Salvador Gabarró (arriba), Villaseca (abajo) y una imagen de los gobernadores caribeños de Colombia pidiendo la nacionalización de la filial de Gas Natural Fenosa.

Salvador Gabarró (arriba), Villaseca (abajo) y una imagen de los gobernadores caribeños de Colombia pidiendo la nacionalización de la filial de Gas Natural Fenosa.

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Colombia amenaza con nacionalizar la filial de Gas Natural

La energética atraviesa una fuerte crisis con las autoridades de la región atlántica del país caribeño, que se quejan de la calidad del servicio

7 agosto, 2016 22:57

El desarrollo de las grandes compañías españolas en otros mercados diferentes al de origen no está exento de dificultades. Si las constructoras tuvieron problemas serios en proyectos de grandes infraestructuras en mercados como Panamá o Oriente Medio; los bancos han debido vencer la resistencia de los países en los que aterrizaban; y las suministradoras de productos y servicios tampoco se escapan de regulaciones, usos y costumbres diferentes.

Es el caso de Gas Natural Fenosa, la compañía que preside Salvador Gabarró, que está inmersa en una enorme polémica en Colombia, donde su filial Electrificadora del Caribe (Electricaribe) centra las críticas de las autoridades de la zona atlántica del país.

El grado de crispación es elevado. Mientras la empresa española amenaza con demandar al Estado colombiano por supuestos incumplimientos de sus obligaciones, las autoridades de la región caribeña donde se presta el servicio eléctrico piden que Electricaribe sea intervenida por el Gobierno central. Las espadas, pues, están en alto.

Efecto diplomático con España

Han sido los gobernantes de la costa atlántica colombiana, donde la empresa española suministra a 2,5 millones de clientes, los que han encabezado la rebelión contra la filial eléctrica. “Si las relaciones diplomáticas se van a romper con España, por parte del Caribe, pues que se rompan”, señaló en las últimas horas el gobernador del departamento de Bolívar, Dumek Tubay.

El asunto de fondo no es otro que la calidad del servicio. Según las autoridades locales, Electricaribe incumple sus compromisos de inversión en materia de infraestructuras, lo que hace que el servicio sea un rosario de interrupciones y fallos en la calidad que afectarían incluso a servicios básicos o de primera necesidad.

En el baile iniciado, los representantes de los intereses españoles se quejan de las deudas que tienen que soportar, tanto de clientes privados como institucionales. "El Gobierno colombiano tiene que comprometerse y obligar a pagar la deuda eléctrica a los organismos oficiales --escuelas, hospitales, gobiernos locales, ayuntamientos...-- que están acostumbrados a no pagar; que asuma su parte del subsidio de los clientes particulares de los barrios más pobres que se enganchan de forma ilegal a la red; y que legislen para que los particulares que sí tienen contrato paguen, cosa a la que no están acostumbrados", asegura un directivo de la energética española.

Discreción de Gas Natural

La empresa española no ha emitido ningún comunicado ni ha notificado hecho relevante al mercado en España, donde no ha trascendido apenas la crisis. El asunto está en una fase delicada de negociación en la que aún es posible evitar las acciones legales, según señalan desde Barcelona responsables de la multinacional.

Sin embargo, un exministro del país y actual director de la Federación Nacional de Departamento (FND), Amilkar Acosta, sí que ha confirmado que Gas Natural Fenosa les ha comunicado su recurso a la vía judicial. “Es la respuesta a la exigencia del presidente Santos para que capitalizara a Electricaribe, para que esta empresa pudiera cumplir con sus compromisos de inversión en el Plan5Caribe”, afirmaba Acosta este sábado en el diario colombiano El Heraldo

Acosta asegura que Gas Natural ha dado un portazo al gobierno colombiano y “deja Electricaribe a la deriva”. La compañía eléctrica americana tiene un alto nivel de endeudamiento. La empresa pasó a ser española en 2000, cuando Unión Fenosa adquirió la mayoría del capital. Más tarde, Gas Natural absorbió Unión Fenosa y es hoy la propietaria de esa filial caribeña.

¿Un atropello a los intereses locales?

Si bien Acosta asegura que no ha existido ningún trato desfavorable para los intereses de la compañía eléctrica, lo cierto es que la situación parece bien enquistada. No se baila una alegre cumbia, al contrario. El gobernador Tubay es meridianamente claro: “Nosotros hoy levantamos nuestra voz y le decimos al Gobierno Nacional: ya está bien, que intervengan esta empresa que amenaza la competitividad de nuestro territorio. Porque no solamente es el usuario del sector residencial, sino también del sector empresarial e industrial. Este cartel lo vamos a poner en nuestros despachos, lo vamos a distribuir por nuestro territorio porque estamos cansados del atropello”.

Colombia no se considera un país hostil a la inversión extranjera. Otros medios del país consideran que ambas partes están en el epicentro de una negociación sobre la continuidad de esa compañía en su actual estado. Con el añadido de que las autoridades de la zona caribeña han alzado la voz pidiendo al Gobierno del país que renacionalice la eléctrica, lo que supondría un duro revés para los intereses de la multinacional española que dirige Rafael Villaseca. Medios colombianos dibujan una situación de eventual quiebra de la empresa de su país e incluso pronostican un apagón en la zona caribeña fruto de la complicación financiera de la empresa eléctrica.

Dudas sobre la solvencia de la filial

La distribución de la eléctrica caribeña se realizaba a 2,566 millones de puntos de suministro a 31 de diciembre pasado. Según los datos de Gas Natural, la subsidiara colombiana aporta 258 millones de euros al ebitda del grupo antes de computar los efectos del tipo de cambio. En todo caso, fuentes oficiales del grupo español recuerdan que jamás han repatriado un peso colombiano desde que se produjo la inversión.

Gas Natural Fenosa está participada por Repsol y Fundación Bancaria La Caixa, que son sus dos accionistas de referencia.