la entidad --que buscaba dejar al banco en la situación competitiva que el futuro del sector exige--, se iban a sumar actitudes de flagrante deslealtad y de desprecio por la confidencialidad exigida por todo gobierno corporativo. Esto es lo que se está produciendo en el seno del citado consejo por alguno de sus miembros que, en su momento, respaldó el citado plan de reestructuración.

La crisis en el consejo de administración del Popular, cuyo epicentro se sitúa en su socio mexicano, Antonio del Valle (con un 4% del capital), ha terminado por estallar, y con ella toda una catarata de acciones sucias, especialmente dañinas para el banco, que pueden dejar a la entidad en situación muy delicada.

Pese a estar presente en el consejo que aprobó las medidas del plan de saneamiento del banco, todo apunta a que el socio mexicano ha modificado sus criterios y, arrepentido de apoyar lo que apoyó, parece dispuesto a poner en marcha cuantas acciones sean necesarias para anular algunas de las medidas del plan, aunque con ello no solo se pueda cargar el proyecto de ajuste, sino el propio banco.

En el epicentro de la crisis del consejo de administración del Popular se sitúa su socio mexicano, Antonio del Valle, dispuesto a poner en marcha una catarata de acciones sucias, especialmente dañinas para el banco

De entre todas ellas, y aprovechando información privilegiada solamente al alcance de los miembros del consejo, el Popular lleva enfrentándose desde hace semanas en bolsa a especulativos e insaciables ataques bajistas. Algunos se están forrando con el desplome del banco a la vez que éste se desangra.

Mientras tanto, y pese al apoyo mostrado por el resto del consejo de administración al plan de reestructuración --que ha recibido, igualmente, el respaldo vigilante de S&P reafirmando el rating de Popular--, las minas, estratégicamente situadas, están siendo activadas por quienes son acusados de mantener una actitud de deslealtad antológica. Así, al papel de los cortos se suman, un día sí y otro también, noticias de que se está buscando sustituto al presidente Ángel Ron o de que se está fraguando la fusión del Popular con el Sabadell.

Todo muy edificante.