Los logos de la compañía de traducción Transperfect y de la Corte Suprema de Delaware / FOTOMONTAJE CG

Los logos de la compañía de traducción Transperfect y de la Corte Suprema de Delaware / FOTOMONTAJE CG

Business

Expertos alertan de que el juez del caso Transperfect se salta los límites legales

Las medidas judiciales incluye, entre otras, la obligación de los trabajadores a colaborar en la venta de la compañía

15 julio, 2017 18:23

El juez de la Corte Suprema de Delaware, André Bouchard, ha infringido los límites de su potestad jurisdiccional y vulnerando los derechos a la intimidad y libertad de expresión de la plantilla de Transperfect en Barcelona. La orden de implementación que decretó al principio del conflicto trae consigo implicaciones legales no sólo para los trabajadores de la compañía en EEUU, sino especialmente para su centro de Barcelona, el segundo más grande de la empresa con cerca de 500 empleados.

Según fuentes judiciales próximas a la compañía, esta batería de medidas está “fuera del poder de influencia de Bouchard”, que se está “extralimitando en sus competencias”. Asimismo, los expertos afirman que Robert Pincus, el administrador judicial nombrado por Bouchard para este periodo transitorio, actúa como si “en virtud de la orden de implementación dictada por el juez, los empleados en España estuvieran bajo su supervisión y orden”, algo completamente contrario al derecho.

Medidas de represión y supervisión

Bajo la imposición de este régimen judicial, los trabajadores de Transperfect Barcelona están obligados a colaborar, a riesgo de sanción, en la venta de la compañía a pesar de conocer las graves consecuencias que este hecho tendría para la oficina de la capital catalana.

La libertad de expresión y derecho a la intimidad de los trabajadores también está comprometida bajo este nuevo marco. Y es que los empleados tienen instrucciones sobre cómo manifestarse ante la hipotética venta de la compañía y algunos miembros de la plantilla ya han sido amonestados por manifestar públicamente su opinión contraria a la venta de la compañía.

A ello se le une que los trabajadores de Transperfect Barcelona podrían ser obligados a dar acceso a sus cuentas de correo electrónico y móviles personales si así lo requiere el administrador concursal Robert Pincus.

Conflicto accionarial entre los fundadores

La Corte Suprema de Delaware decretó hace poco la venta forzosa de Transperfect para resolver el conflicto accionarial entre sus fundadores y expareja, Phil Shawe, y Elizabeth Elting. La más que probable venta de la empresa a un fondo de capital privado resultaría en la deslocalización de los 90 centros de Transperfect en todo el mundo.

Esto pondría en peligro los 500 puestos de trabajo de la compañía en Barcelona, una cifra que puede ser mayor si se tiene en cuenta la red de 3.000 colaboradores freelance con los que cuenta la empresa en España.

Transperfect fue fundada hace 20 años por Elizabeth Elting y Phil Shawe en Estados Unidos y es uno de los referentes en traducción a nivel mundial. La compañía tiene sede en Nueva York, da trabajo a más de 4.000 personas y facturó 546 millones de dólares en 2016.