El teléfono móvil es una de las herramientas clave de los 'influencers' y los 'bloggers' / EFE

El teléfono móvil es una de las herramientas clave de los 'influencers' y los 'bloggers' / EFE

Creación

Los niños quieren ser ‘influencers’ y ‘bloggers’

Este sector ya se sitúa en el tercer lugar de preferencias sólo superado por la enseñanza y formación y el mundo del deporte

8 abril, 2017 00:00

Son pocos los que pueden llegar a ganarse la vida así pero el trabajo de youtuber y blogger ya figura como uno de los más anhelados por los más pequeños. En la XII encuesta ¿Qué quieres ser de mayor?, publicada el año pasado por la empresa de recursos humanos Adecco, aparecen en tercer lugar entre los chicos, mientras que en anteriores años su peso en el ranking era anecdótico. Ser youtuber, gamer o blogger ya suma el 9% de las preferencias del total de los encuestados. Aun así, el 29,2% de las niñas quiere vincular su futuro al mundo de la enseñanza y la formación, mientras que el 22,7% de los niños desea hacerlo al mundo del deporte.

“Todavía es complicado vivir únicamente de esto y se necesitan otros trabajos pero también es cierto que cada vez más los planes de marketing de las empresas los tienen en cuenta como un canal de publicidad y cada vez están más demandados”, detalla el experto en marketing de influencers Òscar Cumí.

Los influencers también generan nuevos puestos de trabajo a medida que el sector se va profesionalizando. A su alrededor se ha creado un ecosistema, según el propio Cumí: “agencias de representantes, networks, agencias especializadas en creación de contenido... no sólo habrá negocio para los influencers sino para todos aquellos que estén en la cadena de valor”.

¿Por qué los niños quieren ser influencers?

“Cada vez más niños consumen Youtube, los creadores de contenido no son celebrities ni marcas corporativas son gente normal y eso hace que puedas sentirte fácilmente identificado, son más auténticos y la conexión es mayor”, explica Cumí.

“Los niños ven la parte más atractiva de la profesión”, comenta la directora del máster universitario de Comunicación Corporativa, Protocolo y Eventos de la UOC, Elisenda Estanyol. “El amante de los videojuegos verá que con una actividad de ocio como probar videojuegos se gana la vida, en estos casos hay un aliciente pero no siempre es así y muchos no llegan a ser influencers”.

Quiero ser ‘youtuber’

“Cualquier persona experta en un ámbito puede ser un influencer en la red”, destaca Estanyol. “Ahora bien, conviene ser auténtico, con mucha personalidad propia, criterio diferenciado y sobre todo, mantenerse fiel a ese criterio”.

“En la red, todos los influencers muestran lo que quieren mostrar”, añade Cumí. “Pero en la vida real, es muy sacrificado: hay que subir un mínimo de un vídeo a la semana, ser muy creativo, muy fácil y dinámico, ser activo en redes…”, explica, y declara que “no debemos olvidar que los que empezaron en Youtube fue porque les gustaba y han dedicado mucho tiempo para crecer, ahora hay muchísima más competencia y la percepción de crecer rápida y fácilmente es falsa”.

¿Vacío legal?

Ambos expertos coinciden en que se trata de una profesión todavía muy reciente. “Todavía no cuenta con una regulación pertinente pero eso no significa que no haya leyes ni que valga todo”, manifiesta Estanyol.

Con los suscritores “comparten un lenguaje y un código y éstos les ven como amigos y les dan más credibilidad que a un anunciante”, expone. Por ese motivo, copiar lo que otros influencers o bien dar publicidad a una marca que no va con su personalidad o forma de ser les perjudica.

Pero existen casos como el de Reset, el youtuber que dio pasta de dientes dentro de una galleta Oreo a un indigente en Barcelona o bien el youtuber de Alicante que se hizo famoso por recibir un puñetazo de un repartidor por haberle llamado caranchoa y haya multiplicado sus seguidores.

“Como se trata de un campo no regulado, debemos esperar que sean los mismos seguidores que muestren rechazo cuando haya prácticas poco éticas”, concluye Estanyol.