El nacionalismo es la egolatría del yo simulada en la masa. Voluntad de poder, marca de territorio, egoísmo, imposición, despotismo junto a otros. Lo que no se atreverían a imponer por sí solos, lo hacen impunemente confundidos en la fuerza del número. Es el rebaño organizado en falanges, la muerte de la civilización, el triunfo de la tribu, el lugar de todos los canallas. Es el ridículo inflamado de vocerío, camuflado en una tempestad de banderas y odios envalentonados.

Hoy, 11 de septiembre, fiesta de la cosa, me declaro sin énfasis alguno, ciudadano del mundo. ¿Qué otra cosa más sublime podría ser un ser humano? Al fin y al cabo, queramos o no, nos han arrojado al mundo, a esa nave espacial en la que navegamos hacia la muerte segura. La nuestra y la del propio mundo. Sin excepciones.

El 11 de septiembre no puede seguir siendo disculpa para desenterrar la sangre de los muertos para envenenar la de los vivos

La vida es una pasión inútil. Por eso hay que vivirla con pasión sin joder a los demás. Nací español, no hago de ello una categoría, sólo una circunstancia. Podría haber nacido en cualquier otra frontera. Sería tan necio ser nacionalista español como de cualquiera otra de esas fronteras. Me llamo Antonio, pero podría llamarme de cualquier otra manera. Nacer en un sitio determinado no puede ser el ser de nadie, el ser depende del esfuerzo que cada cual pone es vivir dignamente y convivir con los demás.

Llegué al mundo en un pueblo perdido y medieval que casi nadie conoce. Forma parte de mis pulsiones primeras y, por ello, más arraigadas y sentidas. A todos les pasa lo mismo, no es una virtud, es inevitable. Mi pueblo, mi sentimiento español no es una frontera, al contrario, es un lugar al que invito a los amigos, que comparto. En eso consiste mi patriotismo español. España es mi casa, es mi familia, son mis amigos y la historia que comparto con otros. Eso es todo.

"Yo soy español integral y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más, yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista, abstracta, por el sólo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula, pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos. Desde luego no creo en la frontera política". (Federico García Lorca, El Sol, 1936, dos meses antes de morir asesinado).

El 11 de septiembre no puede seguir siendo disculpa para desenterrar la sangre de los muertos para envenenar la de los vivos.