Victor Grífols roure (izquierda), presidente del gigante de los hemoderivados, y su hermano Raimón (derecha), consejero delegado.

Victor Grífols roure (izquierda), presidente del gigante de los hemoderivados, y su hermano Raimón (derecha), consejero delegado.

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Grífols 'pasa' de que le acusen de trabajar en paraísos fiscales

El presidente del gigante de los hemoderivados asegura que denuncias como la de Oxfam sobre las 13 sociedades radicadas en Delaware no dañan su imagen

15 junio, 2016 22:20

Víctor Grífols Roure, presidente de Grífols, el gigante de los hemoderivados con sede en Barcelona, pasa de las acusaciones que recaen sobre la compañía en relación a su presunta actividad en paraísos fiscales. “Me preocupa muy poco”, confesó este miércoles, un mes después de que Oxfam denunciara en su informe Beneficios para quién. Los paraísos fiscales como principal amenaza para una fiscalidad justa que 13 de sus filiales están ubicadas en territorios off shore.

“Yo no le puedo explicar a Oxfam qué es y qué no es un paraíso fiscal”, indicó el ejecutivo. La inculpación parte de las filiales radicadas en Delaware (EEUU).

Ventajas de Delaware

El abogado y responsable del entramado societario de Grífols desde hace 30 años, Tomás Dagá, defendió que ese Estado nunca ha sido considerado un paraíso fiscal y que las empresas que operan desde allí están sujetas a impuestos federales que oscilan entre el 15% y el 30% aplicable sobre tipos de rentas.

La principal ventaja es la flexibilidad en la regulación de las sociedades, según su punto de vista. “No deben declarar quién es el accionista”, indicó. Dejó claro que Grífols no se beneficia de esta particularidad, atractiva si se quiere esconder patrimonio del fisco mediante sociedades pantalla, porque todas las empresas están consolidadas en la holding.

Sociedades heredadas de Talecris

Dagá indicó que buena parte de las filiales en el punto de mira de Oxfam las heredaron en la operación de compra de Talecris, que culminó en 2011. La adquisición propició que el grupo catalán se convirtiera en el tercer productor del mundo de medicamentos plasmáticos (hemoderivados) y elevara exponencialmente su capacidad de producción, ya que integró las factorías de EEUU que aún se refuerzan y amplían en el plan de inversión de 1.200 millones vigente hasta 2020.

También ha constituido otras nuevas. El letrado declaró que se escogió ese Estado por la flexibilidad en la creación de empresas, “se pueden constituir en tan solo 24 horas”.

Actividad en Irlanda

Víctor Grífols sacó pecho de que cumplen de forma rigurosa “con la CNMV y con todo el mundo”. Negó, asimismo, que la cuenta de resultados se beneficie de alguna medida de optimización fiscal, ni de Delaware ni por el centro mundial de operaciones de la división de biociencia (75% de actividad del grupo), inaugurado el pasado octubre en Dublín.

Un año antes, Grífols trasladó a Irlanda la tesorería y ubicó una vicepresidencia financiera. La operación fue muy criticada por las derivas fiscales que tenía en España.

Degá remarcó que se trata de un país dentro de la Unión Europea que está considerado como cumplidor en el Foro de Transparencia de la OCDE. La principal ventaja para la multinacional es el impuesto de sociedades, fijado en el 12,5% frente al 28% de España.

Con todo, el letrado matizó la prebenda al señalar que el tipo marginal del impuesto parejo al IRPF en el país alcanza el 40% y que el tipo general del IVA es del 23%. Por lo que, según su punto de vista, no representaba una operación tributaria tan redonda como se planteó.

Política societaria sin cambios

La cúpula de Grífols mantuvo que todos los países, incluso España, prevén normas para atraer inversiones que después se convierten en mano de obra para el territorio y que, igual que el resto de sus competidores, sacan tajada de la oportunidad que está en el mercado. “Pero eso no equivale a trabajar en un paraíso fiscal”, señaló Dagá.

El presidente negó, asimismo, que las críticas sobre su operativa impactaran en la imagen de marca de la multinacional, por lo que no piensan cambiar la política que mantienen hasta la fecha. Sus ventas están casi aseguradas por la especificidad de fármacos, principios activos y material hospitalario que producen en las plantas situadas en medio mundo, desde Parets del Vallès a Brasil, y España es un mercado muy pequeño en su cuenta de resultados; por lo que no requieren de ninguna medida para modificar la operativa.

“Grífols no tiene negocios, ni filiales, ni vende nada en paraísos fiscales”, aseveró el asesor fiscal. Aunque a su presidente no le importa nada que le acusen de ello.