Formica en Molins de Rei, Barcelona / CG

Formica en Molins de Rei, Barcelona / CG

Confidente VIP

Los laminados de Formica siguen en pérdidas por noveno año

La empresa reduce capital para compensar el déficit acumulado por los años en negativo

13 marzo, 2017 00:00

Formica ha acometido una poda de capital de 11,6 millones de euros, que lo deja situado en 19,5 millones. La medida responde a la necesidad de restablecer el equilibrio de su patrimonio. Éste quedó por debajo de las dos terceras partes del capital social, por lo que la ley de sociedades obliga a recomponerlo. El accionista único, radicado en Australia, reitera su total apoyo a Formica y garantiza su continuidad.

La compañía se dedica a la fabricación de laminados y revestimientos decorativos. Sus gestores anunciaron tiempo atrás el advenimiento de los beneficios, pero la persistencia de los números rojos se muestra tozuda. En 2016 las pérdidas se dispararon hasta los 4 millones, es decir, diez veces más que en el año anterior, cuando el resultado negativo se limitó a 402.000 euros.

Además, las ventas bajaron de 65,8 a 62,7 millones. Casi dos tercios de ellas provienen de las exportaciones. Diez años atrás, en pleno auge de la edificación, la empresa llegó a facturar 113 millones.

Hace mucho tiempo que Formica no levanta cabeza. De hecho, cierra sus ejercicios con déficit de forma consecutiva desde hace nueve años. En este largo periodo, los saldos negativos embalsados alcanzan los 81 millones.

En realidad, la crónica falta de rentabilidad se arrastra desde comienzos del milenio. Desde 2003, la casa solo obtuvo beneficios en 2007. En los dieciocho ejercicios restantes registró quebrantos.

La compañía gira desde 2007 en la órbita de la multinacional Fletcher Building, que es una de las constructoras más destacadas de Australia y Nueva Zelanda. Gracias a la integración de la firma española, el tándem Fletcher-Formica devino el mayor fabricante del mundo de superficies decorativas y laminados a alta presión.

Los activos industriales de Formica en España se limitan a la planta fabril que posee en Albal (Valencia). La otra instalación, ubicada en Galdakao, se cerró en 2012 y fue vendida en 2015.