Los esfuerzos, ímprobos y confesos, de Artur Mas, alias el Astut, para "engañar al Estado con astucia" se diría que han sido baldíos, a juzgar por la sentencia emitida ayer por el TSJC. No han dado el resultado apetecido. Parece que el Estado, saliendo de su sopor, ha advertido las triquiñuelas de los golpistas y les ha dado un primer tirón de orejas: para el jefe, dos años de inhabilitación, una multa de 36.500 euros y pago de la parte alícuota de las costas del proceso; para dos de sus cómplices, penas aún más leves.
El Astut debe de sentirse conmovido por la magnanimidad del tribunal, aunque cabe la sospecha de que, en la cuantía de la multa --que no debe preocuparle, de esas cosas ya se encargará el tesorero del PDECat--, el 3 por delante parezca una alusión al famoso 3%; si así fuera, se podría hablar de befa y encarnizamiento.
¿Es eso todo? La gente del común se pregunta si la inhabilitación afecta también a las prerrogativas pro futuro de las que goza el Astut como expresidente de la Generalitat: honorarios, oficina en el Palau Robert, chófer, secretaria, coche oficial, en fin, los medios de personal y materiales adscritos no como agradecimiento por los servicios prestados, ni como premio de una tómbola, sino para seguir ejerciendo las funciones protocolarias y de otro tipo que pueda realizar como expresidente, y que según la ley son revocables "si ya no concurren las condiciones de honorabilidad necesarias, en caso de condena penal firme".
La gente del común se pregunta si la inhabilitación afecta también a las prerrogativas pro futuro de las que goza el Astut como expresidente de la Generalitat
Hay base legal, sostienen algunos entre la gente del común, para despojar al Astut de todas esas prerrogativas (que, dicho sea de paso, son francamente exageradas y merecen un debate, aún en los casos en que a diferencia de éste sigan concurriendo las "condiciones de honorabilidad necesarias").
Ya que la sentencia no dice nada sobre este extremo, una de las partes, sea la acusación o el fiscal, debería solicitar una aclaración sobre los efectos de la sentencia.
En mi humilde opinión, despojar al Astut de esas herramientas y de las posibilidades que le proporcionan para seguir enredando sería para todos un gran alivio. Aunque reconozco que también sería cruel, sería reducirlo a la nada.