Foto de familia del primer encuentro del patronato de la Fundación Mobile World Capital de Barcelona presidida por Ada Colau (en el centro)

Foto de familia del primer encuentro del patronato de la Fundación Mobile World Capital de Barcelona presidida por Ada Colau (en el centro)

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La Mobile World Capital Barcelona, en el ojo del huracán por su trato a la plantilla

La organización indemniza con más de 150 días por año trabajado a una empleada que fue despedida el día después de denunciar un ‘acoso laboral severo’

9 agosto, 2015 20:07

Barcelona será la capital mundial del móvil hasta el 2023. La cúpula de la Fundación Mobile World Capital Barcelona que rige la institución, encabezada desde junio por la nueva alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y financiada en su mayoría con capital público ató la continuidad del evento con mayor impacto económico de la capital catalana. Fue toda una declaración de intenciones que queda empañada por la reciente gestión en el plano laboral.

La fundación consiguió el pasado 20 de mayo, cuatro días antes de celebrarse las elecciones municipales, firmar un acuerdo con los representantes legales de la empleada S.M. Gracias al pacto, se sorteó una sentencia del Juzgado de lo Social 22 de Barcelona sobre la pulcritud de su despido justo un año antes. Le fue comunicado por la dirección el día después de que denunciara ante Inspección de Trabajo que era víctima de un “acoso laboral severo” por parte de la responsable de recursos humanos de la organización, cargo que ejercía entonces de forma accidental la directora financiera.

Sorprendente indemnización

El pacto que evitó el juicio supuso el desembolso de una indemnización de más de 150 días por año trabajado y el reconocimiento de que se trataba de una rescisión de contrato improcedente, en lugar de objetiva como se pretendió en un inicio.

La trabajadora S.M. notificó el 27 de mayo de 2014 al vicepresidente de la fundación --y también director general de Fira de Barcelona, Agustín Cordón-- que la “responsable de recursos humanos se había dedicado contantemente a atacarla para ver si conseguía que se fuera”. Así se relataba en el escrito remitido al juzgado.

En virtud de esa presión, la trabajadora sostuvo que no le quedó otra alternativa que denunciar su situación por la vía legal. Lo hizo desde el hospital, donde fue ingresada por segunda ocasión en un año debido a una enfermedad autoinmune que había sufrido en el pasado y rebrotó por el estrés laboral, según la alegación formulada ante el juzgado.

El día siguiente de denunciar ante Inspección de Trabajo se reincorporó a su puesto de trabajo. Al llegar a la sede de la fundación de la capital del móvil se encontró con una carta de despido por supuestas causas objetivas.

Justificación de Cordón

Cordón, el firmante de la misiva, sostenía que el puesto que ocupaba la empleada había “quedado sin contenido por causas organizativas”. La trabajadora fue contratada para ejercer de secretaria de dirección del antiguo máximo responsable de la fundación, Ginés Alarcón. Las funciones de este ejecutivo las asumió el también director general de Fira Barcelona pero con otra denominación, la de vicepresidente. Con ese mismo rango en la fundación también figura el consejero delegado de la patronal del móvil (GSMA) que promueve los eventos tecnológicos, John Hoffman.

La empleada despedida también ejercía de recepcionista de la sede de la fundación, ya que no se contrató a nadie con ese fin. De hecho, ni siquiera se habilitó un espacio adecuado para ejercer la tarea en la oficina tal y como también denunció ante el juzgado. La carta de despido se realizó con varios errores, según consta en el escrito judicial. El primero de todos es que la Fundación Mobile World Capital se equivocó en la fecha en que Alarcón fue destituido de su cargo. Indica que tuvo lugar el 1 de enero de 2014 en lugar de octubre de 2013, cuando Cordón asumió las riendas de la organización.

En esa fecha de 2014, la trabajadora fue subrogada de la empresa Ilíadas a la propia fundación. Se le mantuvieron las condiciones laborales. Se da la circunstancia de que tras su despido se contrataron a dos empresas de trabajo temporal (ATT) para que ejercieran las mismas funciones, tal y como indican otras fuentes de la fundación.

Más empleados afectados

El caso de S.M. es el único de signo laboral que ha llegado hasta los tribunales. Los mismos interlocutores indican que existen otros empleados que sufren idéntico acoso, pero el despido fulminante de su compañera les disuade de emprender cualquier reclamación. Por otro lado, los portavoces oficiales de la fundación niegan que exista mal clima laboral. A requerimiento de este medio no han hecho ninguna otra consideración respecto al problema laboral con S. M. debido a supuestas dificultades propias del periodo vacacional.

¿Por qué firmó el acuerdo judicial la trabajadora afectada? Sus representantes insisten en que el cuadro médico que presentaba en ese momento le disuadía de recuperar un trabajo en el que estaría bajo las órdenes de la persona que le había generado la situación clínica. “Habría ganado de calle [de haberse celebrado juicio]”, sostienen.