Cada día hay un sobresalto. Con lo de Cataluña. Este tema-problema ya no hay por donde cogerlo. Dudo que los propios catalanes lo entiendan. Puigdemont, a lo suyo, que es destacar por algo. Artur Mas, últimamente anda desaparecido. Ya ni le escuchan. Francesc Homs ya está “hasta los huevos”, según sus propias palabras. Pues sí que tienen que estar pasando cosas de las que no nos enteramos. Algo gordo sucede en los bajos fondos de la política catalana. El partido PDeCAT (el sustituto de Convergència) no se sabe en qué dirección va. ¿Va igual, golpe de Estado interior, traiciones, navajazos, qué ocurre? Junqueras, ¿qué hace Junqueras? Está en todos los sitios. No dice palabra. No toca un papel. No firma un papel. Espectador privilegiado de primera fila. No mueve un músculo. Está pero no está. Y si no está, ¿qué hace ahí? Que lo explique, que va siendo hora. Ya es la hora de la verdad. Referéndum, sí o no. Independencia, sí o no.  Diga algo señor Junqueras. Estamos expectantes.

Mientras tanto Junts pel Sí y la CUP, a lo suyo. Han presentado la ley de referéndum. Ley por encima de todas las leyes. Será “suprema”. Qué osadía. No hay urnas, no hay censo, ni locales para colocar las urnas, o las cajas de cartón; los funcionarios no saben qué hacer y los voluntarios tampoco. Da igual. Ya tenemos ley. Y día para proclamar la independencia. Al día siguiente del referéndum, se gane o se pierda. O al otro día, o al siguiente. ¡Qué más da! El disparate continúa. Puigdemont se lo hace, Puigdemont se lo come. Mientras, los ciudadanos están de vacaciones o preparándolas. Que les den a los políticos, deben pensar.

President Puigdemont, puede ser usted el que aparque en la vía muerta de la política. Porque llegó a president como recambio de urgencia

¿Adónde vas Puigdemont? Discrepa Jordi Baiget y lo fulmina tras la siesta. Por nada, por tener dudas. Ojo con los siguientes. El que dude a Siberia, digo al Mediterráneo, que está ahí al lado, con tiburones acechando. Cuidado Puigdemont con tus delirios de grandeza. ¡Ah! Las leyes se hacen y promulgan en el Parlamento, no en el teatro. Y los “delirios radicales y frentistas nunca podrán vencer la serenidad del Estado democrático”, ha dicho Mariano Rajoy, presidente del Gobierno de España. De toda la nación. Sin olvidar que “al Estado le bastan 24 horas para paralizar la ley del referéndum”, según la vice Soraya Sáenz de Santamaría, la Triple S, para más señas. O sea, señor Puigdemont, lo del referéndum no lo tiene nada fácil. No quiso desterrar la palabra y alguno de los trenes “se quedará en la vía muerta”. Por ejemplo usted. Una posibilidad, ¿o no?

Puede ser usted el que aparque en la vía muerta de la política. Porque llegó a president como recambio de urgencia. Pocos le conocían fuera de Girona. Nadie, más bien. Llegó para obedecer a Mas y su tribu y ahora se ha revelado contra ellos. Para pasar a la historia, se supone. No se sabe a qué historia. De momento a Homs y a Ortega no le ha gustado que echara a Jordi Baiget del Govern. A otros consejeros no los ha echado y sobran desde hace tiempo. Igual que opina usted, también Baiget tiene derecho a opinar. Y a dudar. Del referéndum y de su capacidad como president. Y de su dependencia de la CUP. Así le va, president.

Dependencia de la CUP y miedo a ERC. Pregunte a Junqueras qué opina. Ya le dijo que o referéndum o se va del Govern. Quiere elecciones autonómicas. Y ser el president Junqueras. Se va cumpliendo su programa. Será el president. Y luego actuará según el acuerdo al que llegó con Soraya Sáenz de Santamaría, la Triple S. Todo en orden. Todo según lo acordado. La hoja de ruta se cumple. Sólo sobra usted, señor Puigdemont. Girona le espera, para ser concejal o nada. Su inmolación no tendrá medalla.