El número 7 de la calle Rosich, en Collblanch, donde construirán pisos turísticos / CG

El número 7 de la calle Rosich, en Collblanch, donde construirán pisos turísticos / CG

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El jefe de Mango en China compra un edificio en L'Hospitalet para hacer pisos turísticos

El barrio de Collblanc, que limita con Barcelona, acoge el éxodo de inversores que huyen de la campaña de Colau contra las viviendas vacacionales ilegales

27 febrero, 2017 00:00

Llevan años viviendo allí, pero acaban de recibir una llamada que cambiará sus vidas. Los vecinos del número 7 de la calle Rosich, en el barrio de Collblanc de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), deben abandonar su casa en un plazo máximo de un año.

El motivo es que una inmobiliaria acaba de comprar el edificio entero --de cinco plantas, con un vecino en cada una de ellas--, y pretende destinar las viviendas a uso turístico. La empresa se llama Pyramid Shanghai SL y el propietario y socio único no es otro que el máximo responsable de la firma de moda Mango en China, David Sancho Grau.

Pisos de alto ‘standing’

La creación de la inmobiliaria es relativamente reciente, se inscribió en el Registro Mercantil con fecha de 22 de septiembre de 2016 y su sede se encuentra en la calle Diputación de Barcelona, en pleno distrito del Eixample. Sancho tiene muy claro cuál es el objetivo. “Pretenden convertir estos pisos en apartamentos high level”, explica a Crónica Global una de las vecinas afectadas.

Asegura que se trata de una finca antigua, sin ascensor, con goteras en prácticamente todas las viviendas y cuya superficie no supera los 50 metros cuadrados. Algunos vecinos están obligados a marcharse. Otros, deberán pagar 200 euros más de alquiler a partir de ahora si quieren permanecer allí.

Migración de turistas

“Nos llegó una carta informándonos del cambio de titularidad del bloque y poco más. Nos dijeron que a finales de octubre empezarán con las obras de mejora”. No son los únicos, ya que varios vecinos de otras fincas del mismo barrio están empezando a recibir llamadas similares, en las que otras inmobiliarias se interesan por sus viviendas para destinarlas a pisos turísticos.

Se trata de una práctica al alza motivada por la presión del equipo de gobierno de Ada Colau sobre la industria turística ilegal y los pisos alquilados a los visitantes sin tener permiso para hacerlo. La firmeza del Ayuntamiento de Barcelona y la falta de regulación de L'Hospitalet provoca la migración de inversores a Collblanch, barrio fronterizo con la capital catalana, que además acoge la línea 9 del Metro --directa al aeropuerto de El Prat-- y el Camp Nou.