Joaquim Gay de Montellà, presidente de Foment del Treball, en una imagen de archivo en la biblioteca de la patronal / CG

Joaquim Gay de Montellà, presidente de Foment del Treball, en una imagen de archivo en la biblioteca de la patronal / CG

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Gay de Montellà y el lío del referéndum independentista

Algunos círculos económicos de Barcelona reprochan al líder de la patronal catalana su petición de un referéndum pactado y a medio plazo

18 diciembre, 2016 00:00

La gran patronal catalana, Foment del Treball, sorprendió el pasado lunes cuando su presidente, Joaquim Gay de Montellà, mostró su apoyo público a la celebración de un referéndum en Cataluña que fuera pactado entre el Gobierno central y la Generalitat y que se celebrara a medio plazo. Las palabras del líder empresarial han generado discrepancias en determinados círculos de Barcelona e incluso le han propiciado algún reproche interno.

El empresariado catalán no está por una consulta independentista, una opinión que algunos de sus representantes le han hecho llegar a Gay de Montellà varias veces a lo largo de la semana. No apoya la hoja de ruta pactada entre el Gobierno catalán y la CUP y pone sus esperanzas en los avances de la negociación que reitera el Gobierno central. El mismo presidente de Foment aludió a esa vía cuando manifestó que mientras no se alcanzaba el pacto necesario para celebrar la consulta, el Gobierno catalán podría obtener mejoras en el capítulo económico e incluso la transferencia o blindaje de algunas competencias del Estado en el marco de este diálogo.

Círculo de Economía

La hoja de ruta que expuso el patrono catalán no dista de la que apoya el Círculo de Economía de Barcelona, pactada por todo el lobby la primavera pasada y que se reivindica a pocos días de la cumbre en la Generalitat sobre la consulta soberanista y ante el relevo en la presidencia de la organización. La principal diferencia entre dos instituciones que comparten buena parte de los socios es la forma en la que se ha justificado la votación en Cataluña que se considera inevitable.

El presidente de la patronal se limitó a señalar que es necesario un pacto y que la celebración de la consulta en 2017 que exige la CUP y Carles Puigdemont acepta es precipitada. Antón Costas, expresidente del Círculo, firmó una nota de opinión en la que se detallaba con exactitud las tres fases que se deberían seguir para no desestabilizar la sociedad catalana, que aún se recupera de los estragos de la crisis.

Debate para saber qué se vota

¿Se trata de votar sobre la autodeterminación? No. Ni el Círculo ni Foment del Treball apoyan un referéndum en este sentido que supone romper con el Estado. Sí que consideran que el procés y las posibles alternativas que existen a este escenario pasan inevitablemente por las urnas para consultar a la ciudadanía catalana. El lobby piensa en una consulta para sancionar una nueva Constitución y un nuevo Estatuto; la patronal es más ambigua.

El qué es una cuestión que se deja en el aire. Los empresarios no quieren poner el cascabel al gato y consideran que se puede votar desde una reforma constitucional a un nuevo gobierno catalán. Incluso algunas voces aseguran que se debería refrendar en las urnas un posible acuerdo entre ambos gobiernos que mejorara el capítulo económico catalán, en el que se identifican carencias destacables.

Ante todo, reclaman diálogo.